IV

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La noche indicada llegó, y Lena no podía sentirse menos lista para salir a algún lado. Acababa de despertarse tras una siesta de cuatro horas, y sentía las piernas cansadas, como anclas que la encadenaban al sillón donde se había dormido, además de que lo jodido de su mente le impedía salir de su habitación.

"No vas a salir con Kara, ¿no? ¿Qué puede ser más importante que cuatro paredes y un sillón? ¿Arriesgarte a romperle el corazón de nuevo? Quedate acá una noche más, y otra, y otra, dejá que tu cuerpo se pudra en soledad"

Lena conocía demasiado a la voz de su depresión, y sabía que no la dejaría sola hasta que no le hubiera hecho caso.

Incapaz de levantarse, tanteó la mesita cerca de su sillón hasta encontrar su celular. Cuando lo hizo, buscó el contacto de Kara, nerviosa. Si seguía usando el mismo número que cuando salían, se ahorraría la pesadumbre de decírselo en persona, y ver la expresión de desilusión en su rostro. Afortunadamente para Lena, Kara replicó tras sólo dos timbrazos.

- ¿Lena? ¿Todo bien? Justo salía para allá.

- No no, sobre eso... tuve una emergencia, hoy no puedo salir - Lena intentó cambiar su tono catatónico, pero no lo consiguió.

- Ya hablamos de esto Lena, solamente una noche - Kara empezaba a enojarse, y Lena lo sintió, pero ya no podía echarse atrás.

- Ya sé, pero hoy no puedo... perdón. Prometo avisarte cuando me desocupe.

- ¿Promesa? - respondió Kara, tras un suspiro prolongado, como recobrando esperanzas en que Lena le avisase a tiempo.

- Promesa, te quiero - dijo Lena colgando abruptamente, incapaz de seguir hablando. Sabía que no iba a llamarla de nuevo.

"¿Por qué hiciste eso? Te hubieras divertido, y hubieras visto a la mujer de la que estás enamorada. ¿Ves que destruís todo lo que tocás? Por eso te odia. Por eso todos te odian. Por eso te odiás. No llores, no te merecés ese lujo. Egoísta. Cobarde de mierda"

Lena intentó dormirse de nuevo, pero al ver que no lograba conciliar el sueño, se quedó tirada en el sillón con los ojos abiertos, mirando a la nada, perdida en sus pensamientos mientras recordaba a toda la gente que ya nunca más estaría en su vida. Su madre, Lilian, Lex, y ahora Kara. Todos ellos por una razón diferente, pero dolían, dolían como puñaladas en lo más hondo de su alma.

"Si Lena, esto es lo que sos. Jamás fuiste una Luthor, ni tampoco sos otra cosa. No sos nada ni nadie. Deberías acabar con todo esta noche, así el dolor acabaría. Nadie va a llorar por vos, digo, tus mamitas murieron, tu hermano está preso y te odia, y Kara debe estar harta de estar atada a tus llantos de nena malcriada que cree tener problemas siendo billonaria y joven. Lo tenés todo, y no te basta. Sos basura"

Lena estaba harta de escuchar a su conciencia, pero no lograba juntar las fuerzas para salir del sillón e ir a buscar sus somníferos, así que se quedó ahí, sufriendo su tortura mental en silencio.

En ese mismo momento, se escuchó un fuerte estruendo que hizo a Lena saltar de su letargo. Kara estaba ahí, de pie en su balcón, con un gesto de desaprobación y enojo.

"No cerraste el balcón, estúpida, ¿querías poner a prueba a Kara, a ver si seguía siendo tu heroína y se arriesgaba a venir a verte? Ya tiene demasiados problemas para vos. Sos horrible. Siempre fuiste horrible"

- Kara...

- Así que tu emergencia era esto. Diría que puede esperar un par de horas hasta que vuelvas, ¿no? - dijo Kara con un tono sarcástico, mientras inspeccionaba aquel cuarto casi vacío.

Sin Finales Felices (fanfic Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora