2. Vestuario 3

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Raquel pasó los dos siguientes días de su llegada a la residencia intentando distraerse y pasar el tiempo. Tenía muchas ganas de empezar algo nuevo y la academia era justo lo que necesitaba, estaba muy nerviosa por este nuevo comienzo y a penas podía pensar en otra cosa. La primera noche casi no pudo dormir y el día siguiente se lo pasó en la cama leyendo uno de sus libros favoritos aunque a penas se pudo concentrar. La última noche estaba tan cansada de no haber dormido que cayó rendida antes de las 10:00.

La alarma sonó temprano, Raquel se despertó muy descansada, había dormido muchas horas. Bostezó y tras varias vueltas en la cama recordó que hoy era el primer día en la academia. Se levantó corriendo a prepararse.
Le costó elegir la ropa pero al final se decidió por un vaquero azul y una camisa blanca, no quería destacar mucho. Se lavó los dientes en el pequeño lavabo de su habitación y se cepilló el pelo. Pasó a preparar su bolsa y cuando terminó se dirigió a la salida de la residencia.


--Buenos días Raquel! Hoy es tu primer día no?

Raquel pegó un pequeño brinco, no se había percatado de la presencia de Rosa; la recepcionista. Era tan bajita que ni se la veía detrás del mostrador.

--Buenos días! Así es. -respondió sonriendo-

--Espero que te vaya muy bien.

Raquel hizo un gesto de agradecimiento y le dijo adiós con la mano. Salió de la residencia y empezó a caminar. La academia estaba a unos 3km, tenía que ir caminando porque aún no controlaba la línea de buses que pasaba por la residencia. Tardó unos treinta minutos en llegar. Cuanto más cerca más nerviosa estaba, aunque sabía que no sería un problema, siempre ha sabido mantener la compostura en los peores momentos.

Cuando vio la academia se sorprendió, era muy diferente a como pensaba. Un edificio de un par de plantas, con un gran jardín en la entrada. El jardín estaba lleno de gente, se podía destacar la gran presencia femenina. A Raquel no le gustaba que su futura profesión estuviera tan estigmatizada, le molestaba que se pensara que era algo de hombres así que el hecho de que hubiera tantas mujeres allí la alegró y eso ayudó a que comenzara a relajarse.

Cuando fue la hora de entrar, ya estaba mucho más calmada. A Raquel y a sus compañeros les hicieron un pequeño tour por las que serían sus clases, empezaron por el aula de teoría, había varias en la academia pero ella solo tendría que ir a una. Luego les llevaron al pabellón de deportes donde entrenarían para las pruebas físicas y al campo de tiro. Por último les enseñaron los vestuarios y los baños. Había varias habitaciones de vestuarios, dentro tenían taquillas para la ropa y duchas. A Raquel le encantaron las instalaciones de la academia. Después del tour, entró a su aula y se sentó en un asiento de una de las primeras filas que estaba vacío, a los lados habían una mujer y un hombre.

--Hola, buenos días. Soy Raquel. -dijo Raquel con una sonrisa (como siempre)-

La mujer pareció no darse cuenta de la presencia de Raquel a su lado.

--Hola, yo soy Alberto, encantado -dijo el hombre-

A Raquel le pareció muy agradable aunque no hablaron más en toda la clase.

Cuando acabó la clase les dijeron que tenían que dirigirse al pabellón.

--Estoy un poco nerviosa -Le dijo Raquel avergonzada a su nuevo compañero-

--Es normal, yo también -Sonrió-

La profesora de preparación para pruebas físicas explicó cómo sería la dinámica de sus clases y propuso un entrenamiento en parejas para que empezaran a coger fondo. Alberto le propuso a Raquel hacerlo juntos y ella aceptó. No le gustaba mucho el exceso de confianza pero tampoco conocía a nadie más y el hombre parecía agradable.

Al acabar esta clase Raquel se dirigió a los vestuarios a cambiarse, al parecer tenían los vestuarios designados por grupos, a ella le había tocado el vestuario 3. Cuando entró no había nadie, lo prefirió así porque le parecía un poco agresivo tener que desnudarse delante de otras personas sin tan siquiera haber hablado con ellas antes. Se quitó la ropa y se metió en una de las duchas. Mientras se duchaba escuchó que alguien más entraba y se metía en la ducha de al lado. Se puso un poco nerviosa por si no le daba tiempo a vestirse antes de que la persona saliera. Se aclaró el pelo rápido con la intención de salir pronto para que no la vieran pero con la prisa golpeó la puerta de la ducha y se le cayó la toalla. Quedó empapada en el suelo. Raquel la recogió sin tener muy claro qué hacer. Al final pensó que la mejor opción sería salir corriendo de la ducha para llegar a la taquilla donde dejó sus cosas y coger otra.

Contó hasta tres, abrió la puerta chorreando agua y salió.

No había dado más de un paso cuando dejó de oir el agua de la otra ducha. Intentó huir pero había dejado todo empapado así que se se resbaló. Pensó que se caía al suelo cuando sintió unos brazos que la abrazaban por detrás y evitaban la caída.

--Cuidado morena, que te caes. -dijo la persona que la sujetaba en tono burlón-

Raquel se reincorporó rápidamente, se tapó con la toalla empapada y, avergonzada, miró al suelo. Vio el cuerpo de una mujer, llevaba una toalla enrollada en el cuerpo. La recorrió con los ojos hasta que finalmente levantó la vista del todo para verla entera.

Sin saber por qué, se le paró la respiración.

Era la misma pelirroja con la que se había sentado en la primera clase.

Ralicia || La academiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora