VI

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Joaquín

Después de un tiempo, al fin dieron de alta a los pequeños, quien gracias a la vida ya se encontraban excelente de salud, pero diagnosticaron al pequeño Aarón de asma, por lo que tendríamos que estar al pendiente de su estado y cuidarlo más

Al acomodar a los bebés en sus respectivos portabebés, subí de piloto y nos dirigimos a casa. Decidí manejar yo, pues Emilio aún no se encontraba en las mejores condiciones ni para pensar... Entonces fue al asiento de atrás a cuidar a nuestros hijos.

Llegamos a casa y salí del auto. Yo llevaba en el portabebé a Aarón mientras que Emilio llevaba a Alexander... Entramos y encontramos a toda la familia en la sala con adornos de color azul y un cartel que decía "Bienvenidos familia MarcosBondoni" y traté de sonreír...

Voltee con Emilio y aunque tenía los ojos hinchados por tanto llorar, llevaba también una sonrisa en el rostro...

— ¡Quiero ver a mis sobrinos! — grita Romina acercándose a los pequeños y cargando a uno de ellos

— ¡Yo también! — la sigue Renata y toma en brazos a Alexander

—Bebé, nos enteramos lo que pasó... — habla Niurka acercándose a Emilio y lo envolvió en sus brazos

—Aquí nos tienes para lo que se te ofrezca, sabes que eres como un segundo hijo para mí — le comenta mi mamá mientras lo abrazaba

—Nosotros los dejaremos solos. Estaremos arriba... — les pedí con la mirada a Romina y a Renata que subiéramos las escaleras para ir a la habitación de los niños y ambas comprendieron

Subieron con cuidado mientras yo llevaba ambos portabebés en manos... Mientras abajo hablaban Emilio, Niurka, mamá y Juan. Creía que Emi necesitaba un momento a solas con ellos

—Nunca había visto a mi hermano tan afligido... — suspira Romina arrullando al Aarón

—Créeme que ni yo... Fue un golpe duro para él...

Momentos después, entra mamá y pide ver a sus nietos adorados... Carga a Alexander y le hace mimos emocionada, lo que me llenó el corazón de ternura

—Wow... Son hermosos, felicidades, amor... Ahora conocerán lo que es ser padres. Sabes que pueden contar conmigo ¿de acuerdo? — besa mi cabeza y me abraza con cuidado

— ¿Puedo encargárselos un momento? Para poder ir a bañar y arreglarme un poco...

—Si, si... Ve sin pendiente, mi niño... Nosotras arreglaremos a estos bebés preciosos para que estén presentables

Sonreí en agradecimiento y entré al baño a darme una ducha rápida para no dejarles la carga de los gemelos

(...)

Después de unos minutos, salí y sólo vi a mamá en la habitación con los bebés en la cama mientras les daba biberón. Me acerqué a ella y tomé en brazos a Alexander mientras sostenía el biberón

— ¿Y Emilio?

Y justo cuando mamá iba a responder, se abre la puerta, dejando ver a mi esposo en la entrada... Se veía menos triste que antes, pero tampoco sonreía como quisiera.

—Eli... Gracias, sí quieres yo me encargo de Aarón

—Tú lo que deberías de hacer, jovencito, es ir a bañarte ¿ok? Necesitas despejarte

—Está bien... No tardaré — sonrió levemente, suspiró y entra al baño

Poco después sale ya con un outfit perfecto y se acerca a mi... Me abraza por la espalda, rodeándome con sus brazos y recargando su cabeza en mi hombro mientras se acercaba a observar a Alexander

— ¿No quieres cargarlo? No lo has hecho desde que llegamos... — hablo y me giro a mirarlo de frente

—Si quiero... — se sienta en el borde de la cama y prepara sus brazos para cargar a uno de nuestros bebés

Sonrió emocionado y le dejo a Alexander con él. Mamá me entrega a Aarón, me susurra un "nos vemos abajo" y sale de la habitación para dejarnos a solas con nuestros hijos.

Emilio comienza a balancearse leve de un lado a otro, fijando su vista en Alexander y sonriéndole...

—Todavía no me cae el 100 que ya los tenemos aquí... — le comento sin dejar de ver a nuestro pequeño

—Ni yo... Son hermosos... — suspira embobado

Me acerco a él, dejo un beso en su frente y libero uno de mis brazos para acariciar su mejilla

Me mira y sonríe enternecido...

—Creo que... Debemos de bajar — se levanta con cuidado

Asentí con una pequeña sonrisa y salimos del cuarto con los bebés en brazos... Sólo nuestra familia se encontraba en casa. Haríamos parrillada para convivir y festejar por la vida de nuestros pequeños... Aunque por dentro estemos aún afectados (sobre todo Emilio) por Amelia

Nos encontrábamos en el patio, pero dejé a Aarón con mamá para ir por los portabebes, cuando de repente tocan la puerta principal de la casa... No esperábamos a nadie más y aún no se sabía lo de los bebés ¿Quién podría ser?

Extrañado me dirijo a ella y abro... Al ver la figura que se encontraba frente a mí, mi corazón se acelera, me quedo sin voz y mis ojos comenzaban a aguadarse.

—Papá... — solté después de salir de mi pequeño trance

Me jala del brazo y me pega con él para abrazarme... Y ahí no aguanté más y solté todo. Le había avisado hace días sobre los pequeños, pero como nunca contestó mis mensajes, creí que los había ignorado

—Hijo mío... Al fin logré verte

—No contestaste mis mensajes

Nos alejamos poco a poco y abro paso para que pudiera entrar

—Quise que fuera sorpresa, perro mío... Ya conocerás lo que es estar en mi lugar... Pero sé que serás mejor padre que yo

—Gracias, pa... — sonreí

—Chiquito... ¿Está todo...? — se acerca Emilio con nosotros y se detiene en seco al ver a papá —Suegro... Digo, Uberto...

— ¡Yernito! ¡Muchísimas felicidades, niños! — y nuevamente nos encontrábamos abrazados ambos pegados con papá, nos miramos con sorpresa, pero divertidos por su reacción

— ¡Uberto! ¡amigo! — entra Juan saludándolo —. ¡Cuánto tiempo, consuegro!

— ¡Ni que lo digas, consuegro! ¡Estaba ansioso por conocer a nuestros nietos!

— ¡Tu hija y Romina están afuera cuidándolos! ¡Pasa, pasa! — se abrazan por el hombro y se dirigieron al patio

—Dios, que cosa tan rara

—Ándale, ayúdame a traer los portabebés de los niños

Subimos las escaleras y después de recogerlos, salimos nuevamente... Vimos a Juan y a papá con un bebé cada uno... Sentí mi corazón llenarse y me sentí pleno, feliz...

—Aguarda, les tengo una sorpresa para mis nietos favoritos

—Son los primeros que tienes, papá

—Exacto... Así que Renata, a ver cómo le haces, pero quiero más nietos

— ¡Papá! — le reclama Renata y todos reímos

Saca del bolsillo de su chaqueta un par de cajas de terciopelo negro... Me acerco para verlas mejor y me las entrega

Abro una de las cajas y ahí descansaba una cadena y en el centro un dije con el nombre Alexander grabado... Entonces abrí la otra cajita y era igual, pero con el nombre de Aarón...

—Papá... Son hermosos... Mil gracias — sonreí y lo abracé nuevamente

— ¡Y bueno que los bebés estrenen su regalo! — habla Niurka conmovida por los regalos

Tomo a Aarón en brazos y tomo la cadena con su nombre y se lo coloco, mientras que Emilio le colocaba el suyo a Alexander

Ambos se mostraban tranquilos ante su accesorio, al parecer les agradó su regalo...

plan de gemelos [emiliaco] |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora