No quiero ser libre

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Déjame ser tu prisionero y encierra mis suspiros
en la celda de tus brazos,
condéname a muerte con tus besos por la mañana
y tus gemidos llenos de deleite onírico 
por la noche y por la madrugada,
lleva mis ilusiones al calabozo de tus sueños,
donde todo es posible
y  castiga mis ganas de ti
con tu piel tibia y a punto de estallar a causa del placer
crucifícame en tus ojos de color madero,
clava tus uñas en mi pecho y gimotea cerca de mi cuello
mientras dictas mi sentencia:
cadena perpetua
me declaro culpable,
porque aunque ame tanto la libertad,
yo elijo ser tu fiel prisionero. 

Por ti la palabra Belleza se suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora