Una..dos...tres horas pasaron sin que I.N pudiera conciliar verdaderamente el sueño.Con cada intento de impedir que más pensamientos girarán en su cabeza cerrando sus ojos, el pobre chico sentía como si una helada ráfaga se expandiera por todas sus extremidades con cada idea que lograba paralizarlo por completo, evitando que este mismo durmiera.
Por mas que evitase darle vueltas a su mente, su respiración comenzaba a tornarse aún más pesada y sus ganas de dormir definitivamente se habían esfumado por completo. Intento abrir una ventana que le ayudase a sus pulmones tener el frio tacto del aire, pero esta, por desgracia se encontraba totalmente sellada.
No podía seguir estando ahí, tenía que salir o de otra terminaría consumido ante la falta de aire que su cuerpo le exigía.
Con todo el cuidado del mundo para no despertar al que se encontraba plácidamente durmiendo en el sillón justo frente a la puerta de la única habitación.
Con pasos ligeros y sutiles abrió camino directo a la puerta del departamento, en donde por ultima vez dando un vistazo al interior para asegurarse de que no notasen su salida, abrió la puerta con las llaves que para su suerte reposaban sobre una pequeña mesa en la entrada y tomó camino para partir del edificio.
Paso a paso resonaban sus pisada en eco por aquellas desconocidas y desoladas calles. Caminó y caminó como si su cuerpo se encontrase en modo automático, pero, al tiempo en el que comenzaba recobrar la conciencia de sus actos, la ya conocida sensación de temor invadió nuevamente su cuerpo.
Aún se encontraban las calles un poco obscuras. Supuso que durante su tiempo en aquel extraño edificio, del cielo había caído la sincronía de la lluvia, pues el ambiente a su alrededor sufría los efectos secundarios de ella y con cada caricia de las fresca brisa que sentía en sus mejillas, minúsculas gotas de agua seguían acompañandola.
Las calles comenzaron a volverse más conocidas a medida que avanzaba —ya estoy cerca— pensaba el azabache para si mismo observando a lo lejos las empinadas calles que subiría para llegar al lugar que siempre solía ir a despejarse.
Sabia que faltaban pocas horas para que los rayos de luz comenzaran a asomarse por el horizonte, dando inicio a un nuevo dia. El estaría en ese solitario y viejo mirador justo para ser testigo de la majestuosa vista del espectáculo de las luces.
Su respiración ya avanzaba con facilidad y en su mente empezaba a ver más claridad. Aún seguía obscuro y con la altura de el lugar, se sentía más baja la temperatura y el viento soplaba aún más fuerte.
Recargandose sobre el barandal que cruzaba todo el terreno del mirador, se abrazó un poco a sí mismo para entrar en calor. Inhalando y exhalando, sabia que podía llegar a enfermarse, pero disfrutaba más que nunca cada una de las frescas caricias que el aire le brindaba y el dulce olor que prolongaba con el reciente rocío de la lluvia.
A lo lejos destellaban las luces de la ciudad, admirandolas con sus ojos como si aquellas estrellas del cielo hubiesen bajado a sus pies. Le gustaba pensar sobre el origen de cada una de esas luces y las posibles historias que albergaban, le intrigaba saber cuántas de ellas vivian en una fantasía.
—Si sigues parado ahí vas a agarrar un gran resfriado—advirtió la voz de una segunda persona de la cual no se había percatado y lo tomó completamente desprevenido al verse adentrado en sus pensamientos.
—¿Pero qu-—se corto el azabache al darse cuenta de que se trataba nada más y nada menos de aquel chico de cabellos dorados que se suponía que seguia durmiendo.
—¿Que es lo que haces aquí? ¿Me has estado siguiendo todo este tiempo?— cuestiono el menor.
—¿Sabes? Soy una persona de sueño ligero a la cual despertaron con el fuerte ruido de la puerta de su propio departamento siendo abierta— explicó Hyunjin a la vez que se situaba a uno de los lados del chico que lo miraba confundido.
—Yo...necesitaba un poco de aire y no podía dormir—mencionó I.N tímidamente.
—Ya veo...y vaya camino que te aventaste— dijo el contrario con un tono sarcastico— No se como pensaste en salir completamente solo, despues todo esto que sucedió. Digo, eres libre de tomar tus propias decisiones, pero no hace poco fuimos testigos de lo peligroso que puede ser—
—¿Y es por eso que decidiste seguirme hasta acá?— dijo el menor incrédulo
—Exactamente, además...también necesitaba un poco de aire—mencionó Hyunjin a lo que el contrario simplemente se limitó a rodar sus ojos.
Un largo silencio se manifestó entre ambos chicos, solo se escuchaba el constante sonido de algunos insectos que rondaban en el lugar, el viento seguía soplando y el rubio comenzaba a cuestionarse el porqué no había traído una sudadera extra consigo.
Las horas pasaron y frente a ellos las luces del amanecer comenzaba a iluminar cada una de las nubes en el cielo con tonos cálidos a medida que el sol poco a poco se alzaba sobre ellos bañando el horizonte con sus rayos anaranjados.
—¿Que es en lo que tanto piensas I.N?—preguntó. Hyunjin estaba totalmente intrigado en el extraño comportamiento del azabache
—¿Realmente quieres saber?—exhalo y pregunto I.N, a lo que el rubio simplemente asintió.
—Pienso en como puede existir la gente que se baña en riqueza sin preocupación alguna, cuando fuera de su brillante burbuja estamos todos nosotros viviendo al día y lideando con nuestra sobrevivencia. Ellos con un simple chasquido de sus dedos ya tienen a gente llenando su mesa de alimentos que seguramente ni comen la mitad, cuando su propia gente no puede ni asegurar el si tendrán que comer para el dia siguiente...Pienso en como por esa misma razón muchos termina por rebajarse por necesidad, actuando de una forma tan violenta por dinero, o que incluso terminan por denigrarse como personas—
Hyunjin quedó un poco desconcertado con todo aquello que acababa de contarle el chico
—¿Ves aquellos grandes picos a lo lejos entre los árboles?—preguntó I.N a la vez que señalaba la zona en donde se ubicaba el castillo de la realeza.
—Todo es culpa de ellos, se creen tan superiores que no se preocupan ni por el pueblo que mantiene y costea sus vidas superficiales llenas de lujos. Es más, nunca salen de sus estupidos muros, temen enfrentarse con la realidad de su gente— dijo con clara molestia el azabache.
Todo aquello le cayó como balde de agua a Hyunjin, ¿Aquella era la forma en la que su pueblo pensaban sobre ellos? pensó seriamente en su interior.
—Pero...¿que acaso no contribullen mucho con donaciones a programas y asociaciones que ayudan a todo el que lo necesita?—Cuestionó el rubio obteniendo como respuesta una pequeña burla.
Toda su vida sus padres habían alzado y mencionado la gran importancia de todos esos eventos que realizaban en el palacio con el objetivo de recaudar fondos para los programas sociales que tenian como objetivo ayudar a los necesitados.
—¿Hablas de los programas que se pagan con el mismo dinero del pueblo? —contesto el contrario con un tono incredulo—Ayudan a muchos, pero no es suficiente para saciar las necesidades de todos. No me sorprende el que se hayan ganado el odio de demasiadas personas disconformes que no le encuentran el sentido a la monarquía—concluyó el azabache dejando profundamente reflexionando a un chico que acababa de enterarse sobre las mentiras con las que había estado viviendo toda su vida ¿Que tanto de lo que se le había enseñado era Real?
Aquello era todo lo que Hyunjin necesitaba para abrir sus ojos, era lo que estaba persuadiendo encontrar al momento de escapar del castillo y sabía muy bien que aprendería mucho más cosas si permanecía de lado de él chico que se hacía llamar I.N.
¿El problema? Tenia que cuidar a toda costa el que no descubriese su verdadera identidad, se podía notar a simple vista que el chico tenía un claro disgusto por la familia Real y eso lo incluía a el. Si esto llegaba a pasar, definitivamente perdería aquella gran oportunidad que se le habia presentado para cumplir el objetivo de todo su plan.
Hyunjin estaba más que dispuesto a aprovechar lo maximo posible aquella puerta que justo se le habia abierto.
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||The Unwanted Crown||HHJ&YJI
FanficUna Historia en donde Hyunjin como futuro heredero del reino, se ve obligado a seguir la tradición de encontrar una reina que lo acompañe en su mandato y pueda convertirse en su mano derecha. Pero...¿qué pasará cuando el Joven Hwang se resista a se...