My little Alpha [KongpobxArthit]

XXIII | Mi pequeño alfa [final]

[Kongpob 15; Arthit 19]

Ambas familias decidieron festejar juntos el hecho de que Ae y Arthit ya están graduados de la escuela y que para su fortuna, ambos quedaron aceptados en la universidad que deseaban. Organizaron una comida en la casa de los Suthiluck debido a que el comedor, y la casa en general, es más grande. May y Namtarn se pusieron a llorar cuando se graduaron, y de hecho, en la misma comida se pusieron a llorar a moco tendido con la abuelita Rojnapat y Aim consolándolas mientras los protagonistas del festejo miraban avergonzados a sus amigos.

Sin embargo los planes de los menores para la noche no tienen que ver con una linda tarde familiar. Tin ofreció su departamento para organizar una fiesta a el par de graduados. Por supuesto, con alojo incluido.

- Kongpob no irá- declara May como si nada mientras come de su ensalada.

- Pero Mae, ¡Es la fiesta de mi hermano y mi novio! - se queja el alfa como un bebé berrinchudo.

Aunque bueno, de bebé queda su personalidad y su linda sonrisa que lo hace ver más infantil. Se ha teñido el cabello color cenizo morado y su oreja la adornan diversas perforaciones. Sus brazos y piernas adquirieron una musculatura decente y ya está del tamaño de Arthit, pero internamente sabe que lo pasará de porte una vez termine la adolescencia. Sus facciones se han ido marcando, perdiendo un poco el aspecto infantil para uno mucho más juvenil. Pero no hay que ser tonto para notar que si ya está guapo, al hacerse joven adulto estará para lamerse los dedos.

- Arthit y Ae ya son mayores, tú tienes quince años. Y no me mal entiendan chicos, pero estoy segura que no se juntaran a conversar de la vida. También fui adolescente.

Se escucha una queja colectiva. Pues aunque cada palabra es cierta, quieren que el menor vaya a su primera fiesta y reírse de él cuando se embriague, obviamente siempre cuidándolo. Y Arthit, bueno, Onn tiene otros planes.

- Prometo cuidar a Kong, suegra - dice el omega de cabello rubio, tratando de utilizar toda su lindura a su favor con una linda sonrisa. Sin embargo May alza una ceja, por esa misma razón duda de darle el permiso. ¿Dejar a su hijo hormonal con el omega de sus sueños más bellos hasta los más sucios toda una noche? ¡Ni hablar!

Ae, notando esto y conociendo a su madre quiere ayudar - No les sacaré el ojo de encima. Todos cuidaremos a Kongpob.

- Sé cuidarme solo, gracias.

- No ayudas - le susurra Can pegándole un codazo.

- Vamos, May, es sólo una noche y los chicos te lo están rogando. Confía en ellos - interviene Namtarn luego de los ojitos que su lindo hijito se encargó de darle. Ella lo crió bien, está segura de que Arthit no es de los que se emborrachan y bailan sobre la mesa. ¿Qué tantas tonteras pueden hacer?.

Debido a la presión colectiva finalmente cede, mirando a su esposo quien asiente demostrando su aceptación.

- Los quiero a ambos en casa y sin resaca a la hora de almuerzo. Si veo algo extraño, mi amigo es policía y les hará el alcohol test. Están advertidos. Ahora coman que la comida se enfría.