Capitulo 1: Abrazo

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Craig caminaba tranquilamente por la acera, era sábado y sabia que aún le quedaban algunas horas más de trabajo a su novio, pero eso no disminuía los deseos de verlo y querer visitarlo a la cafetería de sus padres, siempre era bienvenido ahí, los padres del rubio siempre le hacían ver lo contentos que estaban con él como novio para su único hijo, aunque en más de alguna ocasión lo demostraban demasiado y llegaban a avergonzarlos a ambos, lo cual terminaba en un rubio nervioso pidiéndole disculpas por las situaciones que pasaban por culpa de sus padres, aunque no es como si a él le llegase a molestar, incluso le causaba gracia, solo que al ser tan poco expresivo los demás no lo notaban, exceptuando a su novio claro, él sabía más que nadie como leer sus expresiones y comprender como se siente aunque no lo demostrara.

Siguió caminando hasta llegar al establecimiento, leyendo el amplio cartel que dictaba "Tweek Bros Coffeehouse", sin esperar más caminó hacia la entrada y empujó la puerta, escuchando la campanilla que anunciaba siempre la llegada de un nuevo cliente.

-Oh Craig, que gusto me da verte hoy. -Saludó con muchos ánimos Richard Tweak. -¿Vienes a ver a Tweek? -

-Sí señor, aunque no quiero interferir en su trabajo, así que pediré algo en lo que lo espero.-Hablo con su monótona voz el joven de diecisiete años.

-Yo sé que siempre esperas a que mi hijo esté libre para poder verte Craig, eres un gran chico. -Expresó con alegría. -Aunque ahora Tweek está en la bodega acomodando algunas cuantas cosas, ¿Por qué no lo acompañas allá? -Dijo mientras tomaba un par de magdalenas de la sección de postres y se las entregaba al chico frente a él. -Llévale uno a Tweek, el mismo las preparó. -

-Muchas gracias señor, con permiso. -Dijo con cortesía el pelinegro mientras se adentraba un poco más y abría la puerta de la bodega, no era su primera vez ahí, ya había ido en más de una ocasión a hacerle compañía a su novio e incluso a ayudarle en sus labores.

-¿Hola? ¿Tweek, estás aquí? -Preguntó el pelinegro buscando con la mirada a su novio, cosa en poco complicada ya que su rango de visión solo veía cajas por doquier con productos de pastelería, costales de harina y café por todas partes.

-¡Gah! ¡¿Quién está ahí?! -Se escuchó al rubio alterado en alguna parte de la bodega.

-Cariño, soy yo, Craig. -Dijo con su misma voz monótona, comenzando a caminar entre las cajas y costales sin dejar de sostener las magdalenas con sus manos.

-¿C-Craig? ¿Qué haces tú aquí? -Dijo el rubio nervioso caminando hacia el lugar donde provenía la voz del pelinegro.

-Vine a visitarte, tu papá me dijo que estabas aquí y me dejó entrar. -Unos pasos más adelante se encontró con su novio, el cuál portaba la camiseta con el logo de la cafetería y pudo ver como sus rubios cabellos estaban recogidos con unas cuantas horquillas. -Te ves lindo hoy. -Dijo como si nada, con su misma mirada inexpresiva.

-¡Gah! -Soltó sin poder evitarlo mientras su rostro se sonrojada y se llenaba de nervios. -¡Gracias! ¡T-Tú te ves muy guapo también! -Gritó sin poder contenerse debido a los nervios de la situación, tirando un poco de su camiseta.

El pelinegro se sorprendió un poco al inicio pero finalmente sonrió, una sonrisa sincera y relajada, de esas que no eran nada frecuentes en él pero que no podía evitar sacar a relucir con el rubio, esas sonrisas eran siempre dedicadas solo a él.

Ambos habían tenido una charla hace no mucho tiempo sobre su relación, ambos estaban de acuerdo en que querían avanzar pasos importantes, experimentar y descubrir nuevas facetas del otro, lo cual implicaba que debían ser más expresivos y se habían dado la mutua autorización de poder decir lo que pensaban del otro sin tener que contenerse, siempre y cuando fuera un pensamiento bueno que los fuera a ayudar en su conocimiento como pareja. Tweek se sentía un poco raro con ello ya que Craig había sido siempre el de los apodos dulces y coqueteos discretos, pero él también quería hacer sentir bien a Craig y aunque le resultase un poco vergonzoso, siempre trataba de darle a Craig algún cumplido o llamarle cariñosamente cada que pudiese.

-Gracias cariño, ¿Por qué no te sientas un rato conmigo por aquí? -Comentó mientras le mostraba los pastelillos. -Tú papá me los obsequió y me dijo que te trajera uno. -

-Agh, no puedo Craig -Dijo mientras su ojo derecho se cerraba con fuerza en un tic nervioso. -¡Tengo mucho que hacer! ¡¿No ves todas estas cajas?! ¡Tengo que acomodarlas todas! -Más tics se presentaban de manera continua y Craig notó como temblaba. -¡Vinieron dos pedidos seguidos esta mañana! ¡DOS! ¡¿Dónde voy a apilar todo esto?! ¡Encima que tengo que actualizar el inventario y verificar que el pedido esté correcto! ¡Tengo que ver que no nos hayan enviado productos caducados para poder reclamar un cambio con tiempo, este día no me es suficiente para acabar! -

Craig puso los magdalenas sobre una repisa que no mostrara suciedad y se acercó a Tweek con cuidado.

-Tweek, cálmate, respira. -Recitaba mientras estiraba sus brazos lentamente hacia el rubio, sabía que si se acercaba rápidamente, éste lo empujaría.

-¡¿Cómo quieres que me calme hombre?! ¡Tengo que hacer todo esto yo solo! -Tomó al pelinegro del cuello de su camisa en un impulso, y comenzó a sacudirlo violentamente mientras hablaba. Como pudo, Craig lo tomó de los hombros con fuerza para detener al rubio.

-¡Hey! ¡Tweek, espera, mírame! -Le habló con un poco de fuerza para que el rubio dejara de despotricar acerca de su mala suerte debido a las labores pendientes que tenía, este dejó de hablar al sentir el peso en sus hombros y dejó de sacudir a su novio.

-Nhg... Craig...-Le miró directamente sin soltar el agarre en la camisa del contrario, el pelinegro pudo reconocer la angustia en los ojos de su novio, dejó de ejercer fuerza en los hombros de este y los acarició con suavidad.

-Amor, tienes que relajarte...-Le habló con suavidad, pudo sentir como los hombros del otro se relajaban un poco. -Respira, así, conmigo. -Le indicaba mientras hacía ejercicios de respiración y el rubio le imitaba, una vez lo vio más relajado sonrió. -¿Mejor? - El otro asintió con una pequeña sonrisa.

-Abrázame, Craig...-El Moreno asintió y extendió sus brazos, sabía que a Tweek le gustaba envolver sus brazos en su torso y enterrar su rostro en su pecho, y así lo hizo. El acarició la espalda del rubio con cariño, Tweek sentía la suave y calmada respiración en el pecho de su novio, y eso le daba paz de alguna manera.

Pasados unos cuantos minutos, Tweek se separó un poco de este sin dejar de abrazarlo y lo miró de frente, con una suave sonrisa.

-Tú siempre logras calmarme, muchas gracias amor. -Dijo con una sonrisa, el moreno se sorprendió y se sonrojó levemente, era la primera vez que su novio le llamaba de esa manera, no pudo evitar desviar la mirada un poco y se aclaró un poco la garganta, un claro gesto avergonzado.

-Cuando quieras bebé...muy bien, ahora...-Separándose del rubio, se giró y tomó las magdalenas de la repisa y volteo de nuevo a verlo. -Tú y yo nos sentaremos un rato y comeremos esto, sé que llevas toda la mañana acá dentro sin parar, así que descansar cinco minutos no es un delito. Después, tú y yo arreglaremos juntos este lugar, solo necesitaré que me digas que hacer y a donde apilar las cajas y costales, estoy seguro de que entre los dos terminaremos incluso antes de que acabe tu turno, luego podemos ir a una cita si quieres cariño, ¿Te parece un buen plan? -Le preguntó extendiendo su mano.

Tweek parpadeó sorprendido ante los planes sugeridos por su novio, no pudo evitar que una sonrisa de ternura y agradecimiento se mostrara en su rostro y asintió mientras tomaba la mano del pelinegro.

-Me parece muy bien Craig, muchas gracias...-Dijo mientras tomaba el pastelillo que le ofrecía su novio, ante la cercanía, no desaprovechó y plantó un suave beso en la mejilla del otro. -Sentémonos aquí. -Indico jalándolo del brazo hacia un espacio libre.

Craig suspiró con una sonrisa boba en su rostro, se sentía tan a gusto.

30 One Shots Challenge CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora