S E IS

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"Aún eres joven —le dijo Athos—y tus amargos momentos

tienen tiempo para convertirse en dulces recuerdos,

soñar que estás atrapado, y al estar atado tan solo

estarás soñando."

―Alexandre Dumas

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Era muy raro pensar en ella. La verdad, todos estos años siempre había estado evitando pensar demasiado en mi madre, era muy doloroso y prefería ignorarlo a pesar de que era algo que me daba de lleno en la cara y afectaba mi vida considerablemente. Desde todos los puntos de vista.

Su muerte fue tanto repentina como misteriosa, ahora que era capaz de pensar en ello y analizar cada detalle de ese día, me veía cada vez más consciente de lo que había pasado. Ella tuvo que haber tenido fuertes razones para haber tomado esa decisión, yo sabía que nos amaba y que siempre velaba por nuestro bien, así que suponía que debió de estar sufriendo mucho para tomar la salida de acabar con su vida de esa forma tan cobarde. Esa salida fue la que, básicamente, me cambió mucho, y a Riley también.

Nos cambió la vida por completo. Durante estos años, nunca me había atrevido a ir al cementerio a verla, incluso. Y es que prefería rehuir que enfrentarme a la verdad, era algo que hacía desde que era una cría, la veía como mi única salida a los problemas. Prefería huir del dolor antes que a enfrentarme a él, y sabía que eso tenía que parar de una vez por todas. No podía huir de mis miedos toda la vida. Y ahora más que nunca debía evitar llegar a eso. Casi me dieron ganas de reír al pensar que, en menos de una semana, había enfrentado tantas cosas yo sola.

Y seguía viva. Era lo que contaba.

Volviendo a mi madre, Katherine, resultaba raro decir su nombre ahora. Creo que no fue hasta que cumplí los diez años que me enteré de cuál era su nombre. Sonará ridículo, pero supongo que para mí siempre fue y será "mamá", a pesar de que esa palabra ya no tenían valor en mi vida.

Pero mientras ella estaba viva, fui feliz, o eso creía. Eso quería creer.

Mi infancia fue normal. A pesar de que la familia cargaba con la muerte de papá, fui lo que se puede definir como "feliz". Tenía amigos, iba al colegio y de vez en cuando hacía alguna que otra travesura, eso era la definición de infancia feliz para mí. ¿Qué si me faltó un padre? Por supuesto, nunca me había atrevido a decir que no, pero aprendí a vivir con ello día a día y, nuevamente, , ignoré todo lo que implicaba sufrir. Respecto a Riley, ella siempre fue diferente, no en el mal sentido, sino que ella era de las chicas que llegaban a casa y se encerraban su cuarto a estudiar, o a evadir el mundo durante horas enteras, sin salir en todo el día. De pequeña, gracias a la diferencia de edad —que no era nada grande— no pasábamos tiempo juntas, pero nunca fue un problema para mí. Creo que se debía más a la diferencia de mentalidad que había entre nosotras que a otra cosa.

Culpable [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora