My little Alpha [KongpobxArthit]

XIV | Tutorías

Quizás Kongpob tiene otra razón para amar la escuela. Es pésimo en inglés, pero el contenido que le pasan ya se lo han enseñado a su Phi. Y su Phi está dispuesto a enseñarle.

- ¿Cómo digo mi profesor es el más lindo? - pregunta apoyando ambos codos en la mesa y acercándose más a su mayor.

- Kongpob, estamos estudiando - regaña Arthit avergonzado.

- Si Kongpob, no interrumpas a P'Arthit - pide Wayo con una sonrisa.

Todo lo bueno tiene algo malo. Y todo lo malo se llama Wayo Pinnirat.

Su Phi no sólo le da tutorías a él, si no a varios niños de su clase. Namtarm piensa que es buena idea para que gane dinero propio al no poder darle una buena mesada. Arthit aceptó para poder darle una pequeña ayuda, sabe que no debe ser muy fácil para su madre el mantener a su pequeña familia ella sola. Por ende, le pidió a su pequeño esposo que le dijera a los demás niños de su clase, y en eso, su odioso compañero escuchó.

- Bueno, haremos una pequeña evaluación para ver sus avances y que se preparen para el examen real.

- ¿Te ayudo, Onn? - pregunta Ae y Kongpob no puede evitar preguntarse de dónde ha salido su hermano. Al menos hasta que recuerda que él fue quien lo trajo a casa de su esposo y que evidentemente nunca se fue. Ah, la belleza de Arthit a veces lo ciega.

- No, yo ayudo a Phi Thit - interviene Kongpob levantándose de su silla y arrebatándole las hojas para repartirlas a los otros cinco niños mientras Ae rueda los ojos por su opacador hermano. Decide irse a la habitación de Arthit a jugar videojuegos mientras este se desocupa.

Arthit ve con una mueca como Ae se va a causa de su grosero bebé. Cosas de hermanos. Mientras hacen la evaluación pasa por sus asientos viendo lo que les cuesta, y si es algo básico les ayuda.

- No, pequeño. Debes repasar los pronombres. Si hablamos de sus padres, estamos hablando de...

- ¿Ellos? ¿They?

- Muy bien Wayo. Oh, tu nombre suena como Honey, te queda bonito - halaga despeinado su cabello. Pero no lo pueden culpar, Wayo es adorable y más con la sonrisa que lleva por el cumplido.

Kongpob hace un puchero en su puesto viendo como su esposo va por los otros puestos ayudando a los demás y tratándolos con cariño. A él no lo está ayudando, aunque bueno ya terminó, pero no es el caso. ¿Y por qué los llama por nombres lindos? Se siente uno más del resto y aquello lo hace enfadar. Su esposo debería darle clases especiales a sí sólo él tiene su atención.

Arthit retira las hojas y con su pequeña pizarra - un regalo de su abuela - escribe unas oraciones sin completar para repasar una última vez pues es lo que más les cuesta a los pequeños.

- Kongpob, ¿Sabes el verbo?- Kongpob niega sin mirarlo- Pero lo estudiamos la vez pasada.

- Pregúntale a Wayo.