Capítulo 3: El trato

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Cuando llegamos a la casa de los Matthews, fue algo realmente asombroso y lo digo enserio, hace mucho no veía una casa tan grande, además mi casa no era ni la mitad de esa gran mansión que estaba frente a mí, ni siquiera su jardín.

Entramos y lo primero que vi fueron unas grandes escaleras que se dividían en dos partes al llegar al centro, a mi lado derecho se encontraba una gran sala de estar y de mi lado izquierdo se encontraba lo que parecía ser un despacho, todo era realmente hermoso.

-Bueno bienvenidos, esperemos que se sientan como en casa- habló Maribel con una gran y cálida sonrisa en su rostro.

-Habla en serio, pero por supuesto que no me siento en casa, si esto parece un hotel de 5 estrellas o hasta más- contesto mi hermana todavía asombrada.

-Me alegra que te guste- le dijo Coby con una sonrisa tierna.

-Bueno, que les parece si les mostramos sus habitaciones para que puedan ir a descansar un rato en lo que esta la cena- interrumpió el señor Matthews.

-Me parece genial, he estado esperando esas palabras desde que baje del avión - conteste sin pensarlo dos veces, a lo que todos rieron, inclusive Tyler que se veía que era un fastidio.

-Bueno yo llevare a sus padres y Tyler y Coby las acompañaran a ustedes para mostrarles sus habitaciones – dicho esto por parte de Maribel nos dirigimos a las escaleras no sin antes recibir varios gestos de reproche por parte de Tyler (les dije que parecía que era un fastidio), mis padres y Maribel se dirigieron del lado derecho, y nosotros nos fuimos del lado izquierdo.

Al llegar arriba nos encontramos con varios cuartos y un gran pasillo.

-Bien del lado derecho al fondo está mi habitación y del lado izquierdo al fondo está la de Tyler, las habitaciones de en medio son las que están libres pueden escoger la que quieran, solo que una tiene balcón y la otra no- cuando Coby termino de pronunciar esas últimas palabras, mi hermana y yo nos miramos y empezamos a analizar las puertas de las habitaciones disponibles, las dos queríamos ese balcón y no íbamos a dejar que la otra se lo quedara.

-Quiero esta- habló por fin mi hermana señalando con el dedo la puerta que quedaba a lado de la de Coby.

-Bien, no me importa- dije un tanto decepcionada y entrando a la que sería mi habitación durante las vacaciones, al entrar logre ver unas grandes ventanas con cortinas, avance hasta ellas y las hice a un lado para ver si mínimo me había tocado una buena vista, pero me encontré con un gran balcón con una pequeña mesa en una esquina y una silla mecedora que al parecer colgaba del techo.

Obviamente no me aguante las ganas de festejar y comencé a gritar y brincar en mi cama, inmediatamente mi hermana entro por la puerta acompañada de Coby y Tyler.

-Te odio- dijo Paulina al entrar a la habitación y aventarse sobre mí logrando que ambas cayéramos al suelo y nos empezáramos a morir de risa.

-Vaya que son raras- escuche decir a Tyler.

-Pero lindas ¿no es así?- contestó Coby.

-¡Agh!- pronuncio Tyler antes de salir de la habitación para dirigirse a la suya.

Cundo todos decidieron irse de mi habitación, pensé en que debería dormir un rato después de todo la resaca seguía presente, me acosté en mi cómoda cama y ya no supe nada de mí.

Desperté por unos golpes en mi puerta, fui a abrir y me encontré con la más pequeña de los Matthews.

-Em… hola mi mamá me ha dicho que te avisara que ya casi esta la cena-me dijo con una voz tan tierna que nadie se podría resistir a lo que le pidiera esa hermosa niña.

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