Charlotte Sellers, construida de mil pedazos

Capítulo 20.

Dicen que cuando te sientes libre, cuando te sientes feliz es cuando más disfrutas de lo que te rodea. Hace dos semanas que ocurrió lo de Niall. No lo he olvidado, ha marcado mi vida, ha sido mi primer amor, un amor doloroso pero mi primer amor; pero nada se compara con el amor a una misma, con la libertad. 

Hoy he quedado con Liam. Es increíble, es de esas personas que siempre te hacen bien, y eso era justo lo que necesitaba, que alguien me hiciera bien. 

-¡AHHHH!-Chilla Austin al otro lado del teléfono. 

-Me vas a dejar completamente sorda.-Río.-¿Qué te pasa? 

-Hoy es tu cita con Liam Payne ¿tú sabes lo afortunada que eres Charlotte Sellers?-Grita emocionado. 

Ruedo los ojos y carcajeo.-¿Qué cita Austin? Sólo somos amigos. 

-Sí claro, amigos.-Bromea. 

-Tengo que colgar, te prometo que luego te llamo, te quiero.-Me despido. 

Me muerdo el labio, buscando en mi armario qué debo ponerme. Empiezo a sacar ropa y ropa, hasta que se forma una pila en la cama. Tengo muchas dudas, me pruebo la ropa sin parar, hasta que la frustración se apodera de mí. Tengo un serio problema: Mi indecisión. 

-Hola.-Me sonríe Liam.-¿Estás lista?

Asiento y entro en el coche. Estoy nerviosa, no sé por qué; no es una cita; no es una cita. Me repito continúamente. Sólo somo amigos, sólo somos amigos. 

-¿Qué lugar escondido me enseñarás esta vez?-Pregunto curiosa. 

Él ríe y encoje sus hombros. Seguidamente, enciende la radio, bendita casualidad, vuelve a sonar mi canción favorita, lo cual hace que sonríe. 

Subo los brazos para sentir el viento chocar contra ellos. Qué sensación tan bonita. 

-¿Vas a cerrar los ojos de una vez?-Agarra mis manos. 

-Está bien.-Ruedo los ojos sonriendo y acabo cerrándolos.

De repente siento mis pies fríos y algo húmedos. En cada paso que doy me hundo. Y sin duda, por el sonido de las olas rompiendo contra las piedras, sé que estamos en la playa. Abro los ojos sonriendo de oreja a oreja. 

-Te lo has currado.-Susurro mientras me acomodo en la toalla. 

Liam ríe.-¿Cómo estás?

-Bien.-Golpeo su hombro levemente por los gestos que me está poniendo con la cara. 

Y así transcurre la tarde, hablando y hablando sin parar. Conociendo a un Liam que nadie jamás podría imaginar, pero así es la vida, las personas te sorprenden, y Liam es una de ellas. 

-¿Enserio? ¿En serio prefieres el invierno antes que el verano?-Arquea una ceja bromeando. 

-¿Y qué le hago?-Carcajeo. 

Tras muchas, muchas risas, muchos secretos, y mucha sinceridad, el sol empieza a caer acompañado del sonido del mar, uno de los sonidos más bonitos del mundo. 

-Jamás había visto un atardecer así.-Murmura Liam. 

-Es precioso. Gracias.-Susurro observando el cielo. 

Estas tardes merecen la pena, la volvería a repetir una y mil veces más. Vuelvo a ser yo. Vuelvo a ser feliz. Liam me ha ayudado mucho, y ojalá algún día pueda devolvérselo como se lo merece. 

-No las des.-Sacude levemente mi cabello.