Caminaba despacio por las calles tranquilas de la tumultuosa ciudad. Insultaba para sus adentros una y otra vez, ¿Cómo demonios se le había ocurrido salir en un día como ese, en el cual el sol alumbraba con su más alta capacidad, haciendo que toda la maldita gente saliera de sus casas? Si fuera por él, caminaría pateando a cualquier persona que se cruzara en su camino.
El dolor en su abdomen era impresionante, ya no lo soportaba... esa era la razón por la cual estaba fuera de su cómoda habitación, un Viernes a las 4 de la tarde...
Llegó hasta la puerta de la clínica, y se dirigió lentamente hasta el segundo piso. Subió por las escaleras, es que odiaba los ascensores al igual que los microondas, ya que o uno se caia al vacio o el otro explotaba, les tenía pánico.
Al encontrarse con la puerta que pertenecía al consultorio de su médico de cabecera la golpeó levemente, sonrió ante la placa de bronce. En ella, y con letras bien definidas se podía leer: "Doctor Kim Namjoon", tan impersonal y serio sonaba eso, que le parecía irreal que fuese a la persona que iba a buscar.
Alguien desde el interior lo invitó a pasar. Se adentró en la habitación, encontrándose allí con el joven médico. Este se hallaba sentado detrás de su escritorio. Su pelo platinado, lacio y un poco largo tapaba su rostro, ya que se encontraba enfrascado leyendo un enorme libro que estaba sobre la superficie de madera de su mesa, de seguro era su horario de descanso. Lo vio levantar su vista hacia él, y lentamente sacarse los anteojos que encuadraban perfectamente sus ojos grises.
Se paró de la cómoda silla, para comenzar a acercarse al joven. Su metro ochenta y uno se dejaba ver en todo su esplendor. El muchacho mas pequeño vio como los delicados labios del médico comenzaban a moverse.- Hola Kookie...- dijo tristemente, el joven galeno, al muchacho que recién entraba
- ¿Vienes por... lo de siempre?- preguntó el moreno algo inseguro ante el dudoso humor del muchacho. Es que Jungkook era demasiado cambiante.- No..., bueno algo así... pero no son los golpes lo que me duele... si no... esto - dijo levantándose la remera manga larga, de color completamente negro, dejando ver su diminuta cintura, señalándose el ombligo.
-¿Qué demonios es eso?- preguntó el médico, observando detenidamente el pequeño trozo de metal que perforaba la carne del abdomen del muchacho.
Lo miró de una manera fatal... era un regaño sin palabras. En su ombligo llevaba un pequeño arete, el cual atravesaba parte de la delicada piel del muchacho, de este pendía una delicada cadenilla de finísimos y pequeños eslabones, de la cual al final habia un pequeño dije con la forma de una lágrima, representación, para Jungkook, del eterno tormento por el cual se obligaba a soportar.
- Es un piercing... ¿No te gusta?- preguntó, poniendo carita de niño bueno.
- Ya sé que es un piercing... ¿Pero, por que te lo hiciste?- ahora si el tono de reproche podía apreciarse en las palabras - ¿Quieres dar motivos para que...?-
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La soledad de los Moribundos [🐯TaeKook🐰]
Fanfiction- Hazme el favor de matarme de una buena vez, pero si vas a tomar mi vida, quiero algo a cambio - Jungkook es un adolescente, hijo de una familia millonaria, sin embargo su vida no es lo que parece y a sus 19 años lo unico que desea es morir Taehyun...