CAPÍTULO 29

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La melodía comenzó a sonar y solo atiné a sonreír. La canción se llamaba "En el mundo genial de las cosas que dices" cantada por el grupo Maldita Nerea, grupo totalmente desconocido para mi hasta ese entonces. En el video musical aparecían niños en un hospital, con gente y enfermeros que jugaban con ellos. Pero lo más lindo era lo que decía la letra de la canción:

"Y adelante, hacia la luna, donde quiera que esté,

que somos dos, y es solo una, y yo ya estuve una vez,

ven dime: un, dos, se duerme a mi lado, he vuelto a caer y sigue:

tres, seis, te llevo en mis manos, ya no te puedo perder"

La sonrisa en mi cara no podía ser más grande, realmente la canción era hermosa, inocente y a la vez soñadora. Si Matías sentía de verdad todo lo que la canción decía, entonces todas las decepciones que yo había vivido anteriormente habían valido la pena. Tal como decía mi Nani, las cosas buenas se hacían esperar.

Una de las estrofas de la canción me hizo soltar una que otra lágrima rebelde y me cuestioné el por qué era tan sensible. Pero en ese momento solo podía sentir felicidad.

"Y en el mundo genial de las cosas que vives

Hay castillos de luz y guerreros que dicen

Que la vida es mejor con palabras de suerte

Como diablos se puede quererte tan fuerte"

En cuanto la canción terminó, intenté reorganizar todos mis pensamientos y sentimientos, ya que era un montón de ideas sin pies ni cabeza. Al final, decidí hablarle nuevamente por Facebook.

Christopher:
-realmente me dejaste sin palabras
La canción es hermosa.

Matías:
-tú eres hermoso Chris
Eres una persona genial
Eres un verdadero superhéroe
Y no sabes cuánto te agradezco por salvarme

Christopher:
-te quiero mucho Matías

Matías:
-yo igual te quiero mucho Chris
Hablamos otro día, okay?

Chris:
-Okay
Cuídate mucho

Matías:
Espero regalonear más contigo
Te quiero
Bye!!

Me levanté de mi escritorio para revisar unos libros de mi librero cuando volvió a sonar la melodía de una ventanita de conversación en Facebook.

Matías:
-hey!

Me causó mucha curiosidad el hecho de que me hubiera vuelto a hablar, ya que comúnmente, cuando se despedía, se desconectaba de la red social. Sin esperar demasiado, respondí a su mensaje:

Christopher:
-dime

Matías:
-te quiero mucho
Recuérdalo, pase lo que pase.

Y el puntito verde de la ventana de conversación desapareció, dejándome con un gran sentimiento de confusión, pero a la vez satisfacción. Miré las estrellas pintadas en mi techo y solo por placer personal, revisé las fotos que teníamos juntos en Facebook.

Si bien las descripciones que había escrito eran muy románticas, estaban en inglés y eran letras de canciones, por lo que no me preocupaba lo que los demás pudiesen pensar. Miré todos los detalles de cada foto y reviví cada momento junto a Matías. La primera vez que nos juntamos, las plazas y parques que me llevó a conocer, lo valiente que fue para salvar a Nicky... Matías era el príncipe azul que por mucho tiempo había esperado y no podía pedir más.

Cerré sesión en Facebook y apagué mi laptop, me acomodé en mi cama y  me quedé dormido plácidamente, aunque extrañando el calor corporal de Matías, sus besos y sus cariños.

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora