Cap. 2

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Habían pasado algunas semanas desde que las chicas volvieran a la ciudad de Los Ángeles...

Casi cada día Karolina visitaba a Leslie Dean, su madre, en la nueva iglesia. Había conseguido resurgirla de la sombra de Jonah, más que una iglesia ahora parecía una comuna de convivencia. Ayudaban a personas con problemas y funcionaban gracias a voluntarios, todo eran buenas obras y amor. Karolina estaba encantada con la nueva iglesia e iba a ayudar en todo lo que podía, siempre dejándole claro a su madre que Nico y ella no se quedarían más de un par de años en Estados Unidos.
Nico también visitaba a menudo a su madre, Tina Minoru, la relación mejoró cuando los miembros de PRIDE deshicieron la organización y ayudaron a sus hijos con Morgan. Su madre fue muy importante para la victoria de ese día y de ella fue la idea de que se fuera. Le agradecía muchísimo la recomendación del gran maestro. Y Tina le estaba enseñando a dirigir Wizard, pese a que su hija también le recordaba que no durarían mucho allí.

No todo fue bonito en esos dos años para ella, sufría cuando no podía dominar un hechizo, cuando acababa agotada y dolida por sus entrenamientos, cuando tenía pesadillas conectando con el mal en su interior..., cuando echaba de menos a Karolina y deseaba no haberla perdido. Por eso quedó tan sorprendida cuando al contactar a través de sus sueños la respuesta de esta fue tan favorable. Ahora se sentía en paz, sentía ser un ser de luz incluso aceptando su propia oscuridad. El cambio se notó también exteriormente, haciendo que su aspecto se viera más relajado y menos negro. Si alguien había cambiado en el grupo era ella.

En unos días se efectuaría el regreso de Gert y su hermana preparaba la casa para el recibimiento, estaba ansiosa por su llegada. Chase andaba más nervioso que ella, o eso pensaba la misma Molly. Estaba más cariñoso y notablemente más organizado. Fue a comprar pintura para la barandilla de las escaleras, y como esa…, muchas ocurrencias más que hacían que M no pudiera aguantar las carcajadas cada vez que lo veía de aquí para allá.
Después de unas cuantas charlas con Nico, Alex estaba más reñajado y no tan superficial. Se juntaba con sus amigos e incluso intentaba ayudar a C con su invento. Que su amigo fuese a ser el “hombre del tiempo” y no él le molestaba un poco, pero, dejaba a un lado la envidia para arrimar el hombro. Con su cambio, aunque no muy notable, Karolina relajó los ánimos con el chico. Nico y ella lo invitaban a menudo a pasear, a charlar o a meditar. Que esta última actividad se había vuelto indispensable en la vida de N, y como K también disfrutaba de hacerlo y de verla hacerlo, la practicaban varias veces a la semana.

En el aeropuerto…

Los chicos esperaban a Gert acompañados de Stacey que también fue a recibir a su hija. Compasión se había quedado en su habitación esperando a su llegada, ya podía sentir su energía cerca. Durante este tiempo, en el que su persona no había estado cerca, sólo le animaba escucharla cuando ésta hablaba por teléfono con Molly. Al principio de su marcha destrozó con furia varias veces su habitación, ya que la deinonychus se sentía vacía.
Se abrieron las puertas y apareció, con una maleta de mano y una mochila de viaje a la espalda. Está preciosa, susurró Chase en su propia cabeza sin evitar que una gran sonrisa apareciera en sus labios. ¿Qué hago? ¿Un beso, un abrazo o le doy la mano? Se quedó pensativo en lo que Gert pasaba el control de seguridad, ya que, aunque fuese estadounidense tenía que pasarlo por su país de procedencia. Eres idiota, se recriminó a sí mismo decidido por un abrazo y un beso en los labios, al fin y al cabo, no dejaban de quererse.

Más tarde…

—La mansión está irreconocible chicos, hasta habéis pintado las escaleras y ¡wow! Todo está ordenado— dijo Gert en el recibidor.

La chica tenía una mezcla increíble de emociones dentro, el beso con Chase en el aeropuerto, realmente estaba confundida y feliz y alegre y entusiasmada y mira que escaleras más bonitas, se decía a sí misma sin una pausa.

—Ve a ver a Compasión y luego a dejar las cosas en tu habitación—, interrumpió sus pensamientos M —nosotros prepararemos la mesa para comer.

—Por cierto, me instalé en tu habitación…, deseo que no te moleste.

—Tranquilo Chase, seguro que puedo encontrar otra estancia por ahora.

Esas palabras no gustaron al chico, pero al menos se consolaba con ser el único que las escuchó ya que el resto del grupo estaba repartido entre la cocina y el comedor.

Ya sentados todos a la mesa, sin excepción, la escuchaban atentamente.

—Entonces Max se cayó del elefante a un campo de té.

—JAJAJAJAJAJAJA — todos se estaban divirtiendo mucho con sus historias.

—El campesino se enfadó un poco, al principio jajaja, luego nos invitó a pasar unos días en su casa. Definitivamente nos lo hemos pasado en grande y sigo abrumada con la generosidad de personas que no nos conocían. He podido ayudar a mucha gente y hemos estado en muchas fundaciones, Max se ha quedado dirigiendo una en India. A mí me lo ofrecieron también, y en Perú. En Perú casi acepto, pero teníamos ya el próximo destino y apenas empezábamos el viaje —. Recordó con nostalgia y algo de tristeza…

—Debe de haber sido increíble—. dijo Nico encantada con el relato —Sabes que en algunos momentos no estábamos lejos, ¿verdad?

—Ahora mismo lo imagino, pero te recuerdo que desapareciste y me debes una largaaaa conversación—dijo G haciendo énfasis en la última vocal de la palabra larga a lo que N asintió con la cabeza.

Pasaron la tarde hablando y jugando como en los viejos tiempos, rememorando también momentos de cuando iban al instituto. Saltándose los momentos malos, esos no eran necesarios en ese momento tan feliz. Otra vez todos juntos, de nuevo, sin saber por cuánto tiempo.
Deanoru y Alex se fueron de la mansión bastante tarde, habiendo ido antes incluso a por pizzas vegetarianas (en honor a Gert) para cenar.

Cuando ya todos se habían marchado y Molly dormido, Chase fue afuera de la casa esperando encontrar a G, que no estaba por ningún lado.

—Hola.
—Qué susto me has dado, creí que estabas durmiendo.

G no se giraba a verlo, estaba inmersa en el cielo.

—No, estaba preparando mi guarida de trabajo para dormir ahí.
—No era necesario..., pero gracias.
—Sí lo era, ocupé tu habitación sin pedir permiso. Lo siento, sólo te echaba de menos y me dolía tu ausencia, lo pasé muy mal cuando decidimos dejarlo y..

Realmente cogió carrerilla para decirle todo lo que llevaba dentro pero G no quería tener esa conversación tan pronto y lo cortó para que no pudiera finalizar.

—Chase, está bien, ¿vale?

El chico asintió lentamente con la cabeza, parando su discurso de golpe. Pasaron unos minutos en completo silencio, por suerte la mansión estaba alejada de la ciudad y G podía disfrutar de esa tranquilidad.

—Empieza a hacer frío, ¿quieres entrar?
—Sí, será mejor que duerma el jet lag me ha dejado un poco descompuesta.

A la mañana siguiente...

Gert estaba hablando con Max por videollamada, le había costado conciliar el sueño pero lo había conseguido. Las emociones a flor de piel no ayudaron a dormir pronto, pero el cansancio hizo mella en ella.

— Y ya le has contado..., ¿eso?
—No Max, apenas llegué ayer y no sé en qué situación estamos. No quiero estropear las cosas antes de empezar algo.
—Te entiendo pero si no planeas estar allí por mucho tiempo deberías decírselo.
—Ayer me besó.
—¿¡QUEEEEEEEEÉ!?
—Lo dicho. Borra esa sonrisa de la cara, fue sólo un beso.
—¿Mi sonrisa de "te lo dije"?
—Yo estoy confusa, sabes que le quiero y ese beso removió sentimientos que pensaba habían sido olvidados...

RUNAWAYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora