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Abrí la puerta trasera del auto y coloqué a Jas en mi hombro, se despertó, pero al verme se acomodó y cerros sus ojos.

Kio iba delante de mi con todas las maletas.

Al entrar a la casa, me topé con los 5 chicos de la cabaña.

Con Kio y Jas me dirigí a la habitación en la que dormiríamos y acosté a la niña en la cama.

Volteé a ver a Kio y él me sonrió.

- Tengo que ir a arreglar unas cosas con mi padre, ya vengo- dijo y yo asentí.

Él salió por la puerta y todos los sentimientos que guarde esta mañana salieron a la luz.

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por la mejilla, y llore en silencio por miedo a que alguien me escuchara o despertar a la niña.

Estuve alrededor de una hora, parada frente a la ventana llorando en silencio.

Entonces sentí como alguien posó su cabeza en mi hombro.

Por el rabillo de mi ojo me encontré con Kio, quien, seguido de ese momento, posó sus brazos en mi cintura, rodeándola.

- Lamentó hacerte pasar por esto- dijo y yo recargue mi cabeza en la suya.

- No es como si lo hicieras a propósito- dije y él sonrió apenado.

- Tengo que contarte de lo que hable con mi padre- dijo y yo asentí confundida.

Me senté en la cama aún lado de Jas y ella me pego a mí en busca de calor, Kio sonrió y luego se puso serio de nuevo.

- No podremos salir de aquí, ni hablar por teléfono, por una semana, por medidas de seguridad- dijo y me sentí molesta, pero lo entendía.

Cerré mis ojos y asentí.

- Esta bien- dije y él me miró poco convencido.

Sé que él sabía que estaba molesta, pero también sabía que no diría nada.

Creo que mi mal humor, se sintió, porque Jasmin se despertó.

- Ma.ma- dijo y yo sonreí.

- Vamos con tu madre- dije y la cargué en mis brazos.

- Yo la llevó- dijo Kio y yo negué.

-Yo puedo llevarla- dije y salí por la puerta con la niña en brazos.

La niña me miraba intentando, recordarme de algún lado, o mi nombre.

- Soy Alex- dije y le di un beso en la mejilla.

La niña rió y asintió.

- ¿Ko? - preguntó por su molesto hermano, que no había hecho nada, pero igual estaba molesta con él.

- Allá- dije señalando a mis espaldas y ella asintió, mientras bajábamos las escaleras.

Y en la cocina pude encontrar a la Señora Cyr.

- Ma.ma- dijo Jas al verla y le abrió los brazos.

- Hola bebé- dijo y la cargó jugando con ella.

- ¿Estaba dormida? - preguntó y yo asentí.

- Acaba de despertar, pero preguntó por usted- y ella sonrió.

- Gracias- dijo y yo asentí con una sonrisa.

- ¿P-puedo salir afuera? - pregunté y la señora Cyr iba a responder, pero la interrumpieron.

- Claro que puedes salir, no es una cárcel- dijo el Señor Cyr y yo sonreí apenada. - Lamentó si así parece, pero puedes salir a explorar todo lo que quieras- dijo y cargo a Jasmine jugando con ella.

- Gracias- dije con una sonrisa y salí de la habitación, para después salir de la casa.

Me senté en un pequeño risco que había frente a la casa, con vista a mar abierto.

El sonido de las olas chocar con las rocas, y el silencio absoluto de todos los alrededores.

Cerré mis ojos y dejé que la brisa con pequeñas gotas de agua me trajeras tranquilidad y paz, mientras abrazaba mis piernas.

- Es muy tranquilo, ¿verdad? - dijo una voz desconocida a mi lado y abrí los ojos, para toparme con uno de los chicos de la cabaña, pero no recordaba su nombre, aunque, también recuerdo haberlo visto la escuela.

- Soy Griffin- dijo y yo sonreí.

- Soy Alexis, pero llámame Alex- dijo y asintió.

- ¿Puedo sentarme? - preguntó y yo asentí.

- ¿Y, tú por qué estás aquí? - pregunté.

- Ser el mejor amigo- dijo y viendo el mar- Pero, digamos que soy la mano derecha de Kio, en algunos casos- dijo y yo entendí a lo que se refería.

- Vaya- dije y él asintió.

- Supongo que sabes por qué estoy aquí- dije de nuevo y él asintió.

- No puedes culparlo, no es su culpa- dijo y yo sonreí de lado.

- No lo hago, pero...- decía y guarde silencio.

- Desearías que te lo hubiera contado desde un principio- dijo y yo asentí.

- Aunque, tampoco lo culpo por eso, en realidad, no somos nada, o bueno no lo éramos, es decir, si, pero no, agh, tú sabes a que me refiero- dije mientras ocultaba mi cabeza entre mis piernas y él rió un poco.

- Si yo entiendo- dijo y volvió a reír.

- Bueno, cuando te hartes de él, porque, lo harás, puedes hablar conmigo o con cualquiera de los chicos- dijo y yo sonreí.

- Gracias- dije y él sonrió.

- No hay de que-.

- ¡Alexis! - gritaron desde la entrada de la casa, y yo volteé.

Era Kio.

- Me tengo que ir- dije y él asintió.

- Hasta luego- dijo él.

Camine hasta Kio y él me miró, para después mirar a Griffin.

- Mande- dije y él me vio con el ceño fruncido.

- ¿Que hacías? - preguntó y yo rodé los ojos negando.

- Se llama, charlar- dije y me dispuse a entrar a la casa, pero él me tomó de la mano y de un jalón me regreso.

- Por favor no te pongas así conmigo- dijo.

- Lo siento- dije y él me abrazo.

Se separó de mí y junto nuestros labios.

Puso sus manos en mi cintura y yo las pasé a sus mejillas, el beso era lento, como si quisiera transmitir sus emociones.

Él me separo y dejo pegadas nuestras frentes, sonrió.

- Entremos- dijo y yo asentí.

Al entrar los niños estaban jugando.

Y Kio fue y se lanzó a jugar con ellos.

Fuck My Life / Kio Cyr Donde viven las historias. Descúbrelo ahora