–Que fastidio –susurré. Irónicamente, hoy desperté antes de que la alarma sonara, son las cinco de la mañana y aún tengo al menos media hora más de descanso. Lo que me despertó hoy... un sueño que se ha transformado en un tormento a estas alturas de mi vida.
Hago parte de ese porcentaje de personas que recuerdan, sino todos, la mayoría sus sueños. Cuento también con la habilidad de soñar sandeces, es decir, ocurrencias tremendamente irreales; gracias a ello, se me facilita diferenciarlos de la realidad, pues además de largos, mis sueños son especialmente vívidos y sé que, sin esta característica, se me dificultaría mucho separarlos de la vida real.
He evitado buscar un significado detallado de ellos, previniendo darles un sentido más profundo, no me gusta estigmatizarme con un probable significado... el cual, seguramente me atormentaría. Lo que sí es cierto, es que algunas de las cosas que veo en ellos, tiene relación con hechos clave de mi día a día, en dado caso... mis sueños tienen características muy concretas y no todas merecen ser enumeradas.
El problema es el sueño como el que tuve e l día de hoy. Estudios y expertos (Loraine, la psicóloga que mamá contrató), dicen que este sueño es solo una pesadilla a la que le he dado muchas vueltas, también que podría tener un significado que se liga a algo de mi subconsciente... como algo que quiero recordar, evitar, algo que me pueda generar temor. Supongo que todas tienen algo de sentido para mí.
Cuando era pequeña este sueño no me producía nada, no entendía que hacía allí, así que no me interesaba. Después de notar que se repetía al menos dos veces al año, empecé a sentir cierto temor al estar allí y pronto empecé a detestarlo. No recuerdo conscientemente, desde qué momento empecé a tenerlo, pero sé que desde mis diez años empecé a temerle. Lo más irónico es que lo que me asusta es en realidad su simplicidad.
Después de todos estos años, el sueño, por lo general, sucede de esta forma:
Despierto recostada boca arriba, me quedo unos minutos allí observando un espacio aparentemente ilimitado. Estoy recostada sobre alguna superficie, pero no hay límites que señalen un suelo... tampoco alguna textura del mismo. Me siento. Observo a mi alrededor y no hay nada, está totalmente obscuro, pero siento como si pudiese ver a través de esa obscuridad.
Mi cuerpo es totalmente negro, como si fuese un agujero negro que absorbe la luz del lugar. Además, lo distingo como una sombra inusual, pero ya no me asusta no tener sombra ni color.
Hay un silencio absoluto, me permite escuchar el ruido de mi organismo, mi respiración, latidos, los fluidos en mi estómago... pero si me asusto, los latidos de mi corazón retumban con vigor por todo el lugar. Respiro para tranquilizarme y me pongo de pie, algunas veces, a falta de perspectiva, pierdo el equilibrio y caigo desorientada.
Intento correr buscando algún límite, a lo largo de los años he aprendido a caerme menos. Si está especialmente obscuro, tiendo a tropezarme porque no logro coordinar el movimiento de mi cuerpo con lo poco que veo de él, si no es el caso, corro hasta quedar agotada. Si me cuestiono acerca de mi cuerpo, dejo de sentir mis extremidades.
Intento cavar un hoyo, pero mi mano atraviesa el horizonte inexistente y quedo al otro lado del mismo.
Intento saltar, pero si salto demasiado caigo a otro horizonte en el cielo. Algunas veces la línea límite entre estos, me hace caer varias veces entre ellos y mi mejor opción es recostarme. Si siento que estoy de cabeza, caigo al cielo; si siento que estoy inclinada, caigo a un ángulo diferente. Todo es relativo, y creo, depende mucho de mi forma de percibir mi entorno.
Mi voz no tiene sonido, pero en los pocos casos en los que lo ha tenido, no se oye eco de ella.
Los últimos años he pretendido creer que este espacio es manipulable y que puedo controlarlo al ser consciente de él, pero en mis vastos intentos, nunca he logrado nada más allá de distinguir un poco más mis extremidades. Cuando estoy de ánimo intento algo diferente, pero a veces, me gusta sentarme a tararear una canción, o en su defecto, a no hacer nada. Eso sí, siempre intentando mantener mi mente serena.
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Empty Space
Science Fiction¿Alguna vez han tenido sentido ansiedad? No la ansiedad de haber hecho algo mal, sino la de no saber qué pasa y porqué. Esa ansiedad que va consumiendo el ser poco a poco. A Eri Wright, cada año se le "manifiesta" un sueño repetidas veces. Hablar ac...