Epílogo

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El viernes siguiente llegó con cierta lentitud.

Arlene lucía un par de botas hasta la rodilla y un vestido de mangas largas completamente negro. No era corto, ni era largo, pero era ideal para el clima de aquel día. Jackie no estaba enterada a dónde iba, incluso había amenazado con seguirla hasta donde fuera con tal de enterarse lo que tramaba. Pero Hansen tenía la supersticiosa idea de que cuando algo marchaba muy bien, era mejor compartirlo solo para uno mismo; de lo contrario, todo se derrumbaría.

Esperaba encontrarlo en la esquina de la biblioteca, de pie con una chaqueta de cuero negra y unos zapatos negros de vestir. Quizá hasta con su cabello peinado hacia atrás y un cigarro entre sus labios. Las mujeres pasando a su lado y cuchicheando al notar su existencia.

Pero fue todo lo contrario.

Había bajado del taxi media cuadra antes, sus ojos buscando aquel mítico lugar que previamente había visto fotos en internet. Desde hacía una semana fantaseaba con su encuentro, y al verlo allí parado con la mirada buscándola, le hizo sonreír aún más.

Alex estaba sentado en una mesa fuera del sitio donde la había citado a través de aquel trozo de papel que había conservado como si la viera dependiera de ello. Parecía tratarse de una biblioteca con una parte de cafetería, no sabía bien; jamás había estado por allí.

Cruzó la calle, deteniéndose en medio de la acera para observar cómo Alex levantaba la vista y se encontraba con ella.

Apresuró sus pasos, intentando contener la emoción aunque sus labios curvados hacia arriba la delataron firmemente. Alex estaba de pie, a un lado de la mesa que había elegido del sitio, frente a Arlene. Nuevamente.

Su química no parecía desaparecer, era serio. La persona frente del otro era real, todos podían verla o tocarla. Realmente no había sido un sueño.

" Tanto tiempo, eh. " Rió brevemente la castaña mientras se acercaba a rodear con sus brazos del cuerpo del castaño, quien se quedó rígido unos momentos dado a su poca capacidad de asimilar absolutamente todo lo que había pasado desde la semana anterior, los días que le siguieron, y ese momento.

Se separaron, cada uno tomando asiento frente al otro en la mesa de madera. El resto de las mesas estaban vacías y eso les daba cierta privacidad, además que el flujo de gente no era demasiado. Arlene cruzó sus brazos sobre la mesa, inclinándose sobre la misma.

Turner demoró en hablar, hasta distender sus piernas sobre el asiento y sonreírle. Absolutamente todo era extraño. " ¿Cómo has estado? "

La castaña se encogió de hombros, acomodándose sobre el asiento y a la vez su vestido, el contrario siguiendo sus movimientos expectante a su respuesta y un breve relato de su vida cotidiana, que desconocía.

" Bien, mucho trabajo. " Suspiró acomodando un rebelde mechón de cabello castaño de su flequillo. " Comencé hace poco, en una columna sobre música y espectáculos. " Si bien sonaba interesante desde la boca de la chica, para ella no lo era demasiado. La paga era regular, podía subsistir con ello y le alcanzaba. Además, el ambiente no parecía tenso como otros trabajos.

" Así que te gusta la música. " Destacó Turner, con una sonrisa. Había recordado su pequeño momento bailando al ritmo de su propia voz aquella noche en el hotel, y no se había olvidado de ese pequeño detalle que traía en el bolsillo del interior de su chaqueta.

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐁𝐑𝐄𝐀𝐊 𝐇𝐎𝐓𝐄𝐋 | Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora