“¿Promesas?
El día fue muy tenso y largo, Nicholas no se despegó de mí ni un segundo. Brenda y Doris estaban muy conmocionadas por lo del embarazo de Kathleen.
Llegué a casa con mi hermana, ya preparadas para irnos a casa de los Farrow. Mi padre no lo sabía, él solo pensó que era Kath quien se iba, y se llevaría un ataque al corazón si se enteraba; así que aprovechamos el hecho de que no estaba en casa para irnos. Tomamos nuestro equipaje, que no eran más que bolsos con ropa, porque yo volvería luego a buscar cosas e irme a Juilliard.
Tomamos un taxi a la casa de Doris, al llegar allá nos recibieron muy bien. Su familia era encantadora, sencillamente adorables. Teníamos una habitación para ambas, dos camas y un baño.
- Sólo será un tiempo – suspiré dejándome caer en la cama.
- Exacto – ella hizo una mueca – Jack ha recibido una beca para ir a la Universidad de Nueva York… - comentó.
- ¿Va a dejarte? – me espanté.
- Va a llevarme con él. Sus tíos tienen un apartamento cerca de la universidad, prácticamente se lo regalaron. Creo que por ahora es lo mejor, estaremos cerca, será perfecto.
- No sabes cuán aliviada estoy ahora Kath, no estarás sola – sonreí.
- Lo sé – sonrió – No quiero estar aquí, menos cerca de papá y mamá. Aunque Jack tendrá que trabajar, su padre le enviará dinero por si acaso – musitó – también tendré que trabajar yo porque no será suficiente.
- Trabajaré por ti hermana, los ayudaré. Tú preocúpate del bebé y ya.
- No tienes que hacerlo Elaine…
- Yo viviré en el internado, no hay gastos, tengo beca. Ya está dicho.
- Gracias – se acercó y se lazó sobre mí en un abrazo.
- Oye ahora estás más pesada – reí.
- Eres la mejor hermana de todas.
Ambas reímos y empezamos a desempacar nuestra ropa. En eso, Doris entró a la habitación, traía el teléfono en la mano y me lo tendió con una mueca.
- Es tu madre. Sabe que estás aquí.Arrugué la frente y tomé el teléfono.
- ¿Qué?
- ¿CÓMO SE TE OCURRIÓ ESCAPARTE CON TU HERMANA?, ¡ESTAMOS ATACADOS AQUÍ CON TU PADRE! VUELVE EN ESTE INSTANTE.
- No voy a volver, no si Kathleen no viene conmigo, yo no voy a abandonarla como tú y mi padre lo hicieron – gruñí tras la línea.
- ¡IREMOS POR AMBAS ENTONCES!
- No, no quiero que vengan, son los peores padres del mundo, no puedo creer que la hayan corrido, es su hija.
- ¡ELAINE DESPUES DISCUTIMOS ESO! – gritó – Ahora quédate ahí y no te muevas. Iremos por ti.
Colgó.
- Estamos en problemas – hice una mueca.
- Yo no volveré – Kath negó con la cabeza – todo está hecho ya. Ellos me corrieron.
- Quiero quedarme contigo – dije muy convencida.
- No te sientas obligada a estar aquí. Sé que te lo pedí pero ya harás cosas por mí cuando el bebé nazca. Estarás mejor con mis padres.
- No, yo quiero quedarme Kath, punto – le di el teléfono a Doris.
- Las dejaré solas…
- No Do, ven – abrí mis brazos para rodearla, necesitaba un abrazo por parte de mi mejor amiga – gracias por dejarnos quedar. Eres una gran amiga.
- No hay de qué. Ven Kathleen, únete – agarró a Kath del brazo para acercarla a nosotras.
- Se olvidan del bebé – rió Kath – dice que gracias, y que aunque no las conoce, las ama.Pasaron algunos minutos, sinceramente muy tensos. Cuando mis padres llegaron, salí simplemente a hablarles. Me quedé parada frente a ellos, mientas papá bajaba con una seriedad tan infinita que me dio miedo. Mamá también bajó del carro y se cruzó de brazos.
- ¿Y tu hermana? – preguntó mi padre.
- No va a venir, y no puedes pedirle que vuelva después de haberla corrido de la casa… sería hipócrita de tu parte.
- ¡Ve por tus cosas Elaine, y sube al auto! – gruñó Susan. Yo fruncí el ceño y apreté los puños.
- ¡No puedes decirme qué hacer!
- No le hables así a tu madre – gruñó papá.
- Ella no es mi madre – pronuncié cada palabra con tanto odio en ellas que Susan comenzó a llorar y se metió al auto una vez más. Mi padre me miró muy sorprendido.
- Sí así lo quieres – asintió – No puedo creer que sean tan malagradecidas. Ambas… ¡Ve por tu hermana!
- No – me crucé de brazos.
- No voy a permitir que te hagas esto. Eres mi hija, vas a obedecerme, no puedes quedarte aquí.
- Obsérvame – me volteé y entré a casa de Doris.
La noche me la pasé sin dormir, pensando en mi hermana, en Nicholas y en lo que le había dicho a Susan, una parte de mi no se arrepentía, ya que era verdad... y mi furia en ese momento solo recurrió a palabras fuertes. Pero por otro lado la había hecho sentir muy mal.
A las cinco de la madrugada caí en brazos de Morfeo. Dormí prácticamente solo por el dolor del cabeza que me producía estar llorando. Desperté a las diez, ya no llegaría a clases ni aunque quisiera. Kathleen se había levantado y estaba en la cocina desayunando junto con Doris, que tampoco había ido a clases.- Eres una holgazana Do – reí tomando un vaso de jugo y una tostada para sentarme a su lado. Ella rió.
- No pienso ir a la escuela cuando ustedes me necesitan. Además mis padres no están nunca en casa. No va a enterarse de nada.
- ¿Cómo dormiste? – Kath me miró. Tenía ojeras muy marcadas pero sonreía.
- Pésimo – hice una mueca.
- ¿Irás a despedirte de Nicholas? – ladeó la cabeza. Dejé lo que estaba haciendo.
- Es verdad… estoy retrasada – me puse de pie.
- Elaine, tienes que comer algo – reclamó Do. Yo negué.
- El vuelo de Nick sale en tres horas, debo ir a Hollywood, al aeropuerto.Presurosa, me vestí y tomé dinero. Salí prácticamente corriendo de la casa de los Farrow. Llegué a la estación de buses y me subí al primero que iba directo a Hollywood.
El viaje se me hizo larguísimo, siendo que no quedaba tan lejos. Los nervios me comían viva. ¿Y si no llegaba a tiempo? ¿Y si Nick ya se había ido? ¿Y si pensaba él que yo había olvidado que tomaba un vuelo?
Suspiré.
“Es tu novio Elaine. No pensará mal de ti.”
En cuanto llegué allá, me fui directo al aeropuerto.
“¿Y ahora?”
No sabía el número del vuelo de Nicholas y ya faltaba poco para que despegara el avión. Por suerte me sabía su número de memoria. Tomé un teléfono público y marqué. Dos, tres, cuatro tonos…- Nicholas – solté en cuanto contestó.
- ¿Elaine? – sonó emocionado.
- Acabo de llegar al aeropuerto, ¿Dónde te encuentras?
- Oh, Elaine, pensé que no vendrías. Cuanta falta te hace un teléfono. Estoy en la sección de embarques, el vuelo sale en pocos minutos. Apresúrate.
- De acuerdo – colgué.Corrí entre las personas, hasta llegar a la sección de embarque. Nicholas estaba con su mochila sobre las piernas, sentado con la cabeza gacha. No parecía feliz.
Cuando me vio se levantó y me abrazó, tan fuerte como lo hacía siempre, pero está vez había algo diferente... él se iría por mucho tiempo.
- Elaine estás temblando – me dijo.
- Lo sé – escondí mi cabeza en su cuello.
- No estés así, volveré pronto. Lo prometo.
- No prometas algo que ambos sabemos, no cumplirás – Suspiré.
- ¿No confías en mi? – preguntó ceñudo.
- Sí, pero irás a Oxford, conocerás gente nueva, tendrás nuevos amigos, es un lugar diferente Nicholas, no siempre vas a extrañarme... conocerás chicas.
- Tú eres la única chica que me importa Elaine. Y te extrañaré mucho.
Besé su mejilla y él me abrazó muy fuerte una vez más. En eso, alguien se aclaró la garganta tras nosotros.
- Brent, hermano. Viniste – Nicholas abrazó a Brent y yo fruncí el ceño. ¿Qué hacía ahí?
- No te dejaría ir sin antes despedirme, enano.
- Brent, te despediste de mí hace unas horas nada más, en casa – rió Nick.
- Ya sé. Mamá está triste, y papá también. Como estaban en el trabajo, me escapé. ¿Y tú Elaine? ¿Por qué esa cara? Es solo Nicholas.
- “Solo Nicholas” es mi novio – me encogí de hombros.
- Lo olvidaba. ¿Cómo pasaste la noche? Pareces triste. ¿Fue Doris buena contigo?
- Estuvo bien. Ella siempre es buena conmigo.
- Ya es hora, ¿me acompañan? – apuntó a la señorita que recibía los boletos de avión y había una larga fila de personas esperando.
- Claro – tomé su mano y caminamos hasta que fue su turno de mostrar el pasaporte y el boleto.
- Ya está, ellos no pueden pasar – dijo la chica. Nicholas se volteó a mirarme.
- Cuando me extrañes, piensa en los buenos momentos que pasamos juntos, no en los malos. Sé que son muchos más pero hago lo que puedo. Te amo.
- Yo te amo... más de lo que piensas – respondí colgándome de su cuello.
- Entonces me amas muchísimo – sonrió. Me besó en los labios, fue un beso corto – Adiós Brent – abrazó a su hermano.
- Adiós Nick – dije.
- Adiós hermano – dijo Brent.
- Elaine, te veré pronto lo prometo – caminó hasta que lo perdí de vista.Iba a extrañar a ese chico.
FIN DE LA SEGUNDA TEMPORADA.
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No todavía || 2da temporada
General FictionLa vida de Elaine Tolley. Esta obra se encuentra en proceso de edición. Esta novela tiene el permiso de la autora Scarlet P.G para ser publicada en esta cuenta.