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Las clases de ayudantía para la clase de ilustración eran bastante interesantes y divertidas. Nadie sabía si era porque la materia les gustaba o porque la chica de segundo año que enseñaba era buena explicando.

Aquello llamaba la atención de muchos estudiantes que participaban de forma activa para así intercambiar al menos unas palabras con Son Chaeyoung, la alumna de segundo año de diseño gráfico que ayudaba a los de primero con sus dudas con respecto a lo que vieron en clases. Una alumna ejemplar, quien destacó una vez puso un pie en el instituto y por aquella razón los profesores le confían muchas ayudantías donde la pequeña artista se manejaba fácilmente.

Aquello llamaba la atención de Mina, quien usualmente participaba activamente de la clase debido a la simpatía de Chaeyoung, a comparación del ogro que tenían como profesor, la coreana era un sol.

Mina estaba maravillada con la chica ya que era demasiado atenta, siempre pasaba por su puesto preguntando si había entendido todo ya que es extranjera y quizás pudo perderse por no entender algún concepto o algo.

La japonesa tampoco era ciega, no podía ignorar las sonrisas tímidas que habían en el rostro de Chaeyoung cuando sus miradas se juntaban. Sin mentir, todo aquello se dio natural. Mina en ningún momento coqueteó con ella...bueno, no de forma notoria. La rubia era bastante atractiva, mentiría si dijera que todos participan en la clase porque Chaeyoung solamente les agrada. Todos querían hablar con ella para conocerla y tener un tema de conversación con ella fuera de clases.

Siempre que alguna clase terminaba, Chaeyoung le sonreía y miraba de forma dulce a Mina. La atracción entre ambas era sutil, pero ahí estaba. Ambas lo notaban y era lo importante.

Mina estaba acostumbrada a usar jeans cada vez que iba a la universidad, pero aquel día quiso intentar algo nuevo y más sabiendo que le tocaba ayudantía con Chaeyoung. Aquel día quería molestarla un poco.

La japonesa y sus compañeros llegaron al salón donde la coreana los esperaba leyendo un libro sentada en la silla de su escritorio.

- Buenas tardes, Chaeyoung. -Saludó suavemente la rubia de cabello largo.-

- Buenas tardes chicos. -Respondió la más baja sin despegar su vista del libro frente a ella.-

Mina frunció sus labios haciendo un leve puchero mientras caminaba hacia su asiento. Chaeyoung no la había visto y estaba pegada en aquel libro que no sabía de qué era.

Y eso que se había esforzado en elegir una falda bonita para el día.

Chaeyoung preguntó si faltaba alguien más y al recibir una respuesta negativa comenzó su clase.

- ¿Siguen viendo lo mismo que antes? -Preguntó apoyándose sobre su mesa.-

- Debemos presentar un trabajo la próxima clase. -Explicó la chica, dando detalle de lo que trataba aquella entrega.-

- Oh, ya veo. La verdad es bien fácil la primera entrega con este profesor. -Sonrió Chaeyoung sacándose la chaqueta que llevaba puesta, dejando notar los tatuajes de su antebrazo.- Hagan un boceto de lo que entregarán, llámenme si necesitan algo. -Dijo sentándose en el escritorio sacando aquél libro otra vez.-

Mina quedó incrédula, ahora Chaeyoung no se pasaría por el salón hablando como lo hacía usualmente. Frustrada Mina comenzó a hacer el boceto de su trabajo. Quería tener la especial atención de Chaeyoung y justo aquel día estaba ocupada.

Pero siempre podía llamarla para pedir ayuda y así hacerlo más personal.

- ¿Chaeyoung? -Llamó Mina levantando la mano, haciendo que la nombrada levantara la cabeza.- Necesito ayuda con algo.

«OneShots» •Michaeng•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora