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Amor, una palabra complicada que sólo trae problemas, no era algo necesario en su vida

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Amor, una palabra complicada que sólo trae problemas, no era algo necesario en su vida. Hasta ahora.

Lance tenía bastante experiencia en el sexo, sin embargo sólo en encuentros casuales. La regla principal siempre fue no besar, le parecía desagradable, algo incluso más íntimo que el coito.

En estos momentos se encontraba con una de sus acompañantes, sobre ella, desnudos. La mujer boca abajo, tenía uno de sus brazos apoyado en la cama mientras jugueteaba con su mano izquierda en el punto de placer entre sus piernas.

— S-Sterling... ¡más rápido! —gimió casi inaudible, con su boca pegada a la almohada.

Las embestidas eran profundas, y ella parecía disfrutarlo de sobremanera. Sin embargo, el moreno no podía concentrarse, un comportamiento inusual en él. Le desesperaba.

¿Por qué no estaba disfrutándolo como otras veces?

Quería vaciar su mente de pensamientos innecesarios, pero simplemente no podía. La preocupación le estaba jugando una mala pasada, si continuaba así no podría mantenerse erecto por mucho tiempo.

¿Era a causa de Walter? ¿Por dejarlo solo en su departamento a pesar de lo emocionado que estaba por pasar tiempo juntos? ¿Por qué?

Apenas pensó en su nombre comenzó a sentir calor en todo su cuerpo, estaba llegando al orgasmo. Cerró los ojos queriendo sentir al máximo esa sensación inundar su cuerpo entero, pero lo que logró fue imaginar a Walter entre sus brazos.

Se acababa de correr pensando en Walter Beckett...

— Q-Que mierda... —jadeó dejando de mover su cadera para luego salir por completo del interior de su acompañante.

— Eso fue maravilloso, hagámoslo de nuevo —La mujer se volteó con intenciones de sostener el rostro de Lance entre sus manos, pero este la sostuvo de las muñecas antes de que lo lograra.

— Lo siento nena, tengo que irme —habló apenas, sin creer sus propias palabras—. Ya pagué por la habitación, invita a alguien si quieres.

— Está bien... —dijo despreocupada, incorporándose para luego agarrar su celular y buscar entre sus contactos—. ¿Estás seguro?

— Sí —Quitó el condón de su miembro y lo desechó en el basurero junto al velador, sin pudor.

La ropa del moreno se encontraba tirada en el suelo de la habitación, junto a la cama, por lo que no tardó en vestirse.

— Te ves preocupado Sterling... ¿pasó algo?

— Sin preguntas nena, recuerda las reglas —murmuró mientras le guiñaba un ojo.

Podía parecer tranquilo, lleno de seguridad y encanto, sin embargo sólo aparentaba. Su mente estaba aturdida y sus manos temblaban... era emocionante... hace bastante tiempo no sentía su corazón latir de ese modo.

Oh chico, me estoy enamorandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora