Es curioso como te puedes encariñar de una persona sin verla.
Para mi AmBerBEE fue el primer usuario en línea a las cuatro de la mañana en víspera de navidad que encontré, en esos momentos solo buscaba con quien jugar.
Nunca creí que esa persona lle...
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—Quédate en el auto —ordenó papá molesto.
Él se bajo y aunque apartó a mi madre del auto lo "suficiente" para que no escuchara, mi padre no podía evitar gritarle.
—Entiendo que me pueda odiar a mí, pero Shawn lleva llorando desde que Sam lo negó —le gritó.
—Y eso no fue lo que hiciste tu, lo que indirectamente ellos hicieron —me defendió— tú has dejado en claro muchas veces que no querías ver a Sam y que no los querías exponer a esto, así que no quieras poner a mi hijo como culpable.
—Solo quiero que le pida una disculpa de acuerdo —exigió.
Mi padre suspiró para controlarse y no decir nada grave.
—Mi hijo no se va a disculpar así que déjanos tranquilos y mantente alejada como bien sabes hacer —estableció para darse la vuelta e irse.
Entró al auto y sin decir más nos fuimos.
—Tranquilo Sam llegaremos pronto a casa —me calmó.
—No papá, al hospital —confesé— no me siento bien.
Mi padre me miró y asintió para meterle al acelerador para llegar más rápido al hospital, no era de más pues tenía fiebre, además de que mi corazón estaba latiendo como si se quisiera salir de mi pecho.
Me internaron para llenarme de medicamentos, Rose llegó para regañarme pero en cuanto papá le contó lo sucedido se arrepintió.
Mi padre estaba a mi lado como siempre.
—¿Quieres algo?... agua, tu celular —ofreció mi padre.
—Estoy bien —contesté tajante.
—Sam lo qué pasó...
—Quiero dormir —interrumpí cansado.
Papá solo suspiró, pero me dejo dormir sin decir más.
Desperté un par de horas después, la fiebre había bajado y mi corazón se había normalizado, siempre era alarmante pues nunca sabíamos si un día iba a dejar de latir.
—¿Nos podemos ir? —pedí mirando a mi padre.
—Quieren que pases aquí la noche Sammy —explicó— te darán el alta por la mañana.
—Bien —dije acomodándome.
Papá se sentó en la cama para tomar mi mano y acariciar mi cabello con una sonrisa.
—Papá —lo llamé.
—Si Sam —respondió.
—¿Por qué nunca me dijiste que te contactabas con mamá? —pregunté llegando al punto.
Papá se detuvo un momento y se quedó en silencio.
—Quería que tuvieras una madre Sam, no has tenido una vida nada fácil y sentí que debía darte eso... una madre que cuidará de ti y hermanos que te acompañarán —explicó— pero la idea de tu madre era otra... lo intente varias veces, pero no te lo dije porque no quería que te lastimara más de lo que ya hizo, perdón hijo.
