- Bueno Lena, ya son dos años desde que viniste acá por primera vez, ¿cómo te sentís?
Lena estaba recostada en el diván de Helena, como cada miércoles desde hacía dos años. Resultó ser que todo el tema del diván era pura fantasía hollywoodense, pero Lena quería tener uno, así que se dio el lujo de importar uno desde Italia como un regalo. Helena le dijo que intentaba comprar el amor de la gente con regalos caros, pero de todos modos aceptó el presente.
- La verdad... estoy un poco nerviosa. Me parece que nunca estuvimos un mes seguido sin vernos, pero bueno. No puedo seguir viniendo acá toda mi vida, aunque a veces me gustaría. Supongo que este mes es un momento tan bueno para empezar, como cualquier otro.
- Confío en que vas a estar bien. Si sufrís una recaída, acordate de lo que charlamos este tiempo.
- Sobre eso... tuve una anoche.
- ¿Una recaída? Contame.
- Me estaba bañando, dejé que el agua me tapara hasta la nariz en la bañera mientras escuchaba un poco de música... y me acordé de mamá. Me sentí horrible por unos minutos hasta que me pude tranquilizar.
Para esas alturas, Lena ya sabía que su visión de hacía más de dos años había dicho la verdad: nunca dejaba de doler del todo. Podía dejar de llorar, reír genuinamente, pero el dolor siempre volvía. A Lena ya no le importaba. El dolor no era su estado natural, nunca lo había sido, y había aprendido a aceptar esas recaídas como lo que eran: su cruel pasado cobrándole peaje para seguir adelante. Seguía oyendo la voz de su depresión, pero había aprendido a combatirla.
- Y está todo el tema con Kara...
- ¿Kara? Sí, es cierto, hace rato no me hablás de tu novia. ¿Pasó algo? - dijo Helena, sin dejar de tomar notas en su cuaderno.
- Sí, pasó justamente eso... ya no somos novias. Hicimos lo que pudimos, pero ambas terminamos por saber que no era suficiente, que necesitábamos otra cosa... y eso me dejó bastante vacía.
- Lamento saberlo, ¿cómo te sentís ahora mismo?
- Bueno, fue difícil dejar de ser novia de Kara... pero la boda no estuvo mal - dijo Lena, levantando la mano derecha y mostrando el anillo que Kara le había comprado con medio año de su trabajo. Teniendo en cuenta la diferencia salarial entre ambas, el sólo hecho de que Kara hubiese hecho ese sacrificio hubiera bastado de por sí para que Lena aceptase. Se echó a reír en el consultorio - Perdón, sé que es malísimo, pero me hace reír.
Helena ni siquiera sonrió.
- Espero aceptes un consejo de boda: si algún día tenés deseos de dejar LCorp y dedicarte al stand up, no hagas caso.
- Ya te pedí perdón - dijo Lena, antes de volver a ponerse seria - aparte, lo de que me sentí vacía sí es cierto... nunca te dije cómo estuve cuando empezamos a salir por primera vez, ¿no?
- ¿Muy feliz?
- ¿Feliz? ¡Fue el peor día de mi vida!
Helena dejó de escribir, prestando atención completa a todo lo que Lena fuese a decir tras eso.
- Mi vida entera hasta ese punto había sido sufrir, pero cuando empecé a salir con Kara, me dije "este es tu final feliz Lena" pero me di cuenta que no era el final, que tenía que levantarme al día siguiente, y al otro, y al otro, y al otro... y fue agotador darme cuenta de que el final feliz no era sino otra página del libro. Me preocupó mucho arruinarlo todo, y lo hice, ambas lo hicimos, y así fue como el final feliz fue otro mal capítulo... volver a salir con ella, y ahora casarme, fue un poco como repetir esa sensación.
- Entiendo, pero me estás diciendo que solamente un poco, ¿qué cambió?
- Yo cambié. Me di cuenta que nunca vamos a tener un final feliz, porque la vida no tiene finales. Mañana puede ser el mejor o el peor día de mi vida, y aún así voy a tener que levantarme al día siguiente... pero eso está bien. Cada día es una oportunidad de ser mejor o peor, y lo que importa es lo que yo haga con eso.
- Entonces, ¿ahora tenés fe en vos misma?
Lena lanzó una risa seca.
- No, no tengo fé en mí misma, ni en que pueda ser tan feliz como quisiera... pero sí tengo fe en Kara. No puedo asegurar que vayamos a estar juntas para siempre, o que todo nos va a salir bien, pero sí que ella me inspira a estar bien todos los días... ¿sabe qué es lo que más amo de ella?
- No realmente.
- Tras lo de la bañera, traté de calmarme antes de salir del baño, para no asustarla, y creí que lo había hecho bien... pero ella se dio cuenta de lo que me estaba pasando, y no me dijo nada. Simplemente se acercó a mí, y me abrazó con fuerza hasta que me sentí mejor. Kara me entiende mejor que nadie, y un abrazo suyo vuelve a unir todas mis partes rotas... no sé, supongo que es lindo saber que no soy un monstruo, o una causa perdida... ¿nos sigue quedando tiempo?
- Temo que no, y que ya tengo a otro paciente esperándome afuera. Te espero en un mes, y felicidades por la boda.
Afuera del edificio donde Lena iba a atenderse, estaba Kara con su traje de Supergirl. Cada vez era más adepta a presentarse de la nada donde Lena estaba, y no podía negar que la idea le gustaba.
- Así que... ¿lista para irnos?
- ¿Puede ser a Roma esta vez?
- Venga, ¿por qué no?
Kara tomó a Lena en brazos, y empezaron a volar. Allá, en el cielo, en compañía de la mujer que amaba y con el viento sacudiéndole la cara y el pelo, Lena supo que era feliz. Quizás al día siguiente lo fuese aún más, o quizás alguna tragedia la sacudiese, pero en ese momento, no existía nada excepto aquel instante, y el estarlo compartiendo con su esposa.
Bueno, eso fue algo sin lugar a dudas. Quería agradecerles a todos los que leyeron esto con el correr de los días, los que van a leerlo en un futuro, y a quienes quisieron darle una chance a mi historia, pero no les agradó. Espero que a todos les gusten mis historias futuras, ya más alejado de los ships y centrado en ideas 100% originales. Esto era algo que debía hacer, y no quiero despedirme sin agradecer a la gente que me ayudó a que vean esto acá.
Gracias a Agustina, la mejor editora que pude tener. La idea de escribir los pensamientos de Lena en una tipografía diferente es enteramente suya.
Gracias a Niffilerr, por decirme lo mejor que alguien pudo decirme sobre este trabajo.
Gracias a Beetha, Anthony, Franco y lesbianlioness por convencerme a mí, la persona más insegura del planeta, de que esto era bueno y merecía la pena ser compartido.
Por último, recordarles a todos que, si sienten que padecen depresión, o conocen a alguien que la tenga, sepan que no están solos, y que la ayuda profesional puede hacer maravillas. Son mucho más fuertes y válidos de lo que creen.
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Sin Finales Felices (fanfic Supercorp)
FanfictionLena Luthor no está bien, y lleva ya tiempo sin estarlo. Años de mentiras, dolor, y luchar contra su propia depresión la han dejado completamente sola, y enfrentando una guerra interior que no sabe luchar. Ahora, tras la muerte de su madre Lilian, t...