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En el baño
para la tonta: LiaBlack04

Una semana después de que Hermione abandonara su cama y regresara aterrorizada habían comenzado a dirigirse un par de palabras cuando se veían en la mañana o se encontraban en la biblioteca, pero no eran cercanas ni se la pasaban juntas todo el tiempo.

En la entrega del correo le llegó un paquete mediano que quedo aplastado bajo el gran paquete que Harry Potter recibió, era muy claro que se trataba de una escoba. Él y Ron Weasley salieron del comedor seguidos por la mirada de Lia.

La niña abrió su pequeño paquete y vio un termo de acero con el símbolo de Gryffindor grabado en el. Antes de abrir su carta vio que su hermano también recibió una. Abrió la carta y la leyó mientras tomaba de su té.

Querida Lia:

Aquí tienes lo que nos pediste, el termo está hechizado para que vuelva a rellenarse sólo.  Aún así creo que deberías hacer ejercicio para que tengas condición, no vas a dejar de cansarte con el agua.

Me alegro que hayas quedado en Gryffindor, yo estuve ahí, es una lastima que no estes con tu hermano, pero ya lo veía venir.

Lamentablemente no me corresponde a mi hablarte sobre tu padre, Amelia se pone muy nerviosa con estos temas y cuando leyó lo que me preguntaste se puso muy mal.

Solo te dire que tu padre tambie estuvo en Gryffindor, te sugiero que dejes el tema atrás. Tu madre te envía saludos y pide que le escribas mediante mi, se asusto mucho cuando la lechuza entró por la ventana.

¿Ya has hecho amigos? No mencionaste esto en ninguna de las cartas. Los extrañamos.

Remus.

Lia aprovechó un tiempo que se encontraba en la biblioteca haciendo tarea para buscar algo que le hablara sobre legobtamancia, aun recordaba lo que le había dicho el sombrero seleccionador.

—D-disculpe —la bibliotecaria la miro hacía abajo—. ¿Tienen algo que me pueda informar sobre la lego-tamen-cia?

—¿Legobtamancia? —preguntó confundida. 

–¡Si!

Amablemente, Irma Pince le señaló la sección y le dijo el código con el que estaba marcado un libro sobre la legobtamancia.

Al encontrarlo se dio cuenta que estaba algo fuera de su alcance, supuso que había una forma mágica de obtenerlo pero lo hizo a estilo muggle, acerco una silla y aún así estaba alto.

Al estar de puntitas término cayendo de la silla. Afortunadamente no hizo tanto ruido para llamar la atención de la señora Pince, sino estaría muerta.

Un chico de Hufflepuff, que no había visto, se arrodilló a su lado con un libro en las manos. Con el cabello castaño más claro que el de Lia pero más oscuro que el de Hermione, ojos grises y tez blanca.

—Lo siento, debí ayudarte en cuanto vi la silla tambalearse por primera vez, pero parecías tener todo bajo control —la ayudó a levantarse.

Una avergonzada Lia negó con la cabeza. Antes de girarse a su lugar el chico volvió a hablar, era una cabeza más alto que ella y tuvo que levantar la vista.

—¿Estás bien? —asintió— ¿Eres de primero, no? ¿ese libro no es algo avanzado para ti?

Lia, nuevamente, asintió.

𝕷𝖆 𝖑𝖊𝖔𝖓𝖆 𝖈𝖔𝖇𝖆𝖗𝖉𝖊 | HARRY  POTTER ½ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora