Se suponía que nadie debía saberlo.
Se suponía que nadie se enteraría.
No se suponía que fuera así.
Se supone que la relación de Itachi y Shisui era un secreto. Nadie estaba destinado a averiguarlo, porque Itachi sabía que las consecuencias serían d...
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Capítulo 6. Punto de ebullición.
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Itachi podía reconocer los pasos de Fugaku en cualquier lugar. Cuando los escuchó resonando en el silencio de los pasillos del hospital, fijó su mirada firmemente en el rostro inmóvil de Shisui y se negó a mirar hacia arriba, incluso cuando sabía que Fugaku estaba de pie en la puerta.
-No me iré.-dijo Itachi con voz apagada, manteniendo los ojos en la cara de Shisui.
Fugaku no dijo nada. Entró en la habitación y se detuvo junto al hombro de Itachi.
-No se hubiera lastimado si hubiese sido más rápido. No me iré.-Itachi se estremeció cuando sintió que su padre le ponía una mano sobre el hombro.
-No fue tu culpa.-Fugaku dijo suavemente.
Itachi apartó su mirada de Shisui, mirando con leve sorpresa a su padre.
Fugaku le dio unas palmaditas en el hombro a Itachi suavemente. -Fuiste tan pronto como pudiste. Hiciste lo mejor que podías hacer.
-No fue suficiente.-murmuró Itachi. Se concentró nuevamente en el leve movimiento del pecho de Shisui, luchando por levantarse y caer.
-Ven a casa y descansa.-dijo Fugaku, y no sonó como una orden, sino como una sugerencia afectuosa.
Itachi sacudió la cabeza. -Quiero quedarme con él.-No le gustaba cómo su voz sonaba ronca.
Fugaku retiró su mano del hombro de Itachi con un ligero suspiro. -Pensé que podrías. Toma.
Itachi volvió la cabeza hacia su padre, sorprendido de ver a Fugaku quitándose una mochila del hombro.
-Tu madre te envió una muda de ropa.
Itachi quería sonreír, pero su rostro no cooperaba. Él solo asintió levemente en su lugar.
-Vendré a verlos a los dos por la mañana.
Hubo un leve parpadeo de calor en el pecho de Itachi cuando Fugaku dijo "a los dos". Observó nuevamente el pecho de Shisui, inconscientemente combinando su respiración con la de su primo, y apenas oyó cuando Fugaku salió de la habitación.
El estrés del día se recuperó poco después, e Itachi sintió que sus ojos se cerraban ligeramente. Seguía vestido con su ropa de Anbu completa, y la sangre de Shisui se estaba secando en sus brazos y parte superior del cuerpo. Con un profundo suspiro, Itachi se puso de pie, dándole a Shisui una última mirada antes de caminar penosamente hacia el baño contiguo para ducharse.
Shisui no se había movido cuando Itachi regresó. Itachi se dejó caer en su silla, cruzando los brazos sobre la cama al lado de Shisui, y descansó su cabeza sobre ellos. Se durmió rápido.
