Es curioso como te puedes encariñar de una persona sin verla.
Para mi AmBerBEE fue el primer usuario en línea a las cuatro de la mañana en víspera de navidad que encontré, en esos momentos solo buscaba con quien jugar.
Nunca creí que esa persona lle...
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—¡Mierda! —exclamé.
Mi padre salió de la cocina al escucharme.
—¿Y mi pizza? —preguntó confundido.
—Papá desconéctame —dije no muy alto.
—¿Qué? —preguntó— Sam estás por comer...
—Papá afuera está la chica con la que hablo, puedes por favor desconectarme para que pueda salir —explique acelerado.
Mi padre suspiró abrumado pero lo hizo pues sabía lo importante que era para mi.
—Una hora Sammy —dijo preocupado.
—Gracias —sonreí.
Me había tardado un par de minutos y por suerte seguía afuera.
—Amber —salí.
—Sam —dijo ella— pensé que no saldrías.
—Lo siento, no quería que me vieras en calzoncillos de Batman —mentí.
Ella sonrió, esperaba que se lo creyera.
Amber se acercó para abrazarme, trate de que fuera rápido y no tan cerca pues temía que mis tubos se golpearan con su cuerpo.
—Eres más alto de lo que pensaba —comentó riendo.
—Y tú menos píxeleada —bromeé.
Ella me miró sonriendo, yo solo esperaba poder seguirle el ritmo.
—Hay un parque en la esquina, quieres caminar un poco —ofrecí.
—Me encantaría —aceptó ella.
Caminamos al pequeño parque que no estaba muy lejos pero hacía tanto que no iba, nos sentamos en una pequeña banca.
—Pensé que estarías con tu padre —dije abrumado.
—Así es —sonrió— solo que omití decirte que mi padre vive aquí.
—Pequeño detalle —contesté.
Ella soltó una pequeña risa, y debo admitirlo me encantaba verla a unos centímetros de mi.
—¡No puede ser! —exclamó al ver el carro de helados.
Ella me llevo hasta haya jalándome cual niña pequeña, pidió el helado emocionada y su cara de felicidad al darle la primera probada era algo que nunca olvidaría.
—Seguro que no quieres —insistió.
—No me gusta —mentí, eran mis favoritos cuando niño.
—Oh vamos es la mejor golosina del mundo —exclamó— es helado con algodón.