Los pájaros cantaban, el motor de la ciudad comenzaba a marchar con la fuerza de las personas que salían a arrancarla. Minutos después de su corto intercambio de palabras, minutos en donde ambos chicos debatía sin desistir con cada uno de sus pensamientos, minutos en los que el rubio dentro de las proyecciones en su intelecto, el factor del deseo al descubrimiento se infiltraba. Tanto Hyunjin como I.N, juntos, hombro a hombro, bajaban por aquella gran colina del mirador.
En cuestión de segundos, como el polvo forzado por el viento. El pequeño azabache disipo de sus ojos como si nunca hubiese estado a su lado. Busco a su alrededor, pero no había señal alguna que indicase la dirección por la que podría haberse ido.
Hyunjin no tenia idea de a donde se dirigia, realmente que había perdido la noción del lugar en el que se encontraba, todo aquello era totalmente nuevo para si mismo. Le recordaba a todas aquellas veces en las que salia junto a su padre de caza por los bosques del palacio cuando era tan solo un niño. Daban vueltas y vueltas en busca de un animal al cual cazar, pero sin saber si era tan solo por un simple descuido o si todo era con el principal objetivo de su padre para convertirlo en un hombre fuerte e independiente desde una corta edad, el pequeño príncipe siempre terminaba en soledad, perdido entre las rugosas ramas de las penumbras en el gran bosque. Aquella sensación a lo desconocido era totalmente la misma para describir lo que vivía en ese preciso momento.
Vendedores se acercaban acorralándolo con ofertas de compras que no buscaba. Ni siquiera cargaba dinero encima, pensaba Hyunjin para si mismo. Naranjas, pescado fresco, pan recién salido del horno, incienso, aquellos eran algunos de los olores que inundaban sus fosas nasales comenzando marear lo junto a el sonido del vaivén de la gente que iba y venia por aquel mercado callejero en el que parecía haberse envuelto.
Todo parecía girar a su alrededor, era la primera vez en el que se enfrentaba a tanta gente y aquello era un poco perturvante para el. Suaves empujones para unos, se sentían para el rubio como las grandes embestidas que daban las olas al descender por las orillas del mar.
Quedándose estático en el centro de la multitud, se cuestionaba si con cada paso que daba se acercaba más a la salida o si simplemente aquello era un laberinto sin ella. Las personas que pasaban a sus lados, algunas de ellas se acercaban con bruscos choques y otras maldecían por obstruir el camino.
Estaba comenzando a alterarse un poco. Pero a pesar de su pesada respiración y el mareo manifestándose cada ves mas fuerte, Hyunjin nunca se detuvo. Se aferraba a la posible salida que encontraría y el no era la clase de persona que se rendía sin al menos intentar. Al parecer todas aquellas lecciones del pasado por parte de su padre, habían dado frutos.
Diez, quince...veinte minutos pasaron y ya no encontraba rastro de la luz del sol con todas las carpas que yacían sobre el.
Nuevamente recordaba las incontables veces que se había sentado frente al tronco de uno de los árboles del bosque cuando niño, en donde la desesperación por no encontrar una salida le ganaba y lloraba por el terror que le causaba. Fueron contadas las veces en las que su padre se acercaba y lo encontraba realizando aquel acto de cobardía. Lo abofeteaba y le reprendía con duras frases que le afligían repitiéndose las una y otra vez -¿Tu crees que llorando bajo un árbol como una nenita, mágicamente se solucionarán tus problemas como si fuera un cuento de hadas? Deja de ser un cobarde y comportate como un hombre de verdad que enfrenta la adversidad con la frente en alto o verdaderamente te daré un motivo para llorar-
Hyunjin sospechaba en su interior que la frecuencia con la que se perdía no era mera coincidencia. Con el tiempo aprendió a obligarse a levantarse y deshacerse de las torpes lágrimas que lo convertían en cobarde.
El príncipe recuperó su compostura y con la frente en alto, tal y como se le había enseñado, camino entre los obscuros rincones de la zona, hasta que finalmente comenzaba a acercarse a un área más despejada que señalaba una cercana salida.
-¿¡Hyunjin?!-escucho que le llamaban entre la multitud
-¿Lee Know? ¿Eres tú?-contestó dudoso al observar la familiar silueta del amigo peligris del teniente Bang.
-¿¡Pero donde demonios te habías metido?! Joder ¿Sabes siquiera lo asustado que está Chan? ¿Puedes darte una idea de los que sintió al ver la puerta de tu departamento sin llave y sin ti adentro? Lleva toda la mañana buscándote que hasta me marco desesperado para que le ayudara-reclamo Lee Know con molestia y un poco de alivio por finalmente encontrar al príncipe que había desaparecido.
-Tu vida no es un juego Hwang...te recuerdo que en cualquier momento el palacio lanza un reporte de tu desaparición y tu pequeño cambio de look no ayudará tanto a protegerte de aquellos que desean atacar a la realeza. Tienes suerte de que tu rostro jamás haya salido a la luz, pero en cuanto al palacio se le ocurra lanzar un reporte y adiós a todo tu jueguito -
Hyunjin sabía que se había buscado todo aquello, era consciente de que había tomado acciones demasiado imprudentes al desaparecer sin rastro alguno entre obscuros callejones, solo por seguir a un desconocido que apenas había conocido la noche anterior.
-Enserio lo lamento...fue demasiado imprudente de mi parte lo se, pero era demasiado temprano cuando salí y no quería despertar a Chan mientras dormía- explicó el rubio
-Solo...Regresemos al edificio antes de que le dé un infarto a Chan ¿De acuerdo?- contestó Lee Know un poco cansado exhalando y pasando una mano por su rostro para calmarse.

ESTÁS LEYENDO
||The Unwanted Crown||HHJ&YJI
Fiksi PenggemarUna Historia en donde Hyunjin como futuro heredero del reino, se ve obligado a seguir la tradición de encontrar una reina que lo acompañe en su mandato y pueda convertirse en su mano derecha. Pero...¿qué pasará cuando el Joven Hwang se resista a se...