CAPÍTULO 3: Artista médium

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Una semana había pasado desde la entrada de Devon, James y Amarant al equipo de waterpolo. Desde ese día, Devon ha estado cumpliendo con el horario de entrenamiento del equipo, yendo a entrenar los martes, jueves y sábados por la tarde. Lucius y Paul le contaron a Devon que Nathan era bastante conocido: ha estado participando en patinaje artístico desde hacía ya un tiempo, en la categoría juvenil y había quedado varias veces en segunda y primera posición, ganándose una reputación. El desafío comenzaba en la categoría de adulto, pues ahí había gente tan buena como él patinando. Devon comprendió de que se había hecho amigo de alguien considerado una celebridad, pero para él seguía siendo un buen amigo. Antes de las prácticas de waterpolo, Devon se pasaba a ver a Nathan practicar en el "pabellón del hielo", como Nathan le contó a Devon que lo había bautizado. Devon siempre se quedaba absorto mirando a Nathan hacer piruetas y saltos que para él parecían imposibles de hacer, pero que el coyote las hacía con gracia, con fuerza y con elegancia. Después de que el coyote terminara de practicar, Devon se quedaba charlando unos minutos con él hasta que tenía que irse a las prácticas de waterpolo. Devon descubrió que al coyote le gustaban los dulces, los videojuegos de rol, cocinar y los libros de fantasía, y acordaron quedar alguna vez para recomendar y comentar libros y jugar a videojuegos. Además, Nathan le prometió cocinarle algo cuando fuera a su casa, cosa que a Devon le pareció buena idea.

En las prácticas de waterpolo, todo era algo monótono: entrenar pases, tiros, estrategias, marcaje... y después ducharse y bromear con sus compañeros. Con James y Amarant, Devon había desarrollado bastante buena amistad. El entrenador había desarrollado un plan de entrenamiento para James para que pudiera empezar a jugar lo más pronto posible, pero por supuesto esto le llevaría al conejo algo de tiempo. Amarant y Devon entrenaban con el equipo y recibían consejos de aquellos quienes jugaban en sus posiciones. Preston había demostrado ser sincero respecto a ser buen amigo de Devon, además de el resto, ya que al salir de las prácticas acompañaba a Paul, Devon, Amarant y James hasta la salida de la universidad, momento en el que todos tomaban caminos diferentes a sus casas. Una vez llegaban a casa, Devon preparaba la cena para que una vez llegado Lucius cenaran todos juntos. En la noche, Devon solía hacer dos cosas: o leía algunos de sus nuevos libros o hablaba con Nathan si estaba disponible. El coyote resultó una gran ayuda a la hora de quitarle a Devon el aburrimiento, conversando de variados temas y bromeando de vez en cuando. Por fin Devon se sentía a gusto después de tanto tiempo: tenía amigos, estaba probando cosas nuevas y la carrera que había elegido le gustaba. Se sentía incluido, no un bicho raro y antisocial. Las clases habían comenzado recientemente y Devon no pudo evitar emocionarse y sentirse nervioso a la vez. Por suerte, sus compañeros de clase parecían buenas personas, aunque Devon no estaba seguro de si llegaría a tener amistad con alguno de sus compañeros.

Ese día era martes. Las clases ya habían terminado y Devon había quedado con Lucius, Preston, Amarant y James en la cafetería de su facultad, que era la más cercana al pabellón de las piscinas. Lucius y Preston ya se conocían por Paul, pero Amarant y James nunca lo habían conocido, solo habían oído hablar de él por parte de Devon. Los cinco ya se hallaban conversando mientras comían.

-¡Qué genial sería tener un chef en casa!- exclamó James, suspirando y mirando a Devon-. Que suerte tienes de que Lucius pueda prepararte cosas ricas.

-No siempre puede- dijo Devon-. En las noches suelo cocinar yo.

-¿Y, cómo chef en progreso, qué opinas de la comida que te prepara Devon?- preguntó Amarant, curioso.

-Mmm... No está tan mal. Alguna vez se ha pasado con la cocción o le ha echado muchas especias, pero sabe hacer platos decentes- dijo Lucius, mirando a Devon-: Nene, ¿alguna vez habías cocinado?

-Ninguna, estos días han sido las primeras veces que toco los fogones- dijo el lobo, rascando su cabeza-. He tenido que guiarme por las recetas de los libros para no liarla.

Jóvenes de un Mundo Cambiante Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora