No le importó las piedras que perforaban sus pies a cada paso, o las constantes ramas que golpeaban su rostro cuando pasaba entre los arbustos, nada de eso importaba, había visto a SeokJin entre los árboles, y aunque había la remota posibilidad que fuese sólo su imaginación no podía desaprovechar una oportunidad como esa.
—¿Dónde estás?... —. Repetía una y otra vez en murmullos, no sabía si en verdad había alguien delante. Su garganta paso un gran tragó de saliva cuando vio a SeokJin ahí, parado en medio de unos árboles, mirándolo con aquella ternura, como si fuese su hermano mayor.
Corrió a sus brazos con suaves lagrimas derramándose en sus mejillas, aliviando la presión en su pecho cuando los brazos correspondieron su agarre. Simplemente lloró, lloró como un niño pequeño, acallando sus gritos entre la ropa de su amigo, apretando su rostro en aquel pecho, sintiéndose como en casa.
—JiMin—. SeokJin acarició sus cabellos, con esa amabilidad que le brindaba después de las torturas dentro del laboratorio. —Ya no llores—. Su voz se escuchaba más ronca, lo que hizo que parara poco a poco, quedando sus ojos hinchados y rojos. Quitó los restos de lágrimas de su rostro con las mangas de su suéter. El rostro de SeokJin parecía cansado, incluso ahora veía la suciedad en sus ropas y piel, él era un maniático de la limpieza.
—¿Escapaste? —. Preguntó sorprendido, cuando SeokJin lo ayudo escapar le pidió que se fuese con él, el de cabello negro se negó porque decía que allí era el lugar donde pertenecía, que a pesar de las crueldades que hacía el jefe, amaba su trabajo ahí, pero que lo iba a extrañar como a un hermano.
—Si... las cosas se pusieron complicadas—. Intentó restar importancia de que estaba ahí, que había roto su contrato y que ahora podía ser demandado por ese fallo, aunque sabía que su jefe no quería despedirlo nada más.
—¿Cómo sabes dónde estaba? —.
—De eso quería hablar, JiMin...—. SeokJin dejó de hablar, pero su mirada seguía enfrente, lo que hizo que JiMin se girara con rapidez hacia donde miraba SeokJin, encontrándose con un lobo enorme asechándolos desde uno de los árboles del otro lado. —No te muevas...—. Le advirtió el mayor, intentando pasarlo detrás de su cuerpo, aunque era obvio que eso no iba a servir de mucho, ese lobo no debía de ser normal, parecía del triple del tamaño de cualquier lobo en una película que haya visto.
El animal gruñó enseñando sus afilados dientes, advirtiendo con cada paso que daba hacía ellos. JiMin veía algo raro en el lobo, esos ojos, podía jurar que los había visto en alguna parte.
—¿JungKook? —. Fue el primer pensamiento del castaño ya que él le había visto salir de la casa, pudo haberlo perseguido.
El lobo dejó de caminar, y miró a JiMin con curiosidad cuando se puso delante del otro hombre.
—Eres JungKook, ¿cierto? —. Preguntó con duda, que el animal se hubiese detenido cuando hablo no parecía coincidencia. Para su sorpresa en segundos apareció YoonGi frente a él, desnudo.
—No—. Su voz gruesa le hizo estremecerse un poco, pero inmediatamente bajó su mirada a la entrepierna, se sonrojo por lo que vio y porque fue su primera acción.
—Lo siento yo...—. Se intentó cubrir los ojos, pero YoonGi no parecía incomodo con su desnudes, y cuando se giró a ver a SeokJin, el hombre tampoco parecía incomodo con ver al cambiaformas desnudo, sintió un poco de celos.
YoonGi entrecerró los ojos, mirando con dureza a SeokJin.
—Él es un amigo, es SeokJin—. JiMin podía leer sus pensamientos, eso era grandioso, ni siquiera tuvo que preguntar quién era el hombre a su lado. —Deberíamos regresar a casa —. JiMin sujetó de la muñeca a YoonGi cuando llegó a su lado, y caminó de regreso, no sin antes voltear hacia su amigo para asegurarse que lo seguía.
ESTÁS LEYENDO
El ultimo ángel [BTSxJiMin]
FantasíaHace mucho tiempo los humanos, cambia-forma, vampiros, demonios y ángeles convivían pacíficamente, se ayudaban unos a otros, sin embargo, los humanos se volvieron en contra de los seres sobrenaturales, capturando y exterminando. El miedo y la ignora...