Capítulo 26

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Allison

Todo el camino al restaurante lo pase sumamente nerviosa, pues no sabía que pasaría en el famoso club donde trabajaba Emma, aunque también estaba un poco curiosa por saber de qué se trataba todo aquello. Agradecía también que Emma haya decidido llevarme porque así, cualquier inseguridad de mi parte desaparecería de una vez por todas, claro que mientras nos arreglábamos para salir, hablamos y decidimos crear una identidad falsa como la de Emma, ya que ella en ese lugar era Victoria y decidimos que yo por esta noche seria Rose, por decisión de mi novia.

El taxi donde íbamos estaciono frente un restaurante elegante y mi novia pago por su servicio mientras bajaba del auto, ella me ofreció su mano para ayudarme a bajar y yo la acepte sonriente, juntas nos encaminamos hacia la entrada del restaurante donde Emma indico que tenía una reservación. Rápidamente llego un mesero para indicarnos el camino a nuestra mesa y lo seguimos mientras yo observaba el lugar, el restaurante estaba decorado en tonos blancos y dorados que le daban una sensación espaciosa, pero las luces del lugar le daban un toque íntimo y las mesas tenían una decoración sencilla, sin embargo aunque todo a simple vista se veía sencillo, la realidad es que todo era muy fino y costoso.

Cuando llegamos a nuestra mesa, que estaba un poco más alejada de las demás dándonos privacidad, el mesero que nos había conducido hasta acá, nos retiró la silla a ambas para sentarnos una frente a la otra y pude ver que sus ojos se paseaban por el cuerpo de mi novia más de lo debido. No podía culparlo porque Emma esta noche estaba despampanante con ese vestido color rojo que se abraza a sus curvas y que dejaba su espalda al descubierto, el vestido llegaba hasta un poco más arriba de sus rodillas y era de mangas largas pero lo que más destacaba era ese escote dejando ver su piel blanca. Su maquillaje solo hacia resaltar sus ojos y llevaba la peluca de cabello negro que siempre solía usar para ir al club.

Yo había optado por un vestido blanco de tirante de tela un poco más suelta y suave, me había maquillado con sombras suaves y mi labial era de color rojo, mi cabello rojo estaba suelto y con ondas como a mi novia le encantaba. Salir de casa había sido todo un desafío pues ambas tuvimos que controlarnos mucho para no comenzar a besarnos, pues si eso sucedía no hubiéramos salido de allí, pues la química entre nosotras era muy intensa y el deseo entre nosotras era como nuestro mejor amigo.

El mesero nervioso nos indicó la carta para esta noche, yo sonreí porque mi novia parecía no haberse dado de cuenta que el chico estaba babeando por ella, pues ella parecía que tenía solo ojos para mí y es que desde que salimos de casa no había dejado de observarme, cosa que me ponía más nerviosa.

_ ¿Puedo ordenar por las dos?_ pregunto Emma y yo asentí mientras le guiñaba, ella se volvió hacia el chico._ Nos puede traer el mejor solomillo con salsa bearnesa si tienen, con patatas fritas y verduras, y el mejor vino que tenga.

_ En… enseguida._ tartamudeo el chico aun nervioso y un poco atontado con novia.

El chico se retira y nos quedamos a solas, decido jugar un poco con Emma, coloco mis codos sobre la mesa y apoyo mi barbilla sobre mi mano derecha mientras observo a mi novia con una ceja enarcada. Mi novia sonríe por mi pose coqueta, porque ahora a diferencia de los primeros días de nuestra relación, muestro más confianza y seguridad en mi misma, lo que si era inevitable es no ruborizarme cuando escuchaba algún cumplido de ella o algún comentario sexual.

_ ¿Siempre te sucede esto?_ pregunto con coquetería mientras señalo con mi cabeza el camino por donde se fue el mesero._ ¿Ya habías visitado este restaurante antes?

Te Elegí a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora