02

321 40 4
                                    

La noche en Seúl fue bastante tranquila a la vez que rápida ya que la estrella más grande gobernaba los cielos junto a las nubes blancas, la brisa era fresca y agradable, las aves acostumbraban a cantar y poco a poco se comenzaba a escuchar los autos pasar por las calles.

Todos con la mayor energía, menos uno que, justamente sería Im Jaebum.

Ya que, después de ver a su novio en el cielo con otro ángel y ver al diablo semi desnudo en su casa comenzó a sentirse confundido y muy avergonzado. Solo fue capaz de prestarle algunas prendas al chico y dirigirse al sofá para descansar pero, miles de pensamientos fueron dueñas de su cabeza dejando el sueño a un lado, tanto que pudo ver hasta el primer rayo de luz en su ventana.

Jaebum ya harto de cada pensamiento decide levantarse de una buena vez y comenzar a dirigirse a su cocina para preparar el desayuno.

Rápidamente encendió la cocina y colocó su sarten para preparar unos huevos y algunos tocinos que tenía en su refrigerador. Jaebum ya se encontraba más tranquilo ya que, la cocina lo mantenía lejos de la mayoría de los pensamientos y lo mantenía ocupado con otras cosas.

El delicioso aroma de la comida ya casi lista comenzó a esparcirse por la casa, sin olvidar los tarareos que daba el azabache que, lograba escucharse por casi toda la casa.

El ruido de la puerta cerrarse se escucho por toda la casa.

Los pasos eran lentos y algo fuerte ya que Jaebum lograba escuchar y en un instante apareció el.

El mismo diablo que llevaba puesto una grande sudadera roja, unos bóxer negros, el cabello alborotado y una reluciente sonrisa.

— ¡Muero de hambre! — exclamó Youngjae mientras se sentaba en la silla, esperando el desayuno.

— ¿Haz dormido bien? —preguntó el azabache mientras seguía en la cocina.

— Te diría que dormí como un ángel pero, ya no lo soy — realizó un puchero. — ¿Qué tal tú? ¿Lograste dormir algo?.

— En realidad no pero, tengo energías para hoy — habló JB mientras se dirigía al comedor con varios platos, dos platos con tostadas, huevo y tocino, y otros dos con panqueques. — Espero que puedas con todo esto — dijo mientras tomaba asiento junto al castaño.

Los ojos de Youngjae brillaron de tan sorprendido que estaba.

— ¡Wow! — exclamó — Todo se ve delicioso, ojalá en el infierno fuera así — dijo mientras comenzaba a devorar las tostadas con tocino y huevo.

— Lamento la pregunta pero... ¿Cómo es el infierno? — preguntó Jaebum.

Youngjae espero un momento para poder hablar.

— Un lugar con temperatura normal, muchos muertos y demonios — se levantó y se dirigió a la cocina para volver con dos vasos y una botella de jugo de naranja — y un idiota que no sabe preparar agua hervida solo.

— ¿Un idiota? — cuestionó de nuevo.

— Mi hermano mayor, no puede hacer nada sin su sirviente o mano derecha como el dice ¡Está claro que se tienen ganas! — exclamó Youngjae mientras servía jugó de naranja y lo tomaba de un solo trago.

— ¿Tienes un hermano que están contigo en el infierno? — dijo dudoso Jaebum, estaba seguro que la versión que el conocía sobre el diablo y Dios era distinta a lo que estaba contando Youngjae, ¿Realmente estaba por descubrir la verdadera historia de los seres mitológicos?.

— Haces muchas preguntas — dijo Youngjae — Temo qué no tendré el tiempo para revelarte todo, dime, ¿Haz pensado en tu deseo?

Jaebum se quedó plasmado, había olvidado ese detalle.

¿𝙌𝙪𝙚́ 𝙚𝙨 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙚𝙖𝙨? [𝟐𝐣𝐚𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora