Capítulo XXIX !Alto¡

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Al llegar a casa, abrí la puerta de golpe, subí a mi habitación corriendo sin nisiquiera saludar a mi madre. simplemente estaba emocionado por el nuevo descubrimiento que había hecho.

Entonces me senté en la cama, esperando pude escuchar como crujia la madera, pocos minutos después entró hacer el menor escándalo.

Inmediatamente sacó el frasco, tomó la tapa y luego comienzo a regar en todas partes del cuarto. Le cayó a Lola, se mojaron los muebles, el piso, absolutamente todo.

Ella empezó a gritar de manera demoníaca, las ventanas no sabían a donde moverse, mi madre se asustó desde el piso de abajo. No sabía que estaba pasando puesto que su hijo al parecer actuaba como loco,me eché encima el agua bendita era un espectáculo tenebroso.

Salí corriendo hacia la puerta, en un descuido me resbaló, caigo de cara en el frío piso de madera; entonces quedo atontado, el golpe fue tan fuerte que me terminé desmayando y mis ojos se cerraron. Un golpe tan grande que quedé adolorido por unos segundos, y al final se convirtieron minutos eternos en el suelo

Un Diario Desquiciante © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora