CAPÍTULO 28

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Quedé completamente pasmado y petrificado ante las palabras de Daniel, y al parecer, todas mis amigas estaban pasando por el mismo sentimiento. No sabía cómo reaccionar. Miré a Paz y esta parecía más blanca de lo normal, como si su pulso y su respiración se hubiesen detenido.

-creo que nosotros nos vamos- dijo Sophie haciendo ademán de levantarse de la mesa. La idea me pareció brillante.

-no- dijo Paz en tono serio –si Daniel tiene que decirme algo, puede hacerlo enfrente de todos nosotros. Ustedes saben muy bien todo lo que pasó y también tienen derecho a escuchar.

Yo solo quería salir del lugar y esconderme bajo la alfombra. Me incomodaba demasiado el hecho de tener que permanecer ahí y tener que escuchar todo el lío amoroso que había entre ellos. Paz podía ser muy buena amiga mía, pero creía fervientemente que los problemas de dos, eran solo de dos.

Paz miró a Daniel con seriedad y este le mantuvo la mirada. El silencio podía cortarse con un cuchillo carnicero.

-Paz, me gustas. Nunca dejaste de gustarme- dijo Daniel en un tono de voz bajo. Se había inclinado un poco hacia nosotros para no llamar tanto la atención de las personas que estaban alrededor en las otras mesas.

-¿a quién quieres engañar?- cuestionó Paz con un tono de voz completamente firme. Miré a mis demás amigas y todas estaban haciendo algo para ignorar de cierta forma la conversación que estaba ocurriendo: Sophie estaba ocupando su celular al igual que Nicky, mientras que Paula estaba jugueteando con una de las servilletas que estaban en la mesa.

Daniel sacó una de las sillas que estaban desocupadas de una mesa cercana y se sentó cerca de nosotros. Dio un gran suspiro. Yo miré detalladamente mis manos, tratando de parecer tan solo una planta de ornamentación.

-Paz, me equivoqué y lo tengo muy claro, yo...

-gran error cometiste Daniel. Tu sabes todo lo que yo he cambiado por ti- la voz de mi amiga titubeó un poco, pero aun así, se mantenía firme –tú más que nadie sabe que antes no me preocupaba demasiado de mí, estaba segura de cómo era. Pero cuando comenzamos a ser novios mi seguridad se fue al piso y comencé a preocuparme más de mi misma. Empecé a usar maquillaje, a arreglar más mi cabello, a comportarme más delicada, sólo para impresionarte... lo que más temía era que me dejaras, y lo hiciste. Quizás todo lo que cambié por ti no fue suficiente.

Y el silencio apareció de nuevo.

Miré de reojo a Daniel, el cual parecía meditar tranquilamente su respuesta, y una gran rabia afloró en mí. Todo estaba tomando su lugar y forma. Paula estaría más cerca de su novio, Sophie estaba comenzando a creer nuevamente en el amor, Nicky estaba encontrándose consigo misma, yo estaba empezando desde cero y Paz estaba siendo fuerte y ganando la batalla. Pero de pronto, Daniel aparecía solo para desequilibrar las cosas. Realmente esperaba que él diera una respuesta creíble o una excusa bien elaborada para lo que había hecho, porque si no, yo tenía muy claro que alguien iba a salir con un ojo morado.

-me gustas tal cual eres, siempre ha sido así- comenzó a decir Daniel lentamente- Me gustas cuando te maquillas para impresionarme y me gustas cuando tu piel está natural, porque más llamas mi atención. Me gustas cuando peinas delicadamente tu cabello y me gustas más cuando lo tienes desordenado, sintiéndote libre. Me gusta cuando usas esos vestidos delicados, pero me gustas más cuando usas un simple pantalón deportivo, porque puedes saltar alegremente. Me gusta cuando te controlas al hablar, pero me gustas más cuando gritas, ya que puedes expresar tus ideas. Me gustas cuando eres centrada, pero te amo cuando te comportas como una verdadera loca, cuando dices las cosas sin pensar, cuando actúas sin meditar, cuando te comportas sin analizar las cosas. Te amo por ser tu misma.

Paz había quedado sin habla. Yo había quedado sin habla. Mis amigas me miraron de forma disimulada, dando a entender que también habían quedado sin habla. Todos estábamos pensando lo mismo: Daniel había dado uno de los discursos más románticos que habíamos escuchado en nuestras vidas.

-pero te fuiste con alguien más- rebatió Paz con la voz temblorosa. Ella tenía toda la razón, ya que entre decir y hacer las cosas había una gran distancia. Daniel miró al piso.

-lo sé- dijo él sin levantar la vista –y me he arrepentido todos estos días.

-¿puedes decirme el por qué?- dijo Paz mientras una lágrima rebelde se caía por su mejilla. Tuve el impulso incontrolable de ir a abrazarla –pero lo más importante es ¿por qué con ella? Si sabías que era mi amiga-. Y ahí mis ojos se abrieron como plato. Paz nunca me había contado que Daniel se había involucrado con una de las amigas de ella, lo que provocó que sintiera un poco más de odio hacia el muchacho.

-sabes cómo estaba nuestra relación- dijo él mirando a la chica con cabello castaño oscuro y tez pálida- Estábamos discutiendo mucho, cada día más. Y entonces apareció ella. Madison parecía entenderme y me ayudaba cuando todo entre nosotros se ponía negro. Y me confundí. Si estuve con ella fue porque pensé que la quería demasiado, pero solo me sirvió para demostrarme a mí mismo cuanto te amo.

-pero yo estoy saliendo con alguien- dijo Paz con la mandíbula tensa. Sabía lo mucho que le dolía a ella decir esas palabras, y me sorprendía la valentía que poseía mi amiga.

-lo sé, pero Paz, contéstame de forma sincera: ¿sales con él porque te gusta de verdad o porque quieres olvidarme?

Y el silenció apareció una vez más.

La respuesta de Paz definiría todo ese lío.

Sophie me miró de forma cómplice, como dándome a entender que ella sabía la respuesta de Paz.

-salgo con él para olvidarte- comentó mi amiga mirándose las manos.

-Paz, ¿quieres volver a ser mi novia?- inquirió Daniel. Sentía latir mi corazón de forma fuerte y no quería ni respirar para no perderme la respuesta de Paz. Paula se removió en su asiento dando la impresión que ella también estaba muy expectante de lo que podía pasar.

-no quiero- dijo mi amiga respondiendo a la pregunta del muchacho. Y abrí los ojos ante la sorpresiva respuesta.

-te entiendo- comentó Daniel con actitud de derrotado e hizo ademán de levantarse de su asiento.

-pero eso no significa que no quiera ser tu novia en un futuro. No apresuremos las cosas- agregó Paz. Y todo se calmó.

Llegué a mi casa antes que el sol se escondiera por completo. Saludé a mi mamá y a mi Nani y subí a mi habitación. Había sido una tarde llena de sentimientos encontrados, pero al fin todo parecía estar tranquilizándose. Paz con Daniel conversarían más a fondo sobre las cosas que habían pasado entre ellos, por lo que parecía que todo tendría un buen término.

Tomé mi laptop y me recosté con ella en la cama de mi habitación. La encendí y entré a Facebook para entretenerme un momento. Lo primero que me apareció en inicio fue que Matías había cambiado su foto de perfil, donde ahora aparecía de pie, donde se podía apreciar desde sus rodillas hacia arriba, con una polera azul, una gran sonrisa y mostrando su tatuaje de Liam Payne. Se veía hermoso, siempre lo hacía y podría jurar que en ese momento pude sentir ese aroma cítrico que me hacía sentir estrellas, tan característico de él. Sin dudar demasiado, apreté el botón de "me gusta" y una ventanita de conversación se abrió en la parte de debajo de mi pantalla.

Matías:
-hola rey Chris

Christopher:
-hola guerrero Matías
¿Cómo se encuentra?

Matías:
-súper bien!
De hecho quería hacerte
Un mini regalo

Christopher:
En serio????

Matías:
Sipi

Y entonces, Matías envió un link, que me llevó hacia un video musical. Apenas comenzó a sonar la música, mis ojos se inundaron de lágrimas.

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora