plan de gemelos [emiliaco] |TERMINADA|

29

Aarón

Desperté y me sentía algo incómodo. Observé a mi alrededor y noté que estaba en un cuarto de hospital, conectado a una intravenosa y con una mascarilla de oxígeno... No mames ¿la cague?

Estaba tan metido en la nada hasta que sentí que alguien se acomodaba a mi lado... Volteé a verlo y lo vi. A quien menos quería ver, estaba a mi lado. No podía creer que fuera tan cínico...

— ¿Podemos hablar? — pregunta el chino y yo sólo lo ignoré, mirando hacia el otro lado —. Alexander, tenemos una plática pendiente

—No estoy interesado en oírte

—Vengo a pedirte la mano de tu padre...

Lo miré sorprendido y furioso... ¡¿QUÉ CHINGADOS?! ¡No! ¡Nunca!

— ¡¿QUÉ?!

—Alexander, he amado a tu padre por más de...

— ¿15 años? ¿Y qué intenciones tienes con él? Por qué... — me senté en la camilla sobresaltado —. ¿Sabes? Es muy culero ocultar la relación a quien se supone es tu mejor amigo ¿no?

—Un momento... Tú no eres Alexander... Eres...

—Surprise, motherfucker... Y si abres la boca, tu sueño de llegar al altar con mi padre quedará sólo en tu cabeza...

—Pues te guste o no, hago esto porque amo a tu padre...

—En cuánto papá Emilio se entere...

—Mandaré a ti y a tu gemelo a un crucero directo a Timbuktu. No serán impedimento para casarme con Joaquín...

—Eres un...

—Buenos días... — entra papá Joaco y al verme despierto, corre hacia mí y me abraza —. Alexander, mi amor... ¿Estás bien?

—Sí, papá... Ya me quiero ir de aquí — susurré cansado dejándome abrazar por él cual niño pequeño y disimuladamente, le saqué la lengua a Diego

—En un rato más nos iremos, amor... — besa mi cabeza —. Diego, ¿nos dejas a solas, por favor?

No dijo nada, simplemente se levantó y salió de la habitación... Gracias a Dios

—Mi amor, sobre ayer... Discúlpame muchísimo, no tenías que enterarte de ese modo...

—Dad... Sinceramente es lo que menos quiero hablar, por favor — le pedí recargándome en la camilla y suspirando

—De acuerdo, tienes razón...

Me moví para que se acostara a mi lado y eso hizo... Me hizo piojito y besó mi cabeza

—Me espantaste muchísimo, corazón... Lo bueno es que ya estás bien — pidió recargando su cabeza en la mía

—Lo siento, pa... — suspiré y estaba casi por cerrar los ojos, pero no podía dormirme, así que trataba de mantenerme despierto, el piojito no ayudaba

—Dijo el doctor que saldrás lo más pronto posible, todo en ti está bien — hablo y yo sonreí un poco

Alexander

— ¿Como se lo decimos a papá Emilio? — le susurré al tío Roy

—Tranquilo, déjamelo todo a mí. Tu sígueme la corriente — dice y entramos a la cocina —. ¡Buenos días!

—Wey ¿no tienes casa?

—La vendí para comprar un auto y mudarme aquí, fíjate — le contesta sarcástico y reímos a carcajadas