WOW .ㅡMINSUNG

15.

Otro día, igual como los otros en los que esperaba a que Felix saliera de la escuela. Sí, sus escuelas estaban a una distancia considerable, pero había corrido para llegar a tiempo.

A medida que salían los estudiantes, ese bullicio se empezaba a formar, unos a otros invitándose a distintos lugares para pasar la tarde divirtiéndose o algunos yendo directo a sus clases en las academias. El uniforme de Changbin era muy distinto al de ellos, como siempre, resaltaba a simple vista.

Pero jamás resaltaría como él, su brillo se podía notar a varios metros de distancia y sin necesidad de nada más, era un brillo natural, siempre acompañado de una sonrisa, parecía atraer a todos los que estuvieran cerca.

Así era Felix.

Cuando estuvo a punto de acercarse para que el australiano lo viera, dos chicas se adelantaron y llamaron su atención. Changbin frunció el ceño como tantas otras veces, en cierto punto, le molestaba un poco que Felix fuera tan popular.

ㅡHola ㅡdijo sonoramente cuando se libró de aquellas chicas y se dirigió hacia él.

ㅡHola.

Luego tomaron rumbo a la casa del mayor, su camino fue silencioso, aunque ambos se veían incómodos con ese silencio, había uno a quien le picaba más la boca por hablar.

ㅡEsas chicas con las que hablabas eran bonitas.

Felix alzó las cejas, sorprendido.

ㅡ¿Ah, sí?

ㅡSí, su... su cabello era bonito.

ㅡPero me a mí me gusta el cabello de alguien más ㅡrespondiendo mientras alcanzaba los cabellos del mayor y hundía sus dedos en ellos.

Una sonrisa, pequeña y nerviosa, se formó en los labios de Changbin. Por mucho que le gustaran las palabras del contrario, aún no se acostumbraba, ¿algún día podría hacerlo? Considerando lo irreal que se sentía todo, lo dudaba mucho.

Ambos siguieron caminando hasta la para de autobuses, se dirigían a la casa del mayor. Verían una película después de que Seo terminara la tutoría de Xinlong.

A veces sus manos rozaban mientras caminaban, sus manos también rozaban de vez en cuando mientras iban en el autobús y, por si fuera poco, de camino a casa, también lo hacían.

Felix quería tomar su mano, después de todo estaba tan cerca de la suya, pero no podía, ¿y si alguien los veía? No quería causarle problemas a su mayor. Pero aún así, su mano se estaba acercando temerosamente a la contraria. Solo faltaban unos centímetros, estaba tan cerca de hacer contacto, pero el mayor metió su mano al bolsillo del pantalón.

ㅡ¿Oh, y mi llave? Ya sé, debo haberla dejado en mi mochila.

Felix desvío el sentido de su mano, haciendo un movimiento extraño para luego guardar ambas en sus bolsillos.

Al parecer, Changbin no había notado sus movimientos y en unos pasos más ya estaban frente a la casa del susodicho. Era una casa de estilo simple, o eso aparentaba la fachada, porque al cruzar el portón, se encontraba un patio delantero bien cuidado y prolijo que daba la bienvenida a una casa pequeña, pero moderna y acogedora.

Changbin vivía solamente con su madre, luego sus padres decidieran divorciarse y su hermana se fuera a estudiar a otra ciudad. A menudo estaba solo en casa, su madre era enfermera y sus turnos ocupaban gran parte del día, solo los fines de semana la veía más tiempo y no tanto porque también la custodia compartida lo obligaba a estar los domingos en la casa de su progenitor.

Estaba casi seguro de que nadie lo recibiría, y aunque a veces conservaba la esperanza, el silencio solitario de su hogar lo recibía como siempre.

ㅡAdelante.

Felix se adentró a la vivienda, luego de sacarse los zapatos, siempre pensó que era realmente cómoda y agradable. Siempre le gustó ir a estudiar ahí, pero ahora se sentía extraña, no pisaba esa casa siendo un alumno de Changbin, ahora era su novio. ¿Por qué eso lo ponía tan nervioso?

Al poco rato, sonó el timbre de la puerta y Seo fue a abrir al niño que llegaba del colegio.

ㅡ¿Y cuéntame cómo te fue hoy? Tengo entendido que tuviste un examen de lo que vimos la vez pasada, ¿te acordaste del truco que te enseñé?

El chico solo le contaba cómo había podido sobrevivir a la evaluación, enfatizando mucho en lo que sí había acertado, sin embargo, no le daba esperanzas, ya que tampoco era tan bueno en química. Se instalaron en el comedor, mientras que el australiano ocupaba la sala de estar, viendo TikTok a la espera de que terminaran.

Habían pasado 30 minutos cuando la limonada que le había ofrecido el anfitrión de la casa ya había bajado. Se levantó y silenciosamente se dirigió al pasillo que llevaba a las habitaciones y al baño.  Al pasar por la puerta del comedor, sonrió, a Changbin parecía gustarle mucho enseñar química, era tan inteligente y se manejaba tan bien. Wow.

Siguió en dirección al baño, claro que sabía dónde estaba, ni que nunca hubiera ido cuando recibía tutorías. Luego de terminar sus asuntos y lavarse las manos, miró su rostro en el espejo, al parecer le había salido una nueva peca justo a un lado de su nariz. ¿A Changbin le gustaba su cara toda pecosa?

A veces dudaba que todo eso fuera tan real, su mayor era alguien bastante inteligente, capaz, le gustaba ayudar a los demás y se atrevería a decir que era popular en su escuela (en cierto modo). ¿Por qué Changbin se habría fijado en él?

Iba de vuelta cuando vio algo que llamó su atención dentro de una habitación, la puerta estaba a medio cerrar y un peluche se veía por el espacio abierto. Con una sonrisa traviesa, se adentró en la habitación que tenía un cartel que decía "Changbinnie". Vaya, no se había imaginado algo así, la verdad era muy común y hasta podríamos decir que adorable por ciertos peluches y figuras que decoraban el espacio. Se agachó para recoger el munchlax del suelo, cuando aquel pequeño paquete se encontró con su mirada.

Estaba detrás de un mueble, como si alguien la hubiera escondido o se hubiera caído. Felix la sacó. Era una cajetilla de cigarrillos.