CAPÍTULO 4: Casa solitaria

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-¿Ir a tu casa hoy?- preguntó Devon a Nathan, quien estaba a punto de empezar a practicar su programa corto.

Había llegado el domingo. La semana había pasado tranquila con las clases, únicamente iniciando el temario y con los profesores presentando su asignatura. Las prácticas de waterpolo habían avanzado de la forma esperada y Devon notaba cada día un poco de mejora en su habilidad. Pero el lobo notaba cada vez más mejoría en sus amistades: Lucius y Paul han sido sus mejores apoyos desde el inicio, han sido los que le enseñaron a soltarse un poco... a despertar aquella parte de la personalidad del lobo que se quedó dormida. Devon no podía parar de agradecerles lo que hacían por él y ellos siempre le repetían que no era nada, que le gustaba su compañía. Preston había hecho buena amistad con Devon, le gustaba mucho ayudarle a mejorar como jugador de waterpolo, además de que se emocionaba mucho hablando con él de insectos, temática que le fascinaba y en la que se estaba especializando. Devon escuchaba impresionado como, a cada minuto, el lince le contaba datos interesantes sobre muchos insectos. Alguna que otra vez Preston se había pasado por el apartamento para jugar con Lucius, Paul y Devon a los videojuegos, pero no habían sido muchas, pues entre el trabajo de Paul y Lucius y las prácticas de waterpolo no había podido hacerles muchas visitas. Amarant, tal y como dijo James el primer día que se conocieron, se había vuelto más amistoso con el lobo. Le hablaba de su gusto por la carne, que lo volvía loco, de los videojuegos de acción y de terror, con los que disfrutaba asustarse, y de como le gustaba observar el espacio. Incluso alguna vez le había contado algunas de las historias que daban nombres a las constelaciones. James había demostrado su gusto por los libros al lobo, hablando de vez en cuando de algunos de los títulos que le habían encantado y preguntando a Devon cuáles eran sus favoritos y recomendados. Además, le gustaba mucho ver anime y siempre le gustaba hablarle a Devon de lo que pasaba en cada capítulo que veía, pese a que este no lo conocía. Vanessa había ido a ver a Devon entrenar varias veces y le había mostrado como avanzaba con el cuadro, cuyo boceto ya estaba en el lienzo y Vanessa lo estaba empezando a pintar. La gata le mostró a Devon varios cuadros, en los que había principalmente muchas flores y elementos de la naturaleza como cascadas o montañas. Devon le impresionaba cuan apasionada era la gata con su arte, la naturaleza, su ropa punk... y el café bastante amargo y fuerte. Con Nathan... el lobo se sentía a gusto. Muy a gusto. Disfrutaba verle danzar en el hielo, practicar sus saltos y piruetas pese a que alguna vez se caía, momentos en los que el lobo se preocupaba ligeramente por el coyote pero este se levantaba, le sonreía y continuaba practicando. Devon descubrió cuán fantasioso era Nathan: cuando hablaba de videojuegos o de libros de fantasía, Devon sentía como Nathan relataba la historia como si fuera el propio protagonista de esta. Le gustaba esa faceta del coyote, le hacía ver bastante inocente pese a lo que había sufrido. Y siempre que hablaba de dulces... a Devon se le hacia la boca agua, pues las descripciones del coyote parecían tan reales que le daban hambre. Sin duda, lo pasaba bien con Nathan. Aquel día, el coyote estaba a punto de practicar su programa corto y como Devon no tenía mucho que hacer además de quedarse en casa con Lucius y Paul jugando a la consola, decidió ir a verle. Le comentó que ya había encontrado una canción para el programa libre y que estaba empezando a idear el programa, cosa que alegró a Devon. Entonces, antes de empezar a practicar su programa corto, le propuso aquello.

-¡Yo creo que es buena idea!- exclamó Anastasia, contenta-. Así le acompañas un poco en la tarde, que seguro agradece la compañía.

-De acuerdo, no me parece mal- dijo Devon, asintiendo-. Pero de momento ponte a practicar.

-De acuerdo- dijo Nathan, sonriendo y yendo al centro de la pista.

-Muy bien, Nathan- dijo Anastasia, con el casete-. Recuerda tener cuidado con los cuádruples.

Nathan adoptó la posición inicial: sus brazos situados en cruz y apoyados en su pecho, con las palmas de las manos abiertas y mirando hacia arriba. Su pierna derecha estaba separada de su pierna izquierda levemente y su cabeza miraba hacia arriba. Devon nunca había visto el programa completo y tenía mucha curiosidad por este desde que vio como terminaba la primera vez que conoció a Nathan. La música empezó a sonar. Nathan cambió su posición poco a poco: fue girando hacia su izquierda y bajando levemente su torso con rectitud, bajando y descruzando sus brazos hacia abajo y dándose impulso. Allí comenzó el baile: con leves movimientos y con una expresión algo apenada, Nathan comenzó a mostrar la desesperación que sintió cuando sus padres fallecieron. Movimientos suaves y que parecían dejarse llevar por una energía misteriosa, la cara de Nathan mostrándose apenada y dolorida y ninguna pirueta. El primer salto era un salchow cuádruple seguido de un loop doble en la frase "right when I need it the most". La secuencia fue bien y Nathan consiguió sostenerse, haciendo que Devon se pusiera contento. La secuencia de pasos continuó hasta que llegó la frase "like you understood me", donde Nathan realizó una secuencia de doble lutz, cuádruple loop y toe loop doble. En el último salto Nathan perdió un poco el equilibrio, pero pudo sostenerse.

Jóvenes de un Mundo Cambiante Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora