No soy como tu...

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Licastos estaba paralizado, por el miedo, a la situación, a su padre y a la miradas de todos los allí presentes que recaían  sobre él.

Su padre le soltó bruscamente, haciéndole daño incluso. Un rugido furioso fue lo único que se escuchó en el norte en aquel momento.

- ¡ Tú, sangre de mi sangre, destruyendo el legado de nuestros ancestros!

Su voz retumbaba en los salientes de las rocas  y hacia que todos escucharan la voz de su padre como si estuvieran allí abajo junto con el.En ese momento muchos se alejaban asustados, la situación se había vuelto muy peligrosa en cuestión de segundos.

El rey que había permanecido viendo la escena desde su trono se levantó entonces, y aún sonriente intentó calmar la situación.

- Vamos ,vamos, el chico se habrá puesto nervioso y se le habrá escapado algo. A veces pasa, Kaz.

Kazthar estaba enfurecido, se podía ver como un poco más y se volvería rojo de la ira. Pero conservó un poco la paciencia, porque el rey se lo exigía.
O al menos lo intentó.

Licastos por su parte, quería explicarles a todos que no era necesario matar, que él había sido feliz dejando vivir. Quería que entendieran que no era necesario continuar la masacre, pero le daba miedo su padre, temía lo que llegaría a hacerle.
Pero entonces el rey se le acercó, y puso una mano en su hombro, intentando apoyarlo.

-No hay necesidad de avergonzarse joven cazador, incluso una presa pequeña es una presa. Puedes mostrarnos lo que has traído.

- Y-yo... Yo no...

- Tranquilo, nadie se reirá de ti, te lo prometo.

La presión aumentaba, estaba por estallar. Y así lo hizo

- ¡Yo no he cazado! No es necesario... P-podriamos dejarlo... Y vivir solo de la ganadería... No hace falta matar a nadie...

Un silencio absoluto se hizo en la sala.El eco de la voz del muchacho todavía retumbaba por los rincones.El joven estaba muy asustado.Su padre le miraba con desprecio sorprendido por lo que su hijo acababa de hacer.

-Apresadlo ,llevarlo a las mazmorras. Necesita ser reeducado -dijo el rey  cambiando completamente el  tono de su voz a  un tono muchísimo más oscuro el rey .

Tras recibir esta orden y sin esperar un segundo  dos enormes manticoras que formaban parte de la guardia real  se abalanzaron sobre el muchacho  agarraron al que agarraron  de los hombros. A la desesperada Licastos  se revolvía tratando de soltarse. Pero a cada intento de fuga  los guardias clavaban más zarpas en sus hombros.

- ¡Padre ayúdame! Por favor padre ,no he hecho nada malo. Tenéis que escucharme.... no he hecho nada malo porfavor... gritaba el joven  desesperado mientras se lo llevaban sin poder hacer nada para evitarlo.

La voz de Licastos se perdía en el eco de las paredes de la cueva.Mientras allí estaba ,observando ,inmovil Kazthar. Reprimiendo los instintos de ayudar a su hijo.

-Estas haciendo lo correcto Kazthar, quizás no acabe como tu mujer...quizas el chaval reaccione. -dijo el rey suavemente al hombre que con los gritos cada vez más lejanos de su hijo perdía todo lo que le quedaba.

Kazthar reprimió su reacción y se giró  caminando por el gran salón  hacia su cueva ,bajo la mirada inquisitiva y los susurros de los allí presentes.De  fondo el sonido de los gritos de ayuda de  su hijo  los cuales después de todo se clavan en los tímpanos del hombre como puñales.

La última imagen que vio Licastos fue la de su padre alejándose entre las gentes mientras el gritaba desesperado 
-¡Padre ,por favor ayúdame! -Grito por última vez,tras eso los guardias hartos del escándalo le dieron un golpe seco en la cabeza y joven cayó inconsciente y ensangrentado sobre el gélido suelo  de la cueva.

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