El peor verano de mi vida y un nuevo comienzo de clases

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Bien, nuevo año escolar. Ya no puedo esperar a llegar a la Escuela y hacer el abrazo grupal con todas mis amigas. El verano fue muy aburrido, me fui de viaje todo el verano con mis padres y no pude hacer nada que quisiera o me gustaría hacer a mi. Todo el viaje me estuvieron regañando por lo que hacia o no. Era verano y yo quería hacer lo que se me antojara pero no, porque siempre detrás de mí estaban esas dos personas que hicieron mi verano terriblemente malo, pésimo, odioso, un verano en el que daban ganas de tirarse del techo de la casa de mi tía Odette.

Generalmente me llevo bien con mis padres, me entienden, los entiendo, tienen sus reglas yo las mías, los amo, claro pero me hicieron pasar el peor verano de mi vida.

Fuimos a visitar a mi tía Odette, regordeta, con mucho brillo labial y muy, muy, muy cariñosa a su modo. Todos los días tenia que pasarme hasta la esponja con la que se lava los platos para sacar su brillo labial de mi cachete. Todos los días, del santísimo verano tuve que hacer esto.

Seguramente ustedes dirán que exagero, que no es tan malo. Pero hay cosas peores, tuve que comer su comida dietética que consistía en una verdura de cada color por día y una fruta color verde. Todo el verano, en vez de comer comida chatarra como todo adolescente suele hacer, comí verduras y esas cosas que a nadie le gustan, aunque por suerte me ayudaron a adelgazar. Baje dos kilos *levanta los dos pulgares*

Me despertaba a la medianoche cuando todos dormían y salía a tomar un helado fuera de casa, cuando podía, porque a veces la tía Odette estaba en la sala comiendo comida chatarra que a la mañana desaparecía. La primera vez que la observe hacer eso tuve ganas de meterles las verduras de color por el culo, pero me controle todos los días.

En cuanto las reglas de mis padres, antes de entrar al avión para ir a lo de mi tía Odette, me dieron un papel con estrictas reglas que decía:

Reglas de comportamiento:

1-No insultos a la tía Odette.

2-No insultos por su peso.

3-No insultos por su dieta no cumplida.

4-No insultos por su brillo labial.

En conclusión no insultar a la tía más "cariñosa" y gorda que tengo. Fue difícil y por supuesto que no los cumplí y por eso no me dejaron salir de esa casa. Un día, me había cansado de los ronquidos de la tía Odette y entonces me fui a dormir al sofá, a la mañana siguiente me encuentro asfixiada porque la tía Odette se había sentado arriba mío.

 No me pude recuperar de ese trauma. Estuve una semana sin hablar. Bueno una semana es un poco exagerado pero digamos que estuve casi tres días sin hablar, digo ‘casi’ porque en el tercero mis papas estaban cansados de que no hablara; porque bueno obviamente no sabían la razón por la que yo no hablaba; y me dijeron si quería ir a comer pizza y que solo iban a ir si decía que si. Al final hable y por suerte fuimos, pero cuando iba a comer el primer pedazo de mi deliciosísima pizza entro la puta tía Odette a la pizzería y nos dijo que no era nutritivo. Estaba por lanzarle la pizza en la cara pero recordé las reglas de mis padres y me controle. No quería ser castigada de nuevo.

Finalmente lo que hice fue fulminarla con mi cara y agarrar la caja de pizza y salir corriendo de la pizzería para irme lejos de allí y comer la pizza sola. Obviamente nadie se esperaba eso pero no me importo, tenia una pizza en mis manos y no iba a perderla.

En fin, un verano de mierda, mis padres me prometieron no volver nunca mas y les agradezco infinitamente por eso.

Lo bueno es que comienza la Escuela, el último año de Secundaria. Y si, se que suena feo decir que por suerte comienza la escuela pero después de pasar ese verano infernal en lo de la tía Odette estar en la escuela va a ser como estar en el mismísimo paraíso. Tengo buenas calificaciones siempre, soy una de las chicas más populares, digo, mi grupo es uno de los más populares, obviamente algunas de mis amigas están en el equipo de porristas, pero, yo nunca, jamás, en toda mi vida, quisiera ser porrista. Y es por tres simples razones:

¡Virgen, no tocar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora