¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
mi corbata estaba muy ajustada, me la aflojé un poco para que no muriera por falta de aire, me miré al espejo, no entendía el porqué de lucir tan elegante para una graduación de primaria, si sólo se trataba de entregarnos un cartón blanco que nos daba permiso para ser más inteligentes, algo simplemente absurdo.
—chicos, en cinco minutos deben salir de aquí.
me giré para desviar mis ojos hacia otra dirección, o mejor dicho, hacia la persona que atrapaba toda mi atención. estaba vistiendo un hermoso terno negro, fruncí el ceño al verlo, pues a pesar de que se le veía muy lindo, no estábamos en un velorio para que fuese así, le faltaba el toque especial, así que me acerqué a él para ayudarle.
—odio las ropas formales.
le toqué el hombro en cuanto lo escuché, el se asustó unos segundos, pero sus músculos se relajaron cuando supo que era yo. lo di vuelta para que su cuerpo me estuviese viendo, él frunció el ceño, no se esperaba que me fuese a acercar tan de improvisto.
—eres muy sencillo, raúl.
acaricie su cuello con la tela, tan delicadamente como el tocaba mi corazón, enrollé esta en su pecho para crear una bonita forma, hice trazos difíciles, parecían tan descifrables, como mis sentimientos, y todo lo anterior hizo que la simple prenda que le puse, se convirtiera en una linda corbata de color rojo.
rojo, que simboliza amor.
—¿te gusta?
se encogió de hombros y salió de mi vista, yéndose a jugar con sus amigos, pues él sí tenía, mientras a mi me dejó con el espejo, en el cual se estaba viendo anteriormente, al frente.
miré mis ojos, tenían un brillo diferente, todo porque había visto a raúl en traje, no iba a mentir, se veía lindo, pero tampoco se lo voy a andar diciendo, la manera en la que nos tratábamos era a bromas pesadas por mi parte.
pero dicen que entre broma y broma, uno se enamora.
miré mi traje por última vez, y una leve imagen apareció a mi lado, era un raúl tomando mi mano con un anillo en sus dedos, lástima que todo eso sea producto de mi imaginación, ¿pero qué hacía yo imaginándome eso?, tan sólo tenía trece años.
creo que me está gustando raúl.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
