CAPITULO III: REFLEJO

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Dean decidió quedarse a dormir en el sofá y dejarle la segunda cama a Sammy, se había puesto una bolsa de hielo en un costado de su cintura para aminorar la inflamación y el dolor que el golpe de uno de los demonios sombras le había provocado. Eso más una cerveza estaban dando efecto, sin embargo, el dolor no era lo que le mantenía despierto sino la incertidumbre.

Su mente era un lio de ideas y su corazón uno de emociones. Por mucho que intentaba no estar enfadado con su padre, no podía dejar de estarlo. Su padre se pasó toda la vida machándolos con el asunto de los condones y de cómo les rompería las nalgas con el cinturón si alguna vez embarazaban a una chica por error y entonces él va y tiene un hijo con alguna extraña.

¿Pero qué demonios?

Su padre siempre había sido un hombre duro y difícil de carácter pero nunca, jamás había sido un hipócrita. Si él te decía NO, era un NO... si él te decía que cuidaras donde metías tu pene, era porque él también lo hacía. Vamos, no era tan idiota como para pensar que en 23 años desde que su madre falleciera y con tantos viajes por carreteras y bares, su padre nunca había tenido sexo con nadie pero tampoco creyó nunca que fuese capaz de traer a otro hijo a lo que siempre llamo "este horrible mundo." Así que tenía que haber pasado algo muy, muy especial para que ese chico existiera. Algo con su madre...

Pensar en ver a su padre con cualquier otra mujer que no fuese su madre le daba escalofríos y hasta dolor de cabeza, así que tras mucho dar vueltas en el sofá sin conseguir dormirse, decidió levantarse. Apenas iban a ser las 5 de la tarde, así que había demasiada claridad natural para poder andar por el cuarto.

Primero fue a la cocina, era pequeña como la de cualquier motel de paso pero con una estufa, una nevera y un horno de microondas de última generación. Sin duda eso tenía que compensar el precio de la habitación... Abrió el estante junto a la estufa y encontró vasos y tazas, tomo un vaso y se sirvió agua de la llave para bebérsela como si no existiera un mañana.

Se sentía sediento, agitado y estaba sudando como si hubiese terminado de correr una maratón. La maratón de los malos pensamientos y sentimientos que llevaba por nombre "John Winchester"

Se sirvió un segundo vaso pero esta vez no pudo bebérselo de un sorbo debido a que Sam apareció en la cocina.

"Tampoco puedes dormir, ¿eh?" le dijo y fue directo a buscar un vaso para él.

Dean negó con la cabeza, bebiendo un traguito de su agua.

"¿Cómo podría?, tengo un bebe nuevo que cuidar" dijo Deán con sarcasmo.

Sam puso los ojos en blanco. No habían pasado ni 6 horas y ya estaba Dean molestándole de nuevo. Que lata, era una lástima que ya no fueran pequeños para poder llamar a su padre y que este pudiera el trasero de Dean en su lugar con el color rojo escarlata.

"No es un bebe, Dean. No necesita que lo vigilen hasta cuando duerme."

"¿Y qué pasa si se escapa?"

"¿Escapar?" Sam río, no podía creer en semejante escenario.

Ahora fue Dean quien entorno la mirada.

"Podría hacerlo, señor risita. La última vez que comprobé, no éramos nada más que extraños para él."

"Somos sus hermanos, ya se lo has dejado claro ¿no?"

"No, yo hable y el escuchó pero eso no significa que realmente lo entendió... Hasta donde sé, pudo simplemente tirarnos de locos."

"No lo creo"

"No y te enseñare porque, ven..." sin darle siquiera oportunidad a su hermano mayor de seguirle, Sam lo arrastró por el brazo de vuelta a la habitación.

CUESTIONES CON PAPÁ (Supernatural Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora