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Myoui Mina tenía una buena vida. Su familia era de clase alta, no millonaria, pero con lo suficiente para darse gustos de vez en cuando. Iba a una escuela normal, a sus 17 años vivía su adolescencia como cualquier otro adolescente.

Y como cualquier adolescente le esconde algunas cosas a su padre, quien es bastante estricto con respecto a sus relaciones sociales. Cuando era pequeña se hizo amiga de Son Chaeyoung, una chica que vivía en un barrio que según su padre es "peligroso" Le prohibió acercarse a ella porque aquella coreana bajita era mala influencia. Pero, ¿Tenía que saber que se veían a escondidas? Su padre de vez en cuando las veía hablando en la escuela y las alejaba a la fuerza, pero no sabe que a veces ambas se escapaban juntas.

Unos golpes en su ventana interrumpieron el estudio de Mina quien se asomó y vio a Chaeyoung detrás de los arbustos que daban hacia la calle. Estaba con una capucha para que nadie más le vea el rostro, a un lado, la camioneta de sus amigos. La coreana le hizo un movimiento de cabeza preguntando si la acompañaba, pero Mina le hizo una seña de que esperara cuando sintió pasos cerca de su habitación. Cerró la ventana y se recostó en su cama esperando la llegada de su padre.

— ¿Sharon? -Preguntó el hombre de mediana edad abriendo la puerta luego de golpear.- Ah, estás aquí.

— Obviamente estoy aquí, ¿Creíste que salí? -Preguntó la menor ladeando la cabeza.-

— No, solo venía a comentarte que iremos a cenar con tu madre junto a algunos abogados. -El hombre vio a su hija asentir.- Vi a Son Chaeyoung.

Aquello llamó la atención de Mina, pero más que nada la asustó pensando que la había visto fuera de su habitación.

— ¿Dónde? -Preguntó tratando de sonar tranquila.-

— En la calle, como siempre. -Mina lo miró molesta.- No es como si fuera mentira que siempre está ahí, esa chica de verdad debe ser del tipo que termina en el piso de tanto drogarse.

— No creo que sea así. Ella es agradable.

— Quizás esa muchacha se comporte distinto en la escuela, Sharon. Recuerda que no puedes acercarte a ella, es peligrosa.

Mina rodó los ojos y asintió, el hombre le recordaba todos los días el no acercarse a esa niña "tan peligrosa." Su padre le dio una última mirada y cerró la puerta de la habitación de su hija.

Mina apretó sus labios y tomó su teléfono para mandarle un mensaje a Chaeyoung diciendo que esperara a que el auto de sus padres saliera para tocar el timbre.

La japonesa salió de su habitación cuando sus padres la llamaron para despedirse de ella, le dijeron la hora aproximada que volverían y Mina asintió no prestando atención a las típicas instrucciones que siempre le daban.

Una vez se fueron se dirigió al living para ver como sus padres sacaban el auto y tocaban la bocina para despedirse de ella.

Pasaron unos segundos y el timbre sonó. Emocionada corrió hacia la puerta y la abrió con una sonrisa en su rostro, la cual se amplió al ver a la coreana de cabello negro y corto frente a ella, quien le sonreía algo tímida.

— Hola. -Saludó metiendo sus manos en sus bolsillos.-

— ¿Quieres pasar? -Preguntó tímida Mina.-

Chaeyoung lo pensó unos segundos y miró hacia atrás para luego mirar nuevamente a Mina.

— La verdad venía por ti para salir, ya sabes, donde siempre.

— ¿Van a...fumar?

— Creo. P-Pero yo no. -Agregó rápidamente y de forma torpe la más baja.- La última vez que fumamos todos, incluyéndote, no fue...bueno.

«OneShots» •Michaeng•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora