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—Soy Byun Baekhyun, del área comercial—extendió su mano con unasonrisa coqueta —Parece que tenemos muchascosas en común, tal vez podemos averiguarlo.

Chanyeol miró atento cada uno de los movimientos de su muñequito, reprimiendo una carcajada cuando este ni siquiera le regreso el saludo a Byun, ni al resto de la gente detrás de él.

—No vengo a hacer amigos, estoy aquí por trabajo: tu nombre no me interesa —respondió con seriedad y entro a su oficina.

Chanyeol también hizo lo mismo.


Sehun estaba en su oficina. Tenía tres carpetas en la mano perfectamente etiquetadas y la misma expresión vacía y altanera desde que llegó. 

Ambos cruzaron miradas, Chanyeol no se sorprendió de verlo, de cualquier forma, él lo había citado. Pero no pensó que se aparecería tan rápido, mucho menos que le entregaría los informes esa mañana.

Él probablemente se hubiese tomado unos días.

—Soy Park Chanyeol —se presentó formalmente, ignorando el revoloteo que había en su estómago —Toma asiento.

—No es necesario —le contestó de inmediato —Solo vine a entregarte el trabajo que me pediste, no hay ningún motivo para quedarme.

Chanyeol enarcó una ceja con diversión.

—Claro que lo hay —su grave voz le interrumpió la salida. Park no dejó de mirarlo ningún segundo —Tienes que explicarme todo lo que archivaste ahí antes de irte... —hizo una pausa para tomar de su café —¿Cómo era que te llamas?

Por un instante hubo silencio, aquel que a Chanyeol tanto le encantaba. Sehun lo miro como si le hubiese salido un tercer ojo en la frente, ¿cómo era posible que no supiera su nombre? Todo el mundo en esa oficina lo sabía. 

Chanyeol permaneció inmóvil, él solo se dedicó a disfrutar de aquel momento: su muñequito era mucho más precioso cuando sus ojitos inocentes se mostraban llenos de vida. Ojalá pudiera verlo así siempre.

—Estoy esperando —hablo denuevo. Chanyeol no se inmuto ni un poco.

—So-soy Sehun —tragó —Oh Se-sehun.

—Bien —Chanyeol se enderezo —Necesito que me des las carpetas que tienes en tus manos y me expliques paso a paso todo lo que hay ahí para verificar que todo esté en orden, ¿de acuerdo?

Sehun asintió ansioso, sus manos se volvieron torpes y, en un intento de entregar los documentos sin el más mínimo contacto, empujo la taza de café encima de Chanyeol. Un gruñido escapo de los labios del más alto.

—Lo si-siento, d-de verdad —tartamudeó asustado. No había sido su intención.

—Hay una franela en el buro de la esquina. Tráela —le ordenó y Sehun fue de inmediato.

Se limpió como pudo. A Chanyeol en realidad no le dolía, solamente le molestaba la sensación pegajosa. Sin percatarse, Sehun se paró a su lado y se arrodillo con cuidado, acariciando con su dedo la zona húmeda.

Chanyeol lo miro atentamente, estremeciéndose ante el tierno tacto; hacía tanto tiempo que nadie lo acariciaba con tanta delicadeza. Sehun lo miro también, como pidiendo permiso, y sin saber para qué: Chanyeol asintió. Con su mano libre jalo su camisa y desabrocho los botones suficientes para ver el marcado abdomen, Sehun observo con detenimiento la blanca piel e hizo una mueca al ver la mancha rojiza encima de unos moretones.

—¿Te duele? —preguntó preocupado.

—No —Chanyeol tomó su mano para detenerlo —Estoy bien, sigamos trabajando.


Sehun lo miró incrédulo, pero obedeció sin decir nada.

Esa tarde no hablaron de nada más que no fuera trabajo.

인형 ; chanhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora