...Así tomando Hogbar su espada
murmuró al fiel metal su plegaria:
»Oye, rojo metal, lo que te pido:
luchemos juntos por última vez.
En este crepúsculo obedece a aquel
que notable fama trajo a tu nombre.
Seamos nuevamente los dos uno»
La espada respondió con la sangre de
mil hombres y mil más cayeron bajo
el tronar mortal del duro acero.
Hogbar, matador de hombres, el azote
de bárbaros, se sumergió una vez más
en la marea de hombres, metal y sudor.
Las espadas cantaron como los cien
martillos sobre el hilo rojo de la fragua.
Así fue acercándose más y más Hogbar
a aquella noche, que es el destino de
todo hombre. El valor mostrado aún es
cantado por los bardos del norte...
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Taxonomía del tiempo
PoesiaNo he forzado de modo alguno esta colección. Es un trabajo que comenzó cuando leí, hace tantos años ya, aquel primer verso. Desde entonces intuyo la presente obra. Si no de la calidad, al menos puedo jactarme de la variedad de estos poemas. Los tema...