Capítulo 13

99 12 13
                                    

Pensamiento de Jun:

El dolor de mi pecho lo sentía tan asfixiante, que no podía minimizarlo ni con el abrazo de Jung Min, sentía que en el cualquier momento iba a colapsar.

O simplemente quería despertar de esta pesadilla.

De esta horrible pesadilla, en la que me quitaron a mi hijo.

Kiki trata de separarme de Jung Min, y yo no suelto a Jung Min, ocultando mi rostro en su pecho, tratando de no ver la luz, y me haga despertar de aquella ilusión que me hacía al pensar que todo esto es una pesadilla.

— Junnie— me dice Kiki muy débilmente y yo niego con mi cabeza— debemos volver— yo aún sigo negando con la cabeza, sin querer ver a nadie.

— Om...ma— escucho una voz infantil, haciéndome voltear con esperanza.

Pero solo vi a Wook, con una mirada triste a punto de llorar con aquel labio inferior temblando del miedo.

De seguro estaba muy asustado.

— Omma— habla nuevamente, y veo que es Wook quien hablo.

Mis lágrimas vuelven a acumularse en mis ojos rojos, y salen sin compasión alguna.

Aparto a Min de mi lado.

— Wookie— lo abrazo, quitándole a Kiki de sus brazos, aferrándome como última esperanza a Wookie.

Aunque sé que Wook no es mi hijo.

— Soy Jun, no omma— le digo llorando.

— Omma— sigue insistiendo Wook, haciéndome reír y él me devuelve su sonrisa.

— Mientras seré tu omma — hablo con lágrimas, sabiendo que estaba mal lo que estaba haciendo—. Vamos a casa— le digo a Wookie, mientras hago parar un taxi.

Me subo en ella, sin esperar a que alguien me siga.

— ¿Jun? — me habla con duda Kiki, y lo miro.

— Estaré bien— le digo, y le digo al chofer que avancé, porque vi a Jung Min acercándose al taxi.

El chofer me hace caso, antes que Jung Min entre al auto.

Boto aire, quería estar a solas en este momento.

Pensar a solas.


Al llegar a casa, sentí ese vacío de la ausencia de Yesung.

Mis lágrimas silenciosas empiezan a adornar mi rostro tristemente y melancólicamente.

Y lo único que no quería escuchar era la palabra resignación, porque de algún u otro modo, tendré a mi hijo de vuelta conmigo, así tenga que implicar mi vida en ello.

Dejo a Wook en su alfombra de juegos, con sus juguetes y Wook lo primero que hace es agarrar aquel peluche de jirafa que Yesung le regalo, y lo abraza con mucho anhelo, como queriendo que aquel aroma se impregnara en su cuerpo, lo mismo hace con la tortuga peluche de Yesung que le regale, la cual era una de sus preferidas.

— Yeye— habla Wook con un tono cálido, como diciéndome que Yesung volvería.

A veces los niños son los que te llenan de esperanza, aquellas esperanzas que uno había perdido.

Me siento en el sofá del comedor y mi mirada se posa en la nada, mientras pensaba en los miles de recuerdos que tenía con Yeye.

Su primer cumple.

Su primera palabra.

Su primera caída.

Su primera fiebre que tuvo y que me llevo el susto de mi vida.

Venganza o Familia [MinJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora