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Luzu continuaba haciendo aquella muralla

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Luzu continuaba haciendo aquella muralla. Por cada segundo que pasaba estaba más cansado, casi no podía ni pensar, lo hacía de forma automática y con la mente en blanco, porque si llegaba a pensar aunque fuera por un momento caería rendido.
Le quedaba más de la mitad para acabar, pero no podía permitirse parar, si ellos llegaban y la muralla no está terminada de construirse se burlarían de él, y es lo que menos necesitaba en esos momentos.

Sin embargo, parece que los dioses tenían planeado otra cosa para él, y justo una persona apareció por dónde se supone que tendría que ir la puerta.

¿Luzu? ¿Qué estás haciendo?—Como dije antes, con cualquier distracción nuestro protagonista caería rendido. En cuanto giró la cabeza para ver quién acababa de decir eso toda la fuerza que había estado haciendo en mantenerse consciente se perdió en un instante. Calló desmayado al suelo con una rapidez impresionante.
Vegetta salió corriendo para agarrarle antes de que cayera al suelo, llegó por muy poco, pero llegó.
Le alzó en brazos y lo llevó al interior de la casa.

Vegetta sabía bien cómo era el chico, y sabía también cuanto podía ser para él una decepción tan grande

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Vegetta sabía bien cómo era el chico, y sabía también cuanto podía ser para él una decepción tan grande.
También sabía que aunque él se mostraba cómo que quería estar solo, lo que más necesitaba en esos momentos era un hombro en el que llorar, y mientras el resto de personas estaba celebrando la alcaldía de Lolito y preparándose para tomar sus puestos, él junto con Willy estaban preocupados por el chico de cabellos castaños.
El pelinegro fue sólo, y sin embargo nada más dejar al chico descansando en la cama llamó al albino para que fuera a la casa.
Esta vez se había pasado, se notaba que llevaba días sin comer y a juzgar por las ojeras también sin dormir.

Tal vez ese momento de paz le vendría bien.

Ambos chicos se mantenieron junto a él en la habitación, de momento no había ni un solo médico en Karmaland, y el único que lo iba a haber (dentro de poco) era al que menos tenían que involucrar.
Además, pedirle ayuda a los dioses iba a ser inútil, así que con saber que Luzu seguía vivo les bastaba, puesto que tarde o temprano se iba a despertar.

Entonces...¿qué tal con Rubius?—Willy soltó eso sin más, llevaban ya media hora así y se estaba a empezando a cansar. Así que por eso decidió entablar conversación con el de cabellos puntiagudos.

Pues...¿bien? No sé cómo queréis que vayan más cosas, solo somos amigos.—Sabiendo como iba a ir eso, contestó con un simple "somos amigos", al cual a cierto chico con máscara de oso hubiera dolido, aunque sólo fuera por hacer drama.—¿Y tú con Fargan y Alexby?Al abino esta le pilló por sorpresa, ¿él y ese pájaro? Sería imposible que quedaran juntos, y por si fuera poco le añadían al enano.

Lo mismo, amigos.

Aaaam...

Durante unos segundos un silencio incómodo se apoderó del lugar. Silencio que se rompió cuando se dieron cuenta de que siendo tan tarde empezaban a aparecer monstruos, y que sin la muralla terminada de construir podrían entrar a la casa por cualquier hueco.
Willy salió a comprobar si alguien había entrado y no, ningún hueco y ninguna criaturas acechando en la casa.
Cuando llegó negó ese hecho moviendo la cabeza.

¿Y si dormimos y mañana le continuamos la muralla para que tenga menos trabajo?La propuesta no era mala, así que ambos se quitaron la camiseta y se tumbaron en la cama a ambos lados de Luzu.
El problema de su casa es que no habían más habitaciones y no era el momento de ir a la de alguno de los dos a por el saco.

El problema de su casa es que no habían más habitaciones y no era el momento de ir a la de alguno de los dos a por el saco

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¡¿PERO QUÉ?!-Un grito resonó por toda la casa. Luzu estaba más fuera de lugar que nunca. ¿Qué hacían esos héroes en su cama? Espera...¡¿En su cama?!—Oh por los dioses...no me jodas que...levantó levemente la sábana para ver mejor a cualquiera de los dos. Ninguno traía camiseta o sudadera, y no se atrevió a bajar más la vista.—Ay dios, ay dios, ay dios....

Luzu~...para de gritar de una vez~...Dijo el albino, y abrazándole entre sueños le hizo caer otra vez de lleno en la cama, dejándole inmovilizado en la cama con un sólo brazo.

Joder...¿Qué he hecho?Pensó, aún creyendo saber cuál era la respuesta.

Buff...¿qué hora es?el pelinegro a la izquierda del de ojos carmesí acercó su brazo a un reloj que había ahí. Sin embargo, al volver se dió cuenta de cierto detalle.—Hey Luzu, buenos días.El nombrado le miró con temor, aunque él ya sabía por qué.

¿N-nos hemos...l-los tres nos...?Casi no podía ni hablar, tenía miedo de la respuesta, cosa que el albino, que ya estaba despierto, aprovechó en su favor.

Claro que sí, y lo disfrutaste como una perra.arrimó el cuerpo del chico hacía él, para darle más realismo. Vegetta le siguió el juego.

Lo siento por las sábanas, estaban tan limpias...supongo que tendrás que lavarlas.—Y acto seguido de decir eso empezó a vestirse. El ojiverde se levantó e hizo lo mismo. Sin embargo, Luzu seguía en shock.

Q-que yo...c-con vosotros...Aún estaba procesando lo que había pasado, pero Willy no aguantó más la risa.

JODER TÍO NO AGUANTASLe gritó el contrario, mientras el otro se partía el culo. El pelinegro suspiró resignado. Se acercó a la cama y le puso la mano en la cabeza—Era una broma, relájate. No ha pasado nada.Le removió un poco el pelo y siguió con lo suyo. Luzu aún no reaccionaba.

Entonces...¿era una broma?El ojiverde asintió.—ME CAGO EN VUESTRA PUTA RAZA QUE MIEDO HE PASADO.Los otros dos se rieron y siguieron con lo suyo. Una vez le explicaron lo que verdaderamente pasó todos fueron a desayunar.

Y así Luzu se pudo olvidar de lo ocurrido aunque fuera por algunas horas.

Ah, y terminaron la muralla, ¿Pero a quién le importa ese muro? Ni que fuera el de Trump.

Ah, y terminaron la muralla, ¿Pero a quién le importa ese muro? Ni que fuera el de Trump

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❝Karma❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora