Negro.
Negro que lentamente se difumina en un marrón borroso, el cual se convierte en amarillo. Arrastro el brazo hasta mi cabeza, despacio. Estoy cubierto de polvo. Empiezo a recuperar la consciencia cuando, de repente, siento mi corazón latir de nuevo.
—¡AH! —grito en voz alta sintiendome presionado por las memorias de una muralla cayendo sobre mí, las cuales se agolpan en mi mente.
Sigo vivo, y estoy bajo los escombros de la muralla, pero no todo parecen escombros... La muralla alcanzó el suelo destruyendose al momento, pero... ¿dónde estoy?... Parece como si algún tipo de fuerza hubiera impedido que me alcanzasen los escombros... forjando un lugar un similar a una cúpula.
Noto una antorcha de pie a mi lado con un fuerte fuego en ella... No estoy solo en este sitio... La cúpula es grande pero no veo a nadie más aquí...
Es un círculo despejado, como una luna llena.
Me levanto poco a poco. Todo mi cuerpo está en alerta, tiene que haber alguien aquí... Agarro la antorcha y empiezo a andar por el sitio... sin notar nada.
Nadie dentro...
—¿Cómo ha podido entrar alguien aquí?... probablemente del mismo modo en que en que salió... —me digo a mí mismo.
En un intento de encontrar una salida, llego a la pared, y en el instante que la toco, una voz retumba en el silencio.
—Yo no haría eso si fuese tú —ríe la voz.
La voz sonaba profunda y aguda a la vez, pero sobre todo inquietante... Sonaba como si se estuviese divirtiendo al verme atrapado en ese lugar.
—¿Quién anda ahí? —pregunto atónito.
—Qué pregunta tan peculiar, ¿no crees? Quién... está... ahí... —repite la voz lentamente mientras busco a alguien en las sombras.
—Algunos me conocen... otros no... Me pregunto por el mundo quién se sentará en el trono. Has hecho la pregunta incorrecta Kid, deberías preguntarte... ¿por qué nos has llamado? —deja escapar una risa aguda.
—¿De qué me conoces? ¿Y de qué estás hablando? No te he llamado —digo mientras ando de vuelta al centro de la habitación.
—Eres un gracioso pequeño mentiroso, jaja... Llorabas por mí, querías que viniera, ¡y lo hice! Para ayudarte... por eso la muralla no te golpeó —puedes sentir la sonrisa de la voz de las sombras.
Pienso en un millón de palabras, pero no puedo encontrar ninguna que tenga sentido con las palabras de la voz.
—Muéstrate —digo en voz alta.
—Ah, ah, ah —niega la voz—. ¿Quién soy? Nadie... Sé que sabes lo que soy... Yo te ayudé con... ¡esto!
Dice alzando la voz cuando un fuerte viento me golpea la cara haciendo que todos los gritos y palabras de la gente resuenen de nuevo en mi cabeza.
Yo, sorprendido por el inesperado viento y las voces, empiezo a retroceder mientras suleto la antorcha en orden para taparme los oídos a la vez que le grito a la fuerte voz... diciendo su nombre...
Choco contra la pared... cuando dos manos salen de ella y me agarran los hombros, haciéndome entrar en pánico y moverme hasta el centro de la habitación de nuevo. El viento se detiene y los sonidos desaparecen.
Miro incrédulo a la pared, donde no puedo encontrar ninguna mano... pero las sentí, de verdad las sentí... cuando de repente, una sombra empieza a emerger en la pared donde fijo mi vista... es imposible... La luz de la antorcha apunta en esa dirección, sin dejar espacio para sombras...
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Until The Sunrise
RandomCada segundo de la noche tiene distintas emociones; algunas son oscuras, y ,otras, simplemente están ahí... Las emociones empiezan a tomar el control... una última vez... un último día... Es hora de sobrevivir a esta larga noche... o morir con ella...