Damian nunca pensó que al día siguiente de la despedida de soltero de su hermano en Las Vegas terminaría con él abriendo la puerta de su habitación de hotel a una desastrosa Raven.
Desvelada, cansada, y aún usando la misma ropa del día anterior; ella lucía como si hubiera pasado una terrible noche.
"Repite otra vez, ¿Qué tu que?." Damian volvió a cuestionar al no haber entendido lo que le dijo en cuanto le abrió la puerta.
"La cagué, y muy mal." Raven le rodó exageradamente los ojos para apartarlo de la puerta y entrar a la habitación.
Con los hombros caídos y arrastrando los pies, ella se dejó caer sin ningún cuidado en la cama, tan derrotada que ni siquiera parecía importarle que su corto vestido rojo se levantó con la acción.
Damian estaba lejos de comprender la situación, pero aún así camino hasta ella para levantarla en sus brazos tal fuera un saco de papas y sentarla correctamente en la cama, sin olvidar poner una almohada en su regazo para que tapara sus piernas y sus descuidados movimientos.
"Raven." Damian la llamó con firmeza y ella solo enchuecó los labios como una niña encaprichada, "Necesito una verdadera explicación para comprender porque apareciste en mi puerta como si te hubieran..."
No fue capaz de terminar su oración cuando su mente voló a desagradables posibilidades. Si la hubieran; ¿Robado?, ¿Golpeado?...¡¿Ultrajado?!.
El mero pensamiento lo mortificó como a un loco.
"¿Te hicieron daño?. Fue ese idiota que nos siguió al vestíbulo cuando rechazaste bailar con él en el bar, ¿Verdad?. Creo que Garfield era su nombre, llamaré a recepción para que la policía se encargue de él. ¡Empresas Wayne lo refundirá en la cárcel!."
Damian estuvo a punto de hacer la llamada a la recepción del hotel cuando Raven tomó el teléfono y lo volvió a colgar.
"No me pasó nada grave." Raven suspiró, su cuerpo cayó a la cama, pero esta vez pateó las sábanas hasta quedar debajo de ellas. "Bueno, si, pero no lo que te imaginas."
"Eso no me tranquiliza." Damian gruñó conforme se despeinada el cabello de pura frustración al no saber que ocurrió con su amiga. "Ayer estabas demasiado ebria, debí haberme quedado contigo...y..—"
"Me casé con Conner."
Damian paro de hablar al instante, sus ojos fijos en la figura oculta en las sábanas que poco a poco sacaba un brazo del escondite, para mostrar como en su dedo anular brillaba débilmente una banda dorada.
No contuvo su curiosidad, subió apresurado a la cama, y de rodillas junto a ella inspeccionó de cerca el anillo en su dedo. Como una broma de mal gusto, gravado en la joyería falsa se leía la frase: 'Recién casados', junto a las iniciales de los novios y la fecha del día anterior.
"¿Cómo...?"
"Las Vegas, alcohol, una capilla barata y un McDonalds." Raven asomó la cabeza por debajo de las sábanas para pasarle su teléfono. "Estaba ebria, pero no olvidé guardar evidencias para rememorar el dulce momento en el futuro."
En el rollo de la cámara de su celular habían cientos de fotos que corroboraban los hechos de la alocada noche que Raven tuvo con Conner Kent.; Primero, los dos se encontraban junto a Donna en un bar, después el panorama cambió a una capilla donde un imitador de Elvis Presley daba ceremonia a la boda entre Conner y Raven. Por ultimo, los recién casados celebraban su unión en un sucio restaurante de comida rápida, ambos mas enfocados en sus hamburguesas que en sus situaciones. Cada imagen mostraba la evidente ebriedad en los novios.