Capítulo 6

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Solo retrocedía mientras los tres brabucones avanzaban hasta que choque en definitivo con el árbol, solo cerré los ojos y esperé los golpes...pero estos no llegaron...abrí mis ojos y los vi, dos chicos, uno de ellos estaba en mi clase, pero el otro se me hacia desconocido.

— Dejenlo payasos ‐ hablo el chico de pelo rojo.

— El payaso aquí eres tú Min.

Uno de los brabucones le estaba por golpear, pero el chico fue más rápido y de alguna manera lo dio por tirar al suelo, yo solo quedé en shock por la esena.

— Oye amigo, levántate.

El chico de mi curso me ayudó a pararme y solo nos fuimos de ese lugar hasta detrás de la biblioteca.

— ¿Estas bien? - pregunto el pelirrojo- Por suerte no te pegaron.

— Si...estoy bien...Gracias...

— Oh disculpa, yo soy Min Yoon Gi y el es Kim Namjoon.

— Si, yo voy a tu curso - sonrio Namjoon.

— Lo se...puedo preguntar el ¿Por qué me ayudaron?

— No nos gusta la violencia - hablo Nam- pero es contradictorio ya que aplicamos violencia para que no haya más.

— Vemos como te tratan y al ver que estabas en problemas no dudamos en ayudarte - sonrio Min sentándose a mi lado.

— Pues gracias...pero creo que hubiese sido mejor recibir la paliza ahora en vez de más tarde...

— Oye no - hablo Nam- no te darán ninguna paliza.

— Así es, Nam tiene razón. Ya no te pegaran, de ahora en adelante no te harán nada y si te hacen algo se las verán con nosotros.

— ¿Por que? No entiendo el porqué se van a meter con ustedes si al que van a pegar es a mi.

Los dos chicos rieron al ver mi expresión de confusión.

— Porque con nuestros amigos nadie se mate.

— Así es...claro si quieres ser nuestro amigo...

La verdad nunca en la vida tuve amigos, mi única confidente y aliada siempre fue Gi...pero el echo que dos chicos, los cueles no conozco, me hayan defendido fue el acto más humano que vi en mi vida.

— Pues...apenas nos conocemos, pero estoy más que agradecido por su ayuda...así que...yo también los cuidaré y me haré fuerte para protegerlos como ustedes lo hicieron conmigo.

Los tres reímos y luego nos paramos.

— Entonces amigos - Min puso una mano en el medio, Nam siguió la acción y luego el movió su cabeza para invitarme a que ponga también mi mano, cuando lo hice Min volvió a hablar- Desde hoy es un juramento, eres nuestro hermano del corazón.

Fin del Flashback.

Y desde ese día comenzó esta amistad, la cual es más que nada una hermandad. Puede que nunca tuve un padre o una madre, pero ellos son mis hermanos, y se que nunca me dejarán. Lo mejor de esta familia es que no importan los riesgos, siempre estamos el uno para el otro.

— Hyung, ya llegamos.

Hablo Ji Min haciendo que salga de mi shock, lo mire y el solo me sonrió para entrar a nuestro respectivo metro, entramos y por suerte no había casi pasajeros, así que teníamos asientos.
Vi a Ji Min y este se lo veía un poco cansado, anoche el durmió en el suelo y el baile sin dudas no es conveniente si estas cansado.

— Ji min - llame su atención- Duerme un poco, te despertare apenas lleguemos a la estación.

— Gracias Hyung - me sonrió y se recostó en mi hombro.

//Pov Ji Min//:

El metro se comenzó a mover y yo solo me quedé dormido en el hombro de Jhope. Si me preguntan el es con quien tengo una gran conexión, no digo que no quiera a los demás chicos, los adoro, son mi familia...pero con Jhope tenemos una conexión especial, y es el amor por el baile. De echo a el fue a quien conocí antes que todos, y gracias a él dejé de guiarme por comentarios de la gente.

Flashback:

—Y espero no tener que sacarte el próximo año de otro colegio Ji Min- hablo mi padre mientras miraba su camino- me escuchaste?

—S-si papá...- trataba de que no se de cuenta de mi voz quebrada, pero parece que mis intentos fallaron.

— Maricon, eso es lo que eres...esto es culpa de tu abuela, todo por hacerte criado como un principito.

— No digas nada así de mi abuela -le grité y el solo me dio una paliza.

— Yo diré la verdad y tu no me mandas además de todo - me volvió a pegar, pero por suerte ya habíamos llegado a mi nueva escuela- Ahora bajate.

Solo baje del auto  y camine derecho para cruzar el portón, seque mis lágrimas y trate de hacer como si nada.
Era otro año, y otra escuela, ya estaba cansado de esto, siempre era lo mismo desde que mi familia y yo vinimos a Seul, siempre me molestaban solo porque era demasiado educado...por eso mi padre culpaba a mi difunta abuela, ella fue quien me crió desde pequeño y me enseñó de etiqueta y que hay siempre que ser un caballero, eso era causa de burlas ya que a los ojos de los chicos parecían aspectos de marica los míos. No solo a ojos de mis compañeros, si no, que mi familia también me lo decía, siempre el típico comentario machista de mi padre como "Los hombres no hacen eso" " siéntate como hombre" "¿Cocinar? Eso es de la mujer" " Si eres hombre no llores idiota", eso eran solo algunos, además de todo el siempre decía cosas sin sentido, el típico " Eso es de mujeres" era el que más me molestaba, el también tenía manos y pies, era y es lo suficientemente capaz de hacer todo lo que mi madre hace en casa, pero no, siempre era lo mismo con el, su ego de hombre era lo que me molestaba.

Pase la primer semana como si nada, solo me sentía demasiado observado, pero todo cambió la segunda semana de clases, estábamos en educación física, yo solo veía a los demás jugando fútbol, pero de repente el profesor me metió al campo de juego. Yo no entendía nada, corría y pateaba a cualquier lado, el tiempo pasó y en eso se acabó la clase, mi equipo perdió, me fui a cambiar, pero al entrar al baño todo me comenzaron a gritar cosas que tal parece no lo vivieron en el campo de juegos, porque estaba el profesor, "Pareces una princesita por como corres", "No pateas una Park", "Este no es el baño de ñiñas", "Hasta mi hermana es mejor que tu en futbol" traté, juro que puse todas mis fuerzas en no hacerlo, pero no pude y empecé a llorar en ese lugar.

— ¡Callenece idiotas! - escuche que alguien les gritó a todos y nadie más habló- ¡A ver, imbeciles dejen de decir cosas si saben lo que les conviene! Ahora cambiense y largo de aquí.

No podía abrir mis ojos, pero luego de un rato los abri y no había nadie más que un chico sentado frente mío.

— ¿Como estas? - el chico me dedico una sonrisa- Ya tranquilo, nadie te dirá algo de aquí en más.

— ¿Quien eres tú? - pregunte al chico.

— Oh si, soy Jung Hoseok, pero puedes decirme Jhope si quiere.

— Gracias por defenderme...Pero...¿Por que?

— Se lo feo que puede ser que te digan cosas. Además sin que te conozcan. Pero tranquilo no pasará nunca más.

— ¿Quien me lo asegura? - pregunte mirando al piso.

— Yo, es más te lo prometo, nadie te dirá nada de ahora en adelante - se paro y me tendió la mano con una sonrisa- ahora arriba y cambiate, tu debes irte a clases y yo a gimnasia.

Tome su mano y desde ese día nunca más estuve solo. Al día siguiente el vino a pasar el recreo conmigo y con más de sus amigos, así es, los chicos. Paso solo un mes y en eso también conocimos a Tae. Ya no éramos solo cuatro, ahora éramos cinco, cinco hermanos del alma contra el mundo y seríamos más mientras que encontremos a más gente que nos necesite, porque esta familia no se cierra a nadie.

Fin del Flashback

The Mafia GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora