Luego de que Itatí se fuera, yo me tomé la tarea de buscar a qué hora salía su vuelo, por mi mente solo pasaban las imágenes del momento en que conectamos miradas y nos fundimos en un beso que nos llevó a la pasión y el deseo, jamás pensé sentir tanta necesidad de estar con alguien y ahora que había encontrado a la que pensé ser la mujer de mi vida no la dejaré marchar. «Levántate Martín, tienes que ir por ella» dijo mi subconsciente mientras la horrenda melodía del despertador sonaba. No, no, no me dejes por favor, «ITATÍ» grité al par que instintivamente me despertaba, el sonido irritante de la alarma seguía retumbando en mi habitación, la apagué y procedí a levantarme para ir en busca de la pelirrubia que se había apoderado de mis sueños, mi subconsciente me había jugado mal y tuve una pesadilla en el que la vi marchar. Mi desayuno no había digerido bien por lo rápido que lo tomé, pero ahí estaba yo, con una chaqueta negra de cuero y unos jeans, acompañado de mis gafas de sol, había llegado a las 9:45 al aeropuerto, su vuelo sale a las 10:30, Itatí ya debería estar aquí, así que entre toda la multitud comencé a buscar y la divisé, ahí estaba ella, con unas gafas de sol ocultando sus grandes ojos brillantes y con una sonrisa radiante mientras cogía una maleta de mano, vestía un vestido casual azul cielo, Dios, era más divina de lo que recordaba; me acerqué a ella y exclamé su nombre, «pero que haces aquí» dijo sorprendida, «en serio creíste que te dejaría marchar» le mencioné cómo un galán de películas. La vi dirigir su mirada alrededor de la sala dónde nos encontrábamos y sentí que jalo de mi muñeca y me llevó con ella, no sabía a dónde íbamos, pero cuando alcé la mirada ya estaba ingresando al baño de damas, cerró la puerta con seguro tras mí y en segundos ya la tenía devorando mis labios, dimos un balseo hasta que logré tenerla contra el lavamanos «eh, pícarona» exclamé mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios aun unidos a los suyos, me separé un instante y retiré sus gafas para mirarla a los ojos, ¿ella? Hizo lo mismo con las mías y postró sus brazos alrededor de mi cuello, continuamos con el beso que poco a poco fue subiendo de intensidad, perdí la cuenta de los minutos pero ya era consciente del calor que nos rodeaba, nos separamos por falta de aire y dirigí mis labios a su cuello, lamí y dejé besos en el mientras Itatí mordía el lóbulo de mi oreja y entre jadeos decía mi nombre, no me di cuenta en que momento desabrochó mis pantalones pero al no sentirlos desvíe mi mirada al suelo, mi erección era muy notable, enseguida miré a ver a Itatí y su mirada era un reflejo de deseo, con una sonrisa victoriosa bajo mi bóxer y postró sus manos en mi miembro, jugó dándole un masaje de arriba-abajo y cuando jadeé y puse mi brazo sobre mis ojos por la excitación, sentí algo húmedo, era Itatí quién ahora se encontraba haciendo un gran trabajo ahí abajo, ¿dónde había aprendido? No tengo la menor idea y no quiero pensar, ahora solo estaba concentrándome en el gran deleite que su boca y su lengua me causaba, jadeé y gemí, susurre su nombre cuantas veces pude y cuando sentí que estaba por venirme, tomé sus manos para apartarlos de mi miembro y tire de ellos para así levantarla, la alcé y ella instintivamente rodeo sus piernas a mi cintura, la senté en el lavamanos y ahora comencé yo con mi labor, volví a recorrer con besos su cuello y después disfruté acariciando sus senos, aquellos que ya conocía a la perfección, los devoré, los lamié y mordisqué, sus gemidos eran música para mis oídos, como si fuera música clásica que puedes escuchar por horas y te relaja, «Martín, ahhh... te necesito... ya.. por.. fa..vor» dijo entre pausas por la excitación, yo procedí a alzar la falda de su vestido y también a bajarle las bragas, justo cuando ella tomo mi miembro para darle la bienvenida en su cálido interior, una voz se escuchó «El vuelo 28 con destino a Brownsville, favor de dirigirse a su respectiva zona para abordar «, era la encargada de anunciar los vuelos, miré a verla y el deseo se había apagado en sus ojos. «por favor, no te vayas», le rogué como un niño, «tengo que regresar, es mi carrera la que está en juego», me precipité a decir de nuevo «por favor» y ella sólo emitió un rotundo no, se subió de nuevo las bragas y cómo si nada hubiese pasado ya nos encontrábamos vestidos y fuera del baño, caminamos hasta llegar a la zona indicada y antes de que se alejara la tomé de la muñeca «espera, prométeme al menos que cuando regreses me darás una oportunidad para formar parte de tu vida» «sabes que no me gustan las promesas y no sé, tal vez ya nos hayamos casado cuándo volvamos a reencontrarnos», no sé si fue la frialdad con lo que lo dijo o talvez que me hizo aterrizar a la realidad pero ella estaba a mi lado, sin embargo; para mí, ya sentía cómo se había marchado, «hasta pronto Martín» suspiró luego de hablar y depositó un beso en mi mejilla, ni siquiera mencionó lo que había pasado, su potencial de actriz ahora lo aplicaba conmigo, todo pasó tan rápido que ni tiempo de protestar o contestar tuve, solo vi cómo se dirigió a abordar y ahora desde dónde yo me encontraba, observándola, justo antes de que ella subiera a su avión, pude ver cómo volteo a la ventana dónde suponía que estaba y cuando se encontró con mi mirada me dirigió una sonrisa y levitó su mano en señal de despido, le respondí de igual manera, me cercioré que subiera a su avión. Ahora me encontraba en mi carro, sin la mujer de mis sueños y sólo cayendo en cuenta de que lo que hoy en la mañana parecía una terrible pesadilla, ahora era parte de mi realidad, se había ido, me había dejado, se marchó con una parte de mí, estuve fundido en mis pensamientos y la nostalgia que sentía a mi alrededor, sintiendo aún la calidez de sus labios, pero el teléfono sonó para sacarme de mis pensamientos.
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Hola, cuéntenme que les pareció :D
Por cierto, Feliz inicio de año.
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Hasta que llegaste tú
FanfictionPedro e Itatí, se conocen de jóvenes y sienten una conexión al instante, pero el destino se empeña a que sus vidas no coincidan en el mismo camino, ¿Será que algún día logren estar juntos?