Capitulo 2. Part. 2

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La habitación de Harry era, como era de esperar, muy Harry. La cama era un elegante doble con un cabecero oscuro de moda, pie de cama, mesa auxiliar a juego y cómoda. Posters enmarcados y montados decoraban las paredes, uno de su banda británica favorita, Saint Etienne, uno de las Scissor Sisters y uno que era una obra de arte abstracta llena de verdes y marrones. La habitación estaba increíblemente limpia, al igual que el resto de la casa.
Aunque ahora que Louis pensaba en ello, la casa olía increíblemente a limpio. Como si, alguien hubiera limpiado recientemente.
Lanzó una mirada de reojo a Harry.
Su compañero de cuarto estaba ocupado colocando la maleta de Louis en la cama y no se dio cuenta.
—Estoy en la habitación de invitados en el pasillo y ya tomé todo lo que necesito, así que no te molestaré. El cuarto de baño está justo al otro lado y mi hermana está arriba con una compañera de caballo, así que nadie más lo va a utilizar. El dormitorio de mamá está abajo y tiene su propio cuarto de baño. — Se volvió hacia Louis y se frotó las manos—. ¿Necesitas algo de beber? ¿Alguna otra cosa para comer? Tenemos manzanas y zanahorias y todo eso. Podría hacer más café también.
Harry estaba tan exaltado que Louis temía lo que le haría más cafeína.
—Estoy bien. —Se frotó el brazo, tratando de no sentirse cohibido—. Voy a cambiarme y podemos seguir.
—Está bien. —Harry se quedó allí un segundo, sin dejar de verse como si fuera un muñeco de la caja listo para estallar, luego pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y se sacudió—. Correcto. Me vestiré también y nos encontraremos en la planta baja.
Se fue.
Louis se sentó en la cama y se quedó mirando la puerta durante unos segundos, tratando de averiguar lo que pasaba.
Nada pasaba, decidió al fin, y se quitó su camisa. Harry era Harry. Sabía después de tres meses viviendo con él que así era como Harry actuaba, cuidando de las personas. Renunciando a su dormitorio. Limpiando toda su casa. Después de comprobar la funda de almohada, Louis sabía que sí, Harry había comprado cobertores para los ácaros porque Louis iba a dormir en su cama por una noche.
Dormir en su cama.
Louis cerró los ojos y se alejó de la almohada. Solo. Dormiría en su cama solo.
Se vistió con las manos algo temblorosas y tomó un cuidado especial arreglándose el pelo en el espejo de Harry. Cuando terminó, se quedó mirando su reflejo durante varios segundos.
De alguna manera se sentía enorme, estar en Chicago con Harry. Salir con él, no en la escuela porque estaban aburridos, sino a Boystown porque eran... amigos. Porque Harry quería enseñárselo. Porque Harry quería probar algún lugar de pizza. Harry se había tomado su tiempo para limpiar por Louis. Sonaba tan bondadoso, pero se sentía enorme. Todas las fantasías que Louis había anulado en silencio desde el martes volvieron furiosas y esta vez no sabía cómo mantenerlas a raya.
—Él no va a salir contigo —le dijo a su reflejo—. No le atraes. Harry es Harry. No lo arruines.
Se veía rígido mientras lo decía. Trató de llevar su propia advertencia con él mientras caminaba por las escaleras, pero todo lo que se necesitó fue una mirada de Harry, que todavía llevaba su chaqueta de cuero, pero ahora se veía una apretada camiseta negra y bufanda azul suave para destacar y Louis casi cayó de rodillas.
Él iba a arruinar esto antes de que terminara la noche. Estaría dispuesto a apostar dinero en ello.

Louis estaba impresionantemente sexy.
Harry mantuvo sus ojos en el camino mientras viajaban, pero su cerebro seguía repitiendo la escena en la que Louis bajaba por las escaleras. Louis con sus pantalones apretados y su camiseta apretada, muy apretada. Era vieja y de color rojo suave. Hacía que Harry quisiera morderle los pezones, que se notaban a través de la tela. No se los había mordido, ni siquiera metafóricamente. Simplemente le había dicho que se veía genial y lo había acompañado hacia el coche.
Aunque, le podía ver por el rabillo del ojo. Y a sus pezones.
—Entonces. —Su voz se quebró y se aclaró su garganta—. Pensé que después de comer podríamos hacer un tour. Muchos de los locales permanecen abiertos hasta tarde y también están los bares. Trajiste tu identificación, ¿no? ¿La que te conseguí?
Se sonrojó avergonzado.
—La llevo en la parte de atrás de mi billetera, así que sí.
—Gracias a Dios. Estaba preparado para que me dijeras que estaba en tu cajón en Hope.
—No, porque siempre te molestabas cuando queríamos salir y teníamos que ir por ella antes. Pretendía sacarla antes de ir a Minnesota, pero lo olvidé.
—Bueno, muévela al frente de tu billetera. Te llevaré a Roscoe más tarde. —Lo miró—. ¿Alguna vez fuiste a un bar gay?
—No. Bueno, excepto esa vez que nos llevaste a Sparks en Danby.
—Dios, Sparks no cuenta. Diablos, haremos un recorrido entonces.
—Está bien —dijo nerviosamente.
Harry se acercó y apretó su pierna.
—No son espeluznantes. Lo prometo.
—No, yo...
Louis estaba mirando hacia el lugar donde la mano de Harry lo tocaba. Él lo soltó y volvió a poner sus manos en el volante.
—No estoy nervioso por el bar —dijo Louis muy nervioso—. Solamente... No lo sé. Ignórame. Estoy raro hoy.
¿Raro? ¿Por qué? Harry frunció el ceño.
—Podemos saltarnos el bar y volver a casa después de comer, si quieres.
—No. —Suspiró y se hundió en el asiento—. Olvídalo, en serio.
Harry trató de olvidarlo, pero era bastante imposible. En poco tiempo estuvieron en las calles de Lakeview, que lo mantenían alerta, y luego estaba la misión de encontrar un lugar para estacionar. En el camino, Louis consiguió un tour accidental por el vecindario.
—¿Tienen columnas de los colores del arcoíris? —preguntó Louis, pegado a la ventana—. Eh y hay un lugar de pizza.
—Eso no es Pie Hole. Está en Broadway. —Cruzó desde Halsted a Broadway—. Hay un gran lugar de música al final de la calle y estamos por pasar por mi supermercado favorito aquí a mi derecha: comidas Treasure Island. Es un basurero, pero lo amo. Y allí, eso es Pie Hole.
—Genial. —Louis observó las calles llenas de coches y personas—. ¿Dónde vamos a estacionar?
—Ese siempre es un problema aquí. Creo que cederé y volveré a alguno de los estacionamientos en Halsted, si no te molesta caminar.
—Seguro.
No tuvieron que ir muy lejos para encontrar un aparcamiento y todavía había muchos lugares disponibles, gracias a Dios. Harry guió a Louis hacia Broadway nuevamente, esta vez por Cornelia.
Y Gaymart*. Louis rió cuando lo vio.
(*. Gaymart: Juego de palabras, literalmente significa Mercado Gay) —¿Gaymart? ¿En serio?
—En serio. Todas las chucherías gay que podrías querer, algunas camisetas divertidas y una excelente colección de comics de recuerdo.
—¿Pero tienen cosas de Doctor Who?
Cuando vio que Harry asentía, sus ojos se abrieron y se dirigió hacia la puerta. Harry agarró su brazo.
—Pizza primero. Ahora yo también estoy muerto de hambre.
Pie Hole era uno de los restaurantes preferidos de Harry, no solo porque la comida era increíble sino también porque era divertido y extravagante y tierno e increíblemente gay. Había un logo en la ventana, "Pie Hole" donde faltaba la "O" y una invitación decía "twitea tu agujero" y Harry, como siempre, hizo lo indicado. Apoyó su boca abierta contra el cristal en el lugar de la vocal faltante, formando una O, e hizo que Louis le tomara una foto para que la pudiera postear en línea. Louis no lo hizo, pero si se dejó tomar una foto sosteniendo una camiseta que decía "Quiero una salchicha grande".
Harry decidió que más tarde la compraría y se la daría a Louis como regalo de Navidad.
El lugar estaba lleno, así que se quedaron junto al bar apoyados en la pared después de que tomaran su orden. Louis seguía observando la decoración mientras esperaban, apuntando a cosas o manteniendo la mirada en los chicos lindos, de los que había varios. La mayoría de los tipos eran solamente unos años mayores que Harry, gays preparándose para romper la noche.
—Me pregunto si alguna vez viviré así —dijo Louis, con su pajita en la boca. Harry apoyó un codo en el mostrador.
—¿Así cómo?
Louis señaló hacia el bar.
—Saliendo con mis amigos a la ciudad. Riéndome y haciendo chistes malos y yendo a bares. — Paró, mostrándole una sonrisa tímida a Harry—. Quiero decir, lo hacemos. Pero no así. No con trabajos y apartamentos. Vida real.
—Era un poco así cuando vivía fuera del campus. —Una banqueta se liberó y Harry se la pasó a Louis—. Sé a lo que te refieres. Se sentía como aire. Como que tenía espacio alrededor mío para respirar. Debo admitir que, algunas veces, era demasiado espacio cuando Cara y Greg se iban.
—¿Cómo lograste que la escuela te dejara vivir fuera del campus siendo un estudiante de segundo año?
Harry sonrió y revolvió su refresco.
—No lo hicieron. Pagaba el dormitorio pero vivía con Cara, pagando un tercio del alquiler. Era la única forma en que podían permitirlo.
—¿Tus padres nunca se dieron cuenta de todo el gasto extra que estabas teniendo?
No, no lo habían hecho, no hasta Marzo. La sonrisa de Harry murió.
—Te lo he dicho, mi padre ni siquiera recuerda que mi cuenta está ahí.
Louis frunció el ceño.
—Lo siento.
—¿Por qué?
Harry trató de alejarlo, pero Louis alcanzó su mano. Sus dedos estaban calientes contra las manos frías de Harry y cruzó su mirada con la de Harry sin titubear.
—Lo siento —dijo de nuevo, más firmemente.
Harry debería haber alejado su mano, pero bueno, no tenía ganas.
—Está bien.
—No, no lo está. —Louis todavía no lo soltaba―. Siento que hayas tenido que pasar por todo eso, pagando el doble solamente para encontrar un lugar decente para vivir. —La esquina de su boca se levantó un poco—. Diría que siento que no te dejaran vivir fuera del campus este año, pero no es verdad.
—Eso está bien. —Harry apretó todavía más su mano, dejando que su pulgar tocara la parte de abajo de su muñeca—. Yo tampoco lo siento.
—Bueno, tortolitos. —La llamada provino de un camarero mientras colocaba sus platos entre ellos —. La comida esta lista. No follen en el baño y si lo hacen de todas formas, asegúrense de limpiarlo o Doug se enojará.
Esta vez no fue solo Louis el que se sonrojó.

leçons d'amour (love lessons)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora