Capítulo 3

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Día miércoles. _____ salió del aula con una gran sonrisa en el rostro. Había sacado la calificación más alta de todo el curso, obteniendo al fin la recompensa que esperaba tener después de horas encerrada en su dormitorio estudiando durante días. Sí, definitivamente hoy éste día iba cada vez mejor.

Se cruzó con Penny por el pasillo, donde mantuvieron una breve conversación y luego cada una se fue por su lado. Se volverían a ver en un rato más después de todo, cuando vayan a trabajar al sex shop. El horario de la universidad por hoy ya había acabado y debía dirigirse hacia el departamento para cambiarse de ropa e ir al trabajo. Se acercó hacia su casillero y sacó su mochila, cargándola de un solo hombro, mientras cerraba el casillero y le colocaba la clave.

- Uhmm.- oyó a alguien carraspear al lado suyo.- _____.

_____ se volteó y le sonrió a Matthew, un chico de veintitrés años con quien compartía las primeras horas de clases por la mañana. Muy pocas veces hablaban, y cuando lo hacían, nada más era para preguntar sobre la materia o para tener una breve conversación respecto a lo que hicieron durante el fin de semana.

- Hola, Matt.

- Hola.- sonrió. Dios, era tan guapo cuando sonreía. En más de una ocasión se había quedado mirándolo más de lo necesario durante las clases, sin siquiera prestar atención a las explicaciones del profesor que daba frente a los estudiantes. Se le hacía irresistible; tenía unos maravillosos ojos color ámbar, que una vez que los veía, era imposible no sentirse atraída por él. Era guapísimo, debía admitirlo, pero jamás se atrevería a tener otro tipo de relación con él a diferencia de las demás mujeres con quienes compartía la clase.- oye… me preguntaba si querías salir conmigo ahora, ya sabes, podríamos ir a algún bar a tomar algo si te apetece.

¿Eso era una cita? _____ se lo pensó dos veces antes de contestar. No, por supuesto que no le apetecía salir con él. Por más atractivo que le pareciera, no podía salir con alguien con quien no tenía ni el más mínimo interés. Muchos hombres se le han acercado durante los años que llevaba estudiando derecho, pues a simple vista, ella era extremadamente atractiva. A pesar de que _____ siempre ha sido una mujer sencilla y su atuendo favorito consistía en unos jeans gastados y una simple camiseta junto con sus infaltables converse, ella resaltaba entre las demás mujeres. El carisma que tenía para iniciar una conversación y su simpatía siempre lograba seducir a los hombres. Aquellos que querían follar por una noche a una mujer buenísima, buscaban por otro sector, yéndose detrás de esas mujeres en donde el atuendo favorito de ellas eran unos tacones de doce centímetros de alto y un vestido cortísimo. Eran fáciles de seducir, de follar, y una vez que un hombre atractivo mostraba algún interés especial, ellas no se hacían de rogar. Pero en cambio, aquellos hombres que querían hacer el amor, iban en busca de mujeres como _____. Tías como esas valían la pena rogar, de esperar. Apenas iniciabas una conversación con _____ y sabías que era especial. Durante los primeros años de universidad, ella se mostró tímida frente a los hombres y se sonrojaba apenas le decían algún cumplido, pero luego esa timidez se le quitó cuando conoció a Penny, quien la instruyó a ser más comunicativa con las personas. Tenía más amistades masculinas que femeninas, exceptuando a Penny. Ahora _____ era una chica divertida y social, y una vez que entró a trabajar en el sex shop, definitivamente la tímida y reservada mujer que alguna vez llegó a ser, quedó en el olvido. Ella era perfecta para los ojos de algún hombre que buscaba algo más que sólo sexo. Y a Matthew no se le escapó ese detalle. Fue su alegría y la forma que tenía de expresarse lo que finalmente lo enamoró, uno de los muchos otros hombres que, aunque no fue la intención de _____, terminó seduciéndolo.

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